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Los Derechos Humanos como el elemento central de la discusión y el proceso constituyente

Los DD.HH. como elemento central del proceso constituyente
Dentro de las principales preocupaciones en torno al proceso constituyente es la centralidad que deben tener los derechos humanos en el marco de las discusiones y transformaciones sociales.
Dentro de las principales preocupaciones en torno al proceso constituyente es la centralidad que deben tener los derechos humanos en el marco de las discusiones y transformaciones sociales.
Además, desde el mundo de los DD.HH apuntan a exigir el acceso a la verdad y a la justicia, los procesos de elaboración de memoria y la implementación de políticas de reparación.
Además, desde el mundo de los DD.HH apuntan a exigir el acceso a la verdad y a la justicia, los procesos de elaboración de memoria y la implementación de políticas de reparación.
Claudio Nash, coordinador académico de la Cátedra de Derechos Humanos.
Claudio Nash, coordinador académico de la Cátedra de Derechos Humanos.
Manuel Guerrero, académico de la Universidad de Chile e integrante de la Cátedra de Derechos Humanos.
Manuel Guerrero, académico de la Universidad de Chile e integrante de la Cátedra de Derechos Humanos.
La Escuela de Temporada "Diálogos sobre Derechos Humanos y Momento Constituyente" se realizará en las comunas de La Pintana, Recoleta, Independencia, Peñalolén, Renca y San Antonio.
La Escuela de Temporada "Diálogos sobre Derechos Humanos y Momento Constituyente" se realizará en las comunas de La Pintana, Recoleta, Independencia, Peñalolén, Renca y San Antonio.

Uno de los principales desafíos de las transformaciones sociales actuales tiene relación no sólo con la importancia de situar los derechos humanos como marco general del debate ciudadano, sino que también con establecer y exigir las demandas centrales en torno al acceso a la verdad y a la justicia, los procesos de elaboración de memoria y la implementación de políticas de reparación a las víctimas y familiares de violaciones a los derechos fundamentales.

Para abordar estos y otros desafíos sobre el momento histórico en que se encuentra nuestro país, la Escuela de Temporada 2020, que en esta ocasión lleva por título “Diálogos sobre Derechos Humanos y Momento Constituyente”, estará dedicada a reflexionar sobre los procesos democráticos actuales y la importancia de los derechos humanos en este marco de discusión.

El coordinador académico de la Cátedra de Derechos Humanos, Claudio Nash, y el académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades e integrante de dicha Cátedra, Manuel Guerrero, serán parte de esta VI versión de la principal iniciativa de extensión de la Casa de Bello, a través de conversatorios que se llevarán a cabo en diferentes comunas de Santiago del 20 al 25 de enero.

Para Claudio Nash, la única forma de que los derechos humanos estén presentes en el debate constituyente “es que la ciudadanía participe en dicho proceso, se apropie del mismo y ponga las temáticas de derechos humanos como un centro del acuerdo constitucional. Para eso hay que informarse, saber cuáles serán los temas y discutirlos a nivel territorial para que luego se refleje en la Constitución”.

Asimismo, el académico de la Facultad de Derecho explicó que para tener un proceso constituyente legítimo “es fundamental que se de en un contexto de plenas libertades públicas, debe haber derecho de reunión, derecho de libertad de expresión y para ello el gobierno debe adoptar todas las medidas para cesar de inmediato las violaciones de derechos humanos de las cuales hemos sido testigos desde el 18 de octubre”.

En esa misma línea, Manuel Guerrero asegura que “tomar a los derechos humanos como el fundamento básico y mínimo del proceso constituyen es crucial. Por una parte, para estar al día con lo que la cultura internacional en materia de derechos humanos está haciendo y, por otra parte, por nuestra propia historia. Nuestra historia reciente política y social exhibe fracturas y heridas muy graves que fueron cometidas contra las personas, contra su dignidad, en contra de sus derechos, tanto liberales, básicos, clásicos, pero también contra los derechos colectivos, los derechos de los pueblos originarios y de los niños”.

