Profesor Claudio Gutiérrez sobre la crisis social y ciencia:

"Es importante que se termine con la idea de que la ciencia es una actividad de élite, la ciencia la hacemos todos"

Profesor Claudio Gutiérrez : "La ciencia la hacemos todos"
Claudio Gutiérrez es académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la FCFM.
Claudio Gutiérrez es académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la FCFM.
La privatización del modelo de investigación científica instalado en Chile, es uno de los temas que el profesor Gutiérrez cuestiona y propone reflexionar en medio de la actual crisis del país.
La privatización del modelo de investigación científica instalado en Chile, es uno de los temas que el profesor Gutiérrez cuestiona y propone reflexionar en medio de la actual crisis del país.

El pasado 7 de noviembre, el profesor Claudio Gutiérrez -Licenciado en Matemáticas en la U. de Chile, doctor en Ciencias de la Computación y actualmente académico del Departamento de Ciencias de la Computación de la FCFM- asistió a la Comisión de Desafíos del Futuro del Senado, que se realizó en el ex Congreso Nacional en Santiago, sin ser invitado oficialmente ni discurso preparado, pero sí con la convicción de que la actual crisis social que atraviesa el país, también es una interpelación al mundo científico, sus estructuras y modelo.

Disconforme con las declaraciones que el mismo mundo científico había sacado hasta aquel día sobre el conflicto, Gutiérrez puso sobre la mesa el tema de los derechos humanos, la desigualdad y los abusos de poder. “Hay un grupo que tiene muchos intereses involucrados. No es sorprendente y si ves, si uno hiciera ese estudio de cómo se distribuyen los grupos científicos, es la misma gente a la que se le dan proyectos, que se eligen entre ellos, se premian, es una elite que en mi impresión está muy comprometida con la política que se hizo estos últimos 30 años. A ellos les benefició el modelo porque se privatizó la ciencia”, afirmó el profesor del DCC.

Cuando usted habla de la privatización de la ciencia, me imagino que se refiere a que han debido adaptarse al modelo que las mismas universidades estatales han debido adoptar en el país post dictadura.  

Totalmente. Y esto es algo súper complicado para las universidades estatales. Hay muchos proyectos que tienen RUT propio, como los Milenio, lo que las convierte en empresas aparte, pero usan la infraestructura, el prestigio, los académicos, los estudiantes y la inercia cultural y científica de la universidad. Acá hay una elite que está en todas partes, y yo no quiero apuntar a personas porque es el sistema. Si tú o yo llegamos ahí, hacemos las mismas cosas. Este modelo que impulsa la competencia, la idea del exitismo y el emprendimiento individual, tira hacia arriba a cierta gente. Hay muchos que se lo creen, hay otros que no, pero están ahí, y más de alguno está ahí sinceramente creyendo que puede empujar la ciencia desde su lugar, pero lo que pasa es que es una pirámide brutal. Y lo que pasó ahora es que eso quedó en evidencia.

La voz suya en la Comisión Futuro, se suma a algunas voces disidentes de los científicos más jóvenes que cuestionan el modelo, ¿cómo ve usted que se ha comportado el mundo de la ciencia estos días?

Creo que ha habido poco espacio para levantar la crítica porque el sistema es muy complejo. Lo mismo pasa en este sistema, que es una democracia, pero con un sesgo durísimo donde hay un grupo de elegidos y ellos son los que opinan. Se barajan las cartas entre ellos. Uno podría mirarlos bien, y claro, es un grupo que produce mucho, que publica mucho, pero a ver: si yo soy científico solo no hago nada, todos los trabajos son de varios autores, es un equipo, pero hay solo algunos que empiezan a aparecer. El jefe de laboratorio aparece por definición, porque consiguió el financiamiento ¿Y quién se presenta al próximo proyecto? El que tiene más papers, o sea, el mismo. La gente joven que está peleando, que tiene uno o dos paper, no puede entrar si quiera a la competencia.

¿Cree que se puede transformar el modelo?

Mi impresión es que vamos a tener que hacer algo. Creo que el punto de fondo aquí es el desarrollo del país. Y para eso, en general los científicos estamos de acuerdo con que se necesita ciencia. Este sistema que se instaló al principio pudo haber tenido cierta razón de ser para motivar las publicaciones, estamos hablando de los años ochenta. Ahí se empezaron a ver publicaciones con ciertas métricas, eso siguió evolucionando, y derivó en un sistema en que el paper pasó a ser fundamental en todas partes del mundo, y los científicos empezaron a moverse hacia allá. Es decir, el paper empezó a importar más que la investigación.

Acá en Chile el grueso de las universidades privadas empezó a pagar por paper, y eso junto a otros "incentivos" convirtió el publicar en un negocio en todos los sentidos de la palabra, desvirtuando completamente el sentido original de la investigación. Los jóvenes, y todos los que entramos acá lo hacimos con un espíritu de hacer ciencia, si a uno le dijeran que esto iba a terminar en el fetiche del paper, me dedico a otra cosa. Ese es un problema y mi impresión es que tiene mucho que ver con agencias internacionales, que proveen mucho del financiamiento y que te exigen que el país esté en
ciertos rankings.

