Comunidad universitaria

Universidad de Chile despide al médico y profesor emérito Alfredo Jadresic

U. de Chile despide al médico y profesor emérito Alfredo Jadresic
"Mi esperanza es que salga una nueva Constitución que restablezca en Chile el sentido de un gobierno solidario, responsable", señaló el académico en una de sus últimas entrevistas.
"Mi esperanza es que salga una nueva Constitución que restablezca en Chile el sentido de un gobierno solidario, responsable", señaló el académico en una de sus últimas entrevistas.

"Mi esperanza es que salga una nueva Constitución que restablezca en Chile el sentido de un gobierno solidario, responsable”, explicaba Alfredo Jadresic en una de sus últimas entrevistas en agosto de 2020. En dicha oportunidad el médico y profesor emérito de la Universidad de Chile abordaba las estrategias del gobierno para enfrentar la pandemia, en contraste con la denominada medicina social, mucho más cercana a lo que para él debía tratarse la atención en salud.

Alfredo Jadresic, fallecido este viernes 1 de octubre, estuvo gran parte de su vida ligado a la Casa de Bello. Nacido en la ciudad de Iquique en 1925, ingresó en 1943 a la Facultad de Medicina donde tuvo una activa vida universitaria y una destacada trayectoria en el deporte universitario, que lo llevaron a ser campeón sudamericano de salto alto y luego a Londres, donde compitió en los Juegos Olímpicos de 1948, logrando el noveno lugar entre los otros 26 competidores. Sin embargo, a pesar de los buenos resultados su carrera deportiva se extendería sólo un año más luego de esa experiencia, lo suyo era la medicina.

Especializado en endocrinología, desde sus comienzos en la universidad demostró un gran compromiso con la salud pública, lo que posteriormente lo llevarían a encabezar instituciones pioneras en Chile, como el Laboratorio de Investigaciones Endocrinas y la Unidad de Radioisótopos del Hospital San Juan de Dios. Más adelante fue decano de la Facultad de Medicina, donde encabezaría uno de los procesos más importantes en la historia de la Universidad de Chile: la reforma universitaria.

“La Universidad de Chile tenía especiales características, como su virtual carácter nacional extendida por el país, y había necesidad objetiva de cambios. Eran esperados por la comunidad universitaria. La universidad estuvo parada dos meses y se llegó a un acuerdo del rector con la Fech y la Asociación de Académicos. Todo dependía del rector, que encabezaba el gobierno central. Comenzaba a estudiarse la reforma. Para esos efectos se constituyó una comisión central de reforma, que debía recoger las propuestas aprobadas en un documento que sería la base del Estatuto. En algún momento se pensó que ese trabajo debería durar unos tres meses. Pero duró cuatro años. Hubo que resolver una infinidad de problemas. Incluso se dictaron leyes para normalizar el proceso. En la Facultad de Medicina teníamos mucha claridad de lo que se necesitaba. Había gran déficit de médicos, enfermeras, matronas y tecnólogos. Y había que democratizar la universidad”, explicaba Jadresic en una entrevista de 2013.

Luego de la reforma vendría la dictadura y el profesor Jadresic fue detenido en el Estadio Nacional en 1973 y posteriormente exiliado, radicándose por 16 años en Reino Unido, donde se desempeñó como investigador en la Universidad de Oxford. Posteriormente, a su regreso al país, se abocaría a la tarea de renovar los estatutos de la Universidad.

Debido a su destacada trayectora y contribuciones, en 2003 recibió el reconocimiento de Profesor Emérito de la Universidad de Chile. Luego, en 2007, publicaría su libro de memorias “Historia de Chile en la vida de un médico”, donde aborda algunos de los principales acontecimientos del siglo XX.

Con un extracto de sus escritos, la comunidad universitaria recuerda la memoria del Doctor Alfredo Jadresic:

“Tradicionalmente, la Universidad de Chile ha cumplido un rol fundamental en la gestación de la identidad nacional, el desarrollo político, democrático y republicano del país, el sentido de servicio público de sus egresados, el cultivo de las ciencias, las artes, las humanidades y las tecnologías y el progreso material de la nación (…) Con una mirada previsora y alejada de las contingencias, no cabe duda que, en el más claro interés del país, debemos mantener una Universidad de Chile sólida y, permanentemente, a la vanguardia de la creatividad en la investigación y la docencia. Esta es, ciertamente, la Universidad necesaria para Chile, que la sociedad tiene la responsabilidad de defender”.