#ChileCuentaConSuUniversidad

Funcionarias, académicas y egresadas participan en red de confección de elementos de protección para el Hospital Sótero del Río

Equipo U. de Chile participa en red que confecciona EPP
Según el último conteo realizado a principios de julio, la red de la zona oriente ha confeccionado 20.743 mascarillas y 4.280 protectores faciales.
Según el último conteo realizado a principios de julio, la red de la zona oriente ha confeccionado 20.743 mascarillas y 4.280 protectores faciales.
Víctor Alvear fue otra de las personas que respondió al llamado a colaborar, y es quien está a cargo de los cortes de tela.
Víctor Alvear fue otra de las personas que respondió al llamado a colaborar, y es quien está a cargo de los cortes de tela.
El grupo de voluntariado de la zona oriente confecciona semanalmente un promedio de 2.430 mascarillas y 650 protectores faciales para el personal del hospital.
El grupo de voluntariado de la zona oriente confecciona semanalmente un promedio de 2.430 mascarillas y 650 protectores faciales para el personal del hospital.

La red en la que participan funcionarias, académicas y egresadas de la Universidad de Chile, junto con voluntarias y voluntarios de diversas proveniencias, está compuesta por 41 personas que habitan las comunas de la zona oriente de Santiago. Junto con esta red, otras dos también participan de esta labor: una en la comuna de Puente Alto y la otra la conforman funcionarios y funcionarias del propio Hospital Sótero del Río. 

El grupo de voluntariado de la zona oriente confecciona semanalmente un promedio de 2.430 mascarillas y 650 protectores faciales para el personal del hospital, elementos de protección que tras ser usados deben obligatoriamente ser desechados. Por eso, el trabajo debe continuar semana a semana.  

La articulación del voluntariado de la zona oriente fue ideada e impulsada por la Dra. Milena Pimstein, jefa de la Unidad de Proyectos Hospitalarios del Servicio de Salud Sur Oriente. La Dra. Pimstein, egresada de la U. de Chile, a fines del mes de marzo y proyectando la demanda de elementos de protección personal para enfrentar la pandemia, tuvo la idea de crear esta red para confeccionar dichos elementos con material e indicaciones precisas del Servicio de Salud. Al principio con amigas y conocidos; y luego se hizo un llamado por redes sociales.

“Fue muy conmovedor porque recibimos cientos de mensajes de personas interesadas en participar de La Pintana, San Ramón, Puente Alto, El Bosque, Vitacura, La Florida, Lo Barnechea, Las Condes, Huechuraba, Colina, Quilicura, Pudahuel, Santiago, Providencia, Ñuñoa, Maipú, Peñalolén, La Granja, Macul, San Bernardo, Quinta Normal. La gente quería aportar, desde las juntas de vecinos, talleres de corte y confección. Había un espíritu muy colaborativo, solidario”, relata Alejandra Castro, magister en Estudios Latinoamericanos de la Casa de Bello y quien coordina la red oriente.

Aunque la respuesta a la convocatoria superó ampliamente la intención inicial y la capacidad logística, explica Alejandra Castro, se armó una base de datos de 312 personas, las que fueron contactadas en función de la cercanía entre ellas para facilitar así la entrega y el retiro de materiales. De esta manera, se articularon grupos en Ñuñoa, La Reina, Las Condes y Providencia. 

Coordinación y protocolos sanitarios

Dos fueron las tareas específicas y encomendadas a la red: confeccionar mascarillas y protectores faciales, ambos con materiales acordes a los protocolos sanitarios establecidos ante la pandemia. Asimismo, se dividieron las voluntarias por comuna para facilitar la entrega y retiro. En cada uno de los cinco grupos, una voluntaria cumple la función de “chasqui”, responsables de entregar el material y retirar lo confeccionado, acopiándolo en una sola casa por comuna para así facilitar la logística del Servicio de Salud Sur Oriente, coordinación que realiza Alejandra Castro de la red de voluntarias y Kal Escudero, funcionario administrativo del SSSO. 

