Análisis: Sequía en Patagonia Por René D. Garreaud, Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, y Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2

Análisis: Sequía en Patagonia
René Garreaud, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2
René Garreaud, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2

Entre comienzo del 2021 y mediados de abril la estación meteorológica El Tepual en Puerto Montt (operada por la DMC) registra una acumulación de lluvia de 117 mm, solo un tercio del promedio histórico para este periodo. Otras estaciones en la región de Los Lagos y la parte norte de Aysén muestran déficits similares (40-70%) configurándose así uno de los veranos más secos que ha experimentado esta región en los últimos 50 años. La Figura A muestra, nuevamente para El Tepual, la acumulación de verano (noviembre-marzo) e invierno (abril-octubre), destacando el verano que acaba de terminar como el segundo más seco desde 1950 solo siendo superado por el verano 2014-2015. Además de la extrema sequía del verano que termina, este periodo presentó temperaturas por encima del promedio que, en el caso de sectores más alejados de la costa, resultaron en varias olas de calor de 3 y más días de duración.

Figura A: Precipitación acumulada en invierno y verano en la estación El Tepual, Puerto Montt (DMC)

Un ejemplo de lo anterior lo muestra la estación Futaleufú (DMC) con cinco olas de calor en los últimos tres meses (Figura B). Las series de precipitación estacional en Puerto Montt revelan una tendencia a la disminución que se ha mantenido durante las últimas 3-4 décadas. En ambas estaciones del año se aprecia una disminución del orden de 60 mm/década, que corresponde a -6%/década en invierno y -12%/década en verano (Boisier et al. 2018). Buena parte de la tendencia a condiciones más secas es atribuible al cambio climático de origen antropogénico (Boisier et al. 2018). Veamos en algún detalle, la conexión entre cambio climático y sequía en la zona sur de Chile. Esta conexión no es obvia, pues un planeta más cálido va, en promedio, de la mano de un aumento de vapor en la atmosfera y eventualmente más precipitaciones. Por un lado, el aumento de gases con efecto invernadero (como el CO2) ha provocado un calentamiento de la troposfera (entre la superficie y unos 12 km de altura), especialmente en latitudes bajas y medias. Por otro lado, desde los años 1960 se comenzó a elaborar y emplear una molécula llamada cloro-fluro-carbono (CFC) en refrigeración y otros usos industriales. Estos CFC comenzaron a destruir la capa de ozono, en especial en la estratosfera (entre los 15 y 40 km de altura) sobre la Antárctica, resultando en la aparición del “agujero de ozono”. Menos ozono significa menos absorción de radiación ultravioleta proveniente del sol, ocasionando un enfriamiento de la estratosfera polar. El calentamiento de la troposfera tropical y enfriamiento de la estratosfera polar ha resultado en una intensificación del vórtice polar, un anillo de intensos vientos del oeste ubicado a unos 13-20 km sobe la Antárctica, en especial durante los meses de primavera. La intensificación del vórtice polar en altura ha ocasionado un aumento de los vientos del oeste en toda la troposfera (e incluso la superficie) alrededor de la periferia antárctica, cuyo balance requiere una caída de presiones en latitudes altas y un aumento de presiones en latitudes medias.

Figura B: Temperatura máxima (TX) diaria en la estación Futaleufú (DMC) entre el 15 de enero y 15 de abril 2021 (línea negra). La curva roja suave corresponde al percentil 90% (T90) considerando la distribución histórica. Las barras verticales indican la ocurrencia de olas de calor (3 días o más con TX>T90). Fuente: DMC. https://climatologia.meteochile.gob.cl/application/mensuales/olasDeCalorRecientes/430002/2021/04/15

Este patrón, denominado la fase positiva del modo anular del sur (SAM por sus siglas en inglés) es precisamente el factor que generan las condiciones más secas en la Patagonia chilena (Fig. C).

Superpuesto a la tendencia de largo plazo, las series de precipitación también muestran una importante variabilidad interanual, con alternancia de condiciones más lluviosas o secas que el promedio. Esta variabilidad de alta frecuencia es causada por fenómenos naturales (como El Niño – Oscilación del Sur; e.g., Garreaud et al. 2009).

Lamentablemente, los modelos de predicción climática prevén que la tendencia al secamiento y levemente aumento de temperaturas continuara en las próximas décadas (Aguayo et al. 2018). Como también es previsible que las variaciones naturales continuaran ocurriendo, se infiere que las sequias extremas (como la de este verano) aumentaran su frecuencia en el futuro (Aguayo et al. 2021). Lo anterior, combinado con la evidencia empírica de que años secos/cálidos favorecen la ocurrencia de FAN en Patagonia (Leon-Muñoz et al. 2018; Garreaud 2018; Diaz et al. 2020) ciertamente constituyen un motivo de preocupación frente a lo cual es necesaria disminuir fuertemente la vulnerabilidad y/o exposición de las actividades que se desarrollan en Patagonia Norte (Soto et al. 2019; Pica-Téllez et al. 2020).

Figura C: Esquema de como el cambio climático (mas CO2 y menos O3) influyen en el clima de Chile y disminuyen las precipitaciones en la zona centro y sur.

Referencias

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  • J. León-Muñoz, M. Urbina, R. Garreaud and J.L. Iriarte, 2018: Hydroclimatic conditions trigger record harmful algal bloom in western Patagonia (summer 2016). Scientific Reports, 8, 1330, DOI:10.1038/s41598-018-19461-4.
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