Exigencias hacia el Estado

“El acuerdo del 'Nunca más' terminada la dictadura se fue horadando sistemáticamente durante estos 30 años”, sostuvo Claudio Nash, asegurando que “es la sociedad civil la que debe volver a tomar como bandera la lucha contra la impunidad, la verdad y la memoria. Esa es la única forma para garantizar que esta vez sí dicho acuerdo se haga realidad en el país. Para ello es importante la conformación de una comisión de verdad, justicia y reparación, donde todos convengamos en un relato común sobre lo que ha sucedido, lo que falló y aquello que debe ser modificado a futuro”.

En relación a las responsabilidades del Estado en la materia, el coordinador de la Cátedra de Derechos Humanos aseguró que se trata de una tarea doble. Primero, “continuar con los mecanismos de justicia respecto de las violaciones de ocurridas en la dictadura, seguir avanzando en la verdad sobre dicho proceso y continuar con políticas públicas en materia de reparaciones”.

En esa línea, para el académico se debe hacer un esfuerzo similar con los hechos que han venido sucediendo desde el 18 de octubre: “toda la verdad de lo sucedido, justicia a aquellos responsables, tanto justicia penal como responsabilidad política, y medidas de reparación que incluyen la reparación integral a las víctimas y garantías de no repetición”.

“Unas y otras, las del pasado y las del presente, están unidas por el desafío de la impunidad, por lo tanto, el mayor trabajo de Chile en materia de derechos humanos deberá estar destinado a erradicar la impunidad por violaciones a los derechos humanos, las de la dictadura y las del presente”, cerro Nash.

Lucha contra la impunidad

Otra de las principales preocupaciones sobre el momento constituyente es el marco de violaciones a los derechos humanos en el que se están dando las discusiones sobre las transformaciones sociales que la sociedad necesita.

Al respecto, Manuel Guerrero explicó que, si bien los derechos humanos han sido constantemente violados durante el estallido social, “no debemos olvidar que para las comunidades y el pueblo mapuche sus derechos humanos han sido violados, al igual que los de la población penitenciaria, los militares de Antuco, La Legua intervenida, etc. Son muchos los derechos humanos los que han venido siendo violados, a los cuales se agrega esta forma ya más sistemática, grave y masiva desde el estallido social”.

Asimismo, el académico de la Facultad de Filosofía y Humanidades enfatizó en que “la elite política, quienes nos gobiernan, no han asumido los derechos humanos como su horizonte básico, entonces ahora en este momento constituyente, que es donde las mayorías tomaron la voz y se está realizando la construcción de un nuevo marco básico de convivencia, tenemos que poner los derechos humanos al centro, a pesar de que estos se estén violando, y probablemente eso pase por asegurar ciertas garantías que tienen que ver con juicios, con castigo, con reparación y con memoria histórica”.

Finalmente, Manuel Guerrero aseguró que lo que está puesto al centro del momento constituyente es la dignidad y la lucha que ha dado la sociedad civil desde las calles, sus espacios labores e incluso las redes sociales. “El pueblo ha puesto al centro la dignidad, no más abusos y tratos justos y ahí los derechos humanos tienen que ser el pilar fundamental y al ponerlos en el centro de la Constitución es que podemos garantizar la no repetición de las violaciones a los derechos humanos”. 

No obstante, el integrante de la Cátedra de Derechos Humanos advierte que ese trabajo debe realizarse “tanto desde los constituyentes como desde la calle, la asamblea, el cabildo, es decir, la ciudadanía movilizada. No va a haber otra forma de garantizar que no haya impunidad en Chile sino es avanzando en la escritura de la Constitución con una cultura y un cambio de enfoque en la propia sociedad, donde tenemos que aprender a vivir y a resolver nuestros conflictos de manera pacífica y dialogada, pero garantizando derechos y exigiendo juicio y castigo a los culpables de violaciones a los derechos humanos. Esto es un gran cambio cultural y me parece que la sociedad ya lo vienen reclamando; es la elite política y económica la que no está al día”.