Y durante estos días, que ya se están juntando varios grupos científicos a discutir, ¿qué es lo que están manifestando en esas instancias de discusión?

En el cabildo de científicos que se realizó en Beauchef con más de 150 participantes, la gente reclamaba, por ejemplo, que querían investigar temas vinculados al país. Eso es algo que hay que mirar bien, porque hay una disociación, y esto tiene que ver con un problema anterior que es nuestro subdesarrollo. Muchas veces uno está muy enganchado en el doctorado con temas de afuera y llegas acá, y sigues haciendo eso. Por eso también es tan importante hacer programas de doctorado acá, porque eso probablemente va a ir enganchando gente con problemas locales.

La falta de estructura y oportunidades para los científicos jóvenes que se van a especializar afuera, y luego vuelven al país, es otro de los temas que me imagino está siendo parte del debate de este modelo.

Eso reclaman los jóvenes, y tienen razón, porque no puede ser que no haya oportunidades, que no haya más movimiento internamente en el sistema. La gracia de la ciencia es que democratizó el conocimiento, que cada uno puede hacer las cosas. Y resulta que ahora ya no es así: si tú entras a un laboratorio grande, tienes que hacer el proyecto que asignaron. Es un tema complicado, no hay responsables directos ni malos acá, pero el sistema tiene que cambiar, y mi impresión es que hay una elite que está un poco acomodada a esta estructura, y, por lo tanto, no la quieren cambiar.

El modelo de afuera se metió acá, si esto no es una torre de cristal, las desigualdades se dan en todos los niveles. Y yo creo que la democracia es una gran herramienta para que estas cosas no pasen. Los jóvenes están pidiendo dignidad y voz.

¿Y cómo podría comenzar una transformación en este ámbito?

Primera cosa: democratizando el sistema. ¿Cómo funciona la ciencia? ¿Cómo un joven hace llegar su opinión? Por de pronto, la Academia de Ciencias me parece una sociedad de otra época, que se auto eligen entre ellos. Pero pensemos también en CONICYT, en el Ministerio de Ciencias. ¿Cómo los científicos dan su opinión? ¿Dónde? Yo no tengo la solución porque es complejo el problema, sí alcanzo a ver el problema y a decir ‘ojo, consideren esto porque esto no es una cosa banal’.

Somos parte del problema. Tenemos que ver la manera de que haya un sistema en que los científicos tengan voz, que esto no sea una cosa jerárquica. Lo otro es mirar el tema de cómo se está evaluando la ciencia, las métricas, los indicadores para tratar de alinearla con temas país de forma más sistemática. Lo otro que hay que ver es la estructura de poder dentro de los laboratorios.

Y en este escenario, ¿qué rol tiene la U. de Chile? Pensando, sin duda, que somos la universidad con mayor masa de científicos y con mayor desarrollo de la ciencia en el país.

El compromiso de La Chile siempre está con los grandes proyectos del país y ahí tenemos un rol realmente fundamental. Ese es nuestro rol. La Chile tiene una ventaja realmente grande y tenemos que aprovecharla. Los elementos están, cuando uno hace las críticas es porque cree que se pueden hacer mejor las cosas. La Chile tiene ese compromiso con el país y tiene esta ventaja comparativa que tiene una gran masa de científicos, que tiene mucho prestigio internacional, redes, y se pueden hacer muchas cosas. A nosotros nos escuchan y en ese sentido tenemos el deber de alzar más la voz.

Como mundo científico, ¿esperan hacer alguna propuesta?

Sí, vamos a salir con una propuesta, pero tenemos que alinear los cabildos con los temas institucionales. Yo tengo la esperanza de que la Universidad de Chile hará una propuesta realmente interesante. Si no aprovechamos este momento para reflexionar, ¿cuándo? En este momento la gente está hablando todo, y uno también lo está entendiendo todo. Nos estamos haciendo la idea de lo que está pasando.

Yo creo que lo que hay que empujar es que necesitamos una nueva constitución, y ahí, desde el punto científico tenemos que pensar qué es lo necesitamos poner en esa nueva constitución. Nueva constitución va a haber sí o sí, y hay que estar preparado, porque tenemos que entregar nuestra opinión y nuestra propuesta. No es sólo pedir más presupuesto lo que falta, si quieren desarrollar el país también va a haber que desarrollar soberanía en energía, en comunicaciones, en transporte.

Lo otro importante es que se termine con la idea de que la ciencia es una actividad de elite, la ciencia la hacemos todos. Hay que dar educación, terminar con esta separación entre una elite que cree que sabe y el resto de la población que lo que hace es servirle de empleados. Ese es el modelo que hay que quebrar, y no estoy hablando de ninguna cuestión radical.