Atención integral en salud:

Humanización, muerte digna y COVID-19: el trabajo del Hospital Clínico para vencer las barreras del aislamiento y la incertidumbre

Humanización, muerte digna y COVID-19: el trabajo del HCUCH
"Los familiares entran unos 15 minutos y hacen un pequeño rito de despedida", cuenta la Dra. Alejandra Palma respecto al proceso de fin de vida que se habilitó en el HCUCH para los  pacientes COVID..
"Los familiares entran unos 15 minutos y hacen un pequeño rito de despedida", cuenta la Dra. Alejandra Palma respecto al proceso de fin de vida que se habilitó en el HCUCH para los pacientes COVID..
"Este es un trabajo muy bonito porque las familias están muy agradecidas de este nexo, que se hace en estos tiempos de mucha incertidumbre", dice la enfermera Ruby Bustamante.
"Este es un trabajo muy bonito porque las familias están muy agradecidas de este nexo, que se hace en estos tiempos de mucha incertidumbre", dice la enfermera Ruby Bustamante.
La actual pandemia no permite que los familiares de los pacientes Covid-19 puedan acompañarlos en los hospitales, es por ello que el HCUCH ha realizado el trabajo de mantener activos estos vínculos.
La actual pandemia no permite que los familiares de los pacientes Covid-19 puedan acompañarlos en los hospitales, es por ello que el HCUCH ha realizado el trabajo de mantener activos estos vínculos.

“Han pasado cosas desgarradoras que yo no había visto jamás, y menos de forma tan masiva. Una hija que en un par de semanas viene a despedir primero a la mamá, y luego al papá, personas que antes de esto estaban en la casa sanas y tranquilas. A nosotros esto nos ha costado, esto es muy triste”, cuenta la médica paliativista del HCUCH, Alejandra Palma, quien, junto a su equipo de Cuidados Continuos y Paliativos -antes enfocado en pacientes con enfermedades crónicas avanzadas-, ha debido dar un giro en su labor dedicándose ahora a la contención de pacientes graves por COVID-19 y sus familias.

“Esto es muy distinto a lo que nosotros veíamos antes: pacientes en su mayoría con cáncer, que tienen un tiempo para acostumbrarse a su diagnóstico, familias que a veces durante meses reciben apoyo, personas que uno veía más o menos preparadas para lo que les iba pasando”, comenta.

Ahora el trabajo es otro: el equipo conformado por una enfermera, dos médicos, una psicóloga y un sacerdote, recibe la derivación de pacientes en riesgo vital, hoy en su gran mayoría producto del COVID-19, y el equipo acude dando apoyo en el manejo de síntomas, y guiando a los equipos de salud y familias en este proceso, en el cual por decreto de la autoridad sanitaria está prohibido el ingreso de familiares a recintos de atención cerrada.

“Para el caso de los pacientes graves o con riesgo vital, armamos un sistema de teleasistencia psicológica y religiosa dirigida familiares y pacientes. Nosotros establecimos criterios: si el paciente expresa sufrimiento espiritual, está muy angustiado o deprimido, o bien hay alguien que esté viviendo la muerte de un familiar acá, les ofrecemos este contacto, vía Zoom o video llamada”, detalla la Dra. Palma

Cuando hay una condición de fin de vida, y el equipo médico estima que no hay nada más que hacer desde el punto médico y la muerte del paciente es inminente, además de hacer un control de síntomas y confort de éste, las y los profesionales de la salud permiten a un familiar -que no tenga síntomas de COVID-19, ni esté bajo restricción de cuarentena- a ir a despedirse y darle al paciente una muerte digna.

“Es uno o máximo dos familiares los que pueden ingresar. Entran con todos los Elementos de Protección Personal, y nosotros los acompañamos con el fin de contenerlos en esta que es una situación extremadamente compleja. Son visitas breves porque en esas salas a veces son seis pacientes COVID, entonces el riesgo es muy alto. Los familiares entran unos 15 minutos, se hace un pequeño rito de despedida, y luego cuidamos que se saquen todos los elementos protección. Cuando se van se les ofrece también apoyo a distancia”, detalla la especialista respecto a este proceso.

El resultado hasta acá, según la doctora Palma hay sido muy positivo. Según las encuestas que ellos realizan a las familias de estos pacientes luego concluido el proceso, un 100 por ciento dice que volvería a utilizar la teleasistencia y un 100 por ciento le recomendaría a otra persona a usarlo. Además, casi un 80 por ciento de los familiares que atravesaron por este proceso siente que la sesión de teleasistencia les sirvió para enfrentar la situación que están viviendo.

“El valor es que hay una persona cálida y entrenada, que les da el espacio para expresar la dificultad emocional que les toca y compartirlo con otros miembros de la familia”, concluye la médica paliativista, destacando el compromiso y el enorme trabajo que ha realizado el personal médico del HCUCH para dar atención y contención a las familias en medio de esta pandemia.

Humanización

Junto a sección de Cuidados Continuos y Paliativos, trabaja también otro equipo multidisciplinario del Hospital Clínico, que desde 2018 -y en paralelo a sus diversas funciones profesionales en el recinto- venía construyendo un proyecto de humanización del hospital, cuyo objetivo inicial era trabajar sobre el buen trato a los pacientes, la espiritualidad, y la valoración de las emociones.

Ruby Bustamante, enfermera que trabaja hace 25 años en el HCUCH, y quien hasta antes de la pandemia era la encargada de la Clínica de caídas y fracturas, es hoy parte de este nuevo equipo de trabajo, que no tardó mucho en re-enfocar el camino andado en el tema de humanización, ahora concentrándose en dar apoyo a los pacientes COVID-19, bajo la premisa de que este aspecto es tan importante como médico.

“Cuando la autoridad sanitaria decretó la suspensión de visitas, empezamos a vislumbrar que la familia era demasiado importante como para dejarla fuera del proceso de recuperación de los pacientes, y en abril comenzamos a elaborar este programa de comunicación. Ahí nos redistribuimos y asignamos roles para favorecer esa comunicación”, cuenta Bustamante, quien asegura que el contacto con los seres queridos aumenta el ánimo de los pacientes, baja su ansiedad y en las personas mayores previene el delirio o ayuda a mejorarlo.

De acuerdo a la normativa establecida por el HCUCH en estos meses, los pacientes ingresados pueden mantener sus dispositivos electrónicos para seguir en contacto con sus familias. No obstante, hay casos en que éstos no tienen dispositivos, no saben cómo utilizarlos, o no están en condiciones físicas para establecer un contacto autónomo con sus familias. Y es en esos casos este equipo interviene.

“Analizamos cada caso, su evolución, estado de conciencia, y vemos cuál podría ser la mejor intervención. Lo mejor es llegar a la videollamada en tiempo real, pero no siempre es así porque hay pacientes que están con delirio, o han sido extubados hace horas, entonces, su estado de conciencia es oscilante. En esos casos podemos partir a veces mostrándoles audios, fotos o cartas que les mandan sus familias, o videos cortos de saludos. Y así empezamos las comunicaciones, para luego finalizar idealmente con las videollamadas”, señala Bustamante.

El trabajo de conexión no termina ahí: luego de finalizado cada contacto, el equipo de humanización contacta a las familias para contarles cómo quedó anímicamente el paciente tras la comunicación. “Les vamos contando si se emocionaron, si quedaron tranquilos, si están tristes. Este es un trabajo muy bonito y súper enriquecedor porque las familias están muy agradecidas de este nexo, que se hace en estos tiempos de mucha incertidumbre y de una enfermedad que todavía no conocemos”, concluye Ruby Bustamante.