La capacitación de los equipos municipales, la realización de un diagnóstico sobre consumo de drogas y factores de riesgo de los adolescentes y sus familias, y el diseño de un plan de trabajo basado en las necesidades locales, son parte del trabajo que se realizó en las seis comunas que están participando de la adaptación chilena de “Planet Youth”, creado por el Instituto Islandés de Análisis y Estudio Social (ICSRA).
El doctor Carlos Ibáñez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Casa de Bello es el coordinador de esta pionera iniciativa, que une a la U. de Chile, a ICSRA y a las municipalidades de Colina, Renca, Melipilla, Las Condes, Lo Barnechea y Peñalolén, y que el gobierno espera imitar en otros 44 municipios del país, a través de su programa "Elige Vivir Sin Drogas".
“Las seis comunas que están trabajando con nosotros vienen a ser de alguna manera los cabezas de este cambio, y ellos irán tomando gran parte de la experiencia que hemos ido desarrollando para estas nuevas comunas que se suman”, afirmó el Dr. Ibáñez.
Trabajo comunitario en marcha
El trabajo durante este tiempo ha sido intenso. A una primera etapa en que los especialistas adaptaron las encuestas para realizar el diagnóstico que se aplicaría en las comunidades, vino la capacitación de los equipos municipales y la coordinación de la aplicación de ese diagnóstico en las seis comunas.
Los resultados de dichos diagnósticos fueron más que preocupantes y confirmaron lo que las últimas encuestas sobre la materia en Chile venían señalando: los consumos resultaron ser muy altos, al igual que la tolerancia social para la ingesta de alcohol en menores. Por otro lado, se reveló una baja cooperación entre los padres a la hora del cuidado de los hijos. “No se conocen entre ellos, no se ponen de acuerdo respecto a las horas de salida y llegada de los menores, hay poca colaboración sobre quién los va a llevar y quién los va a dejar a fiesta, y tampoco se ponen de acuerdo respecto al tema del alcohol”, advirtió Ibáñez.
Otro punto importante de estos resultados, tiene que ver el uso del tiempo de ocio en los adolescentes, un tema clave que recoge este plan. Según este diagnóstico, los escolares prácticamente no realizan actividades deportivas estructuradas extra curriculares, tienen muy pocos espacios para deportes y actividades culturales fuera del colegio, y además referían mayoritariamente que no lo pasaban bien en sus establecimientos educacionales.
“Después de obtener los resultados, en coordinación con el equipo islandés entregamos los informes tanto a nivel comunal como a nivel de cada colegio, donde aparecen los consumos y también un montón de factores de riesgo y protectores. Con esos informes fuimos a reunirnos con los equipos técnicos de las comunas y también con los directores de colegios, y actores relevantes del cuidado de los escolares de esas comunas”, relató el especialista respecto al avance del proceso.
Con toda esa información en mano, los equipos finalmente comenzaron la generación de un plan con cuatro objetivos estratégicos, que son: fortalecer el equipo de prevención y la estructura preventiva de la comuna; disminuir el acceso al alcohol y las otras drogas, con una mayor fiscalización a la venta de menores y el cumplimiento del número de patentes para la venta de alcohol permitidas por ley; disminuir la tolerancia social al consumo de alcohol y drogas entre adolescentes, cuestión que se abordará mediante un trabajo principalmente con los centros de padres, con el fin de que éstos lleguen a un consenso sobre normas mínimas de protección para sus hijos; y por último, el potenciar las actividades recreativas, deportivas y culturales estructuradas para los adolescentes fuera del colegio.
Respecto a este último objetivo, el jefe del Departamento de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica hace especial hincapié: “la gran mayoría de los programas preventivos han estado enfocado en convencer a los jóvenes de que el consumo de drogas hace mal. Este modelo de trabajo lo que plantea es que lo que hay que hacer es modificar el ambiente, más que estar convenciendo a los chiquillos de que consumir hace mal”. En este sentido, la idea es ofrecer alternativas a los jóvenes que compitan con el consumo como lo son el deporte y las actividades recreativas o culturales.
Sin embargo, como planteó el especialista, en muchas comunas esta es justamente la parte de la intervención que requiere más recursos, y dados los ajustados presupuestos de algunos municipios, se irá haciendo un trabajo escalonado, potenciando y optimizando la infraestructura ya existente. “También acá va a ser bien importante el apoyo regional y nacional porque probablemente las comunas con menos recursos van a necesitar mucha más ayuda para incluso construir alguna nueva instalación, y en ese sentido, me parece muy positivo que el gobierno central haya hecho esta apuesta y se haya comprometido con apoyarlos, porque efectivamente el compromiso es apoyar a estas seis comunas para que les vaya bien y de ahí aprender a hacer las cosas para el resto”, afirmó el psiquiatra.
Evaluación
Hasta el momento la iniciativa no sólo ha tenido buena recepción en las comunidades, sino también una positiva valoración por parte de los expertos. Mientras la Organización Panamericana de la Salud evaluó satisfactoriamente el primer año de esta experiencia, y esperan volver a evaluar más adelante sus resultados, el Dr. Ibáñez viajó el pasado mes de marzo a Islandia para exponer sobre el trabajo realizado en un taller de capacitación donde participaron representantes de otros países que esperan replicar esta iniciativa. Asimismo, el próximo mes de mayo el equipo islandés visitará cada una de las seis comunas que tienen el plan en marcha y la idea es trabajar conjuntamente sobre los planes municipales para ir aterrizando cada uno de estos objetivos.