Frente a la gravedad de esta pandemia, los académicos e investigadores de la Universidad de Chile han volcado sus conocimientos hacia la emergencia sanitaria y han puesto a disposición su trabajo para aportar al bienestar del país. El Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI), dirigido por el Senador Universitario Leonardo Basso, es uno de los que han pausado sus proyectos para abocarse a generar soluciones eficaces en diferentes disciplinas que ayuden a enfrentarla de mejor manera.
Como director del ISCI, el Senador Basso, además, integra la Mesa de Datos COVID-19, convocada y liderada por el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Andrés Couve. Esta instancia surgió a partir de la solicitud de los investigadores, que requerían información actualizada respecto de la evolución de esta pandemia, y su objetivo es funcionar como una central que distribuya los datos a los diferentes centros de estudio. El acceso a esta información es fundamental para que espacios como el ISCI puedan desarrollar proyectos que se anticipen a la evolución del virus y propongan medidas para optimizar las respuestas del sistema de salud.
Equipos médicos: la principal preocupación
En lo concreto, el ISCI busca que la innovación tenga un impacto social y económico en el país. Para esto trabajan investigadores de distintas universidades de excelencia, que desde el análisis de datos, la economía industrial, la ingeniería de transporte y de sistemas de energía, proponen nuevas soluciones para los problemas que enfrenta la sociedad. Por eso, abocar todo el equipo a pensar cómo combatir la pandamia era cumplir con la misión del instituto.
"Queríamos no sólo tratar de modelar cómo viene la pandemia, sino que ayudar en la operativa. Es decir, de qué manera podemos intervenir para que el sistema de salud opere de mejor manera. Nuestra idea siempre fue estar en la primera línea de los equipos técnicos que están luchando contra esta pandemia en los hospitales", explicó el Senador Basso en el programa radial del Senado Universitario, Educación en el Aire.
Por medio de modelos de predicción, buscan anticiparse a la demanda de los hospitales en las próximas semanas y aconsejar a los equipos médicos respecto a cómo aprovechar las camas críticas, decidir en qué momento enviar a pacientes de mediana complejidad a sus domicilios, como también, ayudarles a optimizar la planificación de los turnos médicos para reducir el riesgo de contagio.
El Hospital San Juan de Dios y el Hospital de Ñuble son escenarios del trabajo del ISCI. Aquí, el centro de investigación está aplicando un piloto de los modelos de planificación del personal clínico, la programación de las visitas y hospitalización domiciliaria.
En paralelo, están analizando las mejores formas de testear la población sintomática y asintomática, y así tener mejores datos para poder usar estos modelos. Esto tiene especial importancia en el monitoreo del equipo de salud, cuyo contagio ha sido uno de los mayores problemas a nivel mundial. Junto con esto, construyeron un modelo que permite analizar cuál es el efecto de diferentes medidadas obligatorias de distanciamiento social e identificar aquellas que son más eficientes en disminuir los contagios y, de esta manera, disminuir la demanda en los hospitales.
Gracias a la comunicación estrecha con científicos extranjeros que han desarrollado propuestas similares en países con situaciones críticas, el ISCI ha sido capaz de analizar la complejidad del panorama y visualizar qué conocimientos son útiles para abordar esta pandemia. "Lo que necesitamos hacer ahora es demostrar que esto puede producir cambios efectivos, más allá de las simulaciones que tenemos. Estamos bien convencidos que eso es así, porque todo lo que recibimos desde nuestros colegas extranjeros indica que esto es clave", señaló en Educación en el Aire el académico Leonardo Basso.