Los diseños de las mascarillas y protectores faciales fueron realizados por el funcionario del Hospital, Miguel Peralta, técnico en enfermería de la Unidad de Esterilización, quien ideó una forma para confeccionar mascarillas sin costuras, solamente cortando, plegando y perforando la tela SMS. Con este fin se elaboraron instructivos, patrones de corte y tutoriales, los que se fueron mejorando y precisando durante las primeras semanas.

La respuesta a un llamado colectivo

“Para mí fue y es un honor participar porque necesitaba sentirme útil en este proceso y ser parte de las soluciones. Fue una oportunidad que tocó mi puerta. Durante todo este tiempo he hecho protectores faciales y me hacen mucho sentido en términos de su efectividad para la protección. La labor en sí es de muchos pasos, no es muy fácil al principio pero como la práctica va ayudando, pasa a ser muy mecánico”, sostuvo Paulina Menanteaux, kinesióloga y parte de esta red. 

Por su parte, Francisca Bustos, egresada de Ingeniería en Recursos Naturales de la U. de Chile, y una de las voluntarias, también agradeció la oportunidad de ser parte de la red, en sus palabras, "tiene mucho más valor ser un aporte colaborando desde una orgánica voluntaria -entregando parte de tu tiempo- que desde un aporte económico solamente. Si podemos y somos afortunadas por mantener nuestros trabajos, creo que es nuestro rol apoyar a los y las que están dando todo por salvar vidas en los hospitales, e indirectamente ser un soporte para quienes se atienden en la salud pública”.

Víctor Alvear fue otra de las personas que respondió al llamado a colaborar y quien tiene una hija que trabaja en el Hospital Sótero del río. Él vino a facilitar la labor de las voluntarias, dado que cuenta con un taller de corte industrial ubicado muy cerca del hospital, y se ofreció para realizar los cortes de los paños y tiras, permitiendo que 1500 mascarillas se entreguen listas para su plegado y ensamblaje a diez voluntarias en cada partida. Algunas esperan les toque cortado, aunque otras prefieren seguir cortando todo. Las 1500 mascarillas restantes son armadas en el hospital. 

“Lo primero que hice fue hacer una caja de muestra para que vieran si servían o no y quedaron maravillados con lo que hace la máquina. A mí siempre me ha gustado ayudar a la gente, y con la pandemia quedaron las máquinas paradas porque hago ropa para los colegios y prefiero usarlas para ayudar en lo que se pueda”, señaló quien además  en los ‘70 estudió Diseño Textil y Estampado en la U. de Chile en la sede Ñuble.

Paola De la Sotta, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. Chile, destaca el rol de las mujeres en este tipo de iniciativas. “Como siempre fue una mujer quien impulsó la red y ahí estábamos nuevamente haciendo fila para poder colaborar en lo que fuera”, indicó otra de las integrantes de esta instancia.

“Como diseñadora, me motiva ayudar y tener las manos ocupadas, también le da un sentido especial el saber que todos los que la integran están allí por empatía, voluntad y convicción con la sola intención de ayudar a quien se lleva la mayor carga, para poner el corazón en algo que sabes le va a facilitar su trabajo a quienes están poniendo el cuerpo en el terreno más arduo y difícil. Me conmueve ver a la gente de salud tan disponible y valiente, poder aportar con un granito de arena, para que sepan que hay un grupo de personas que trabajan día a día para que no les falte una mascarilla de protección”, puntualizó la académica del Departamento de Diseño.

Finalmente, según el último conteo realizado a principios de julio, la red de la zona oriente ha confeccionado 20.743 mascarillas y 4.280 protectores faciales. Las voluntarias y voluntarios siguen trabajando semana a semana para hacer entrega de estos protectores personales a los y las trabajadores de la salud, quienes día a día se exponen para salvar vidas y protegernos a todos.