Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022

Doctor Ricardo Araya: “Escuchar es bastante poderoso terapéuticamente”

Dr. Ricardo Araya: “Escuchar es bastante poderoso terapéuticamente"
Doctor Ricardo Araya
El flamante Premio Nacional, destaca la importancia de hablar abiertamente de salud mental. “Yo he sufrido de depresión, y me he tratado y he tenido la suerte de responder al tratamiento, y a pesar de todo ello he logrado muchas cosas en mi vida, como por ejemplo, que me hayan dado este premio”, dice.

El Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022 honró al egresado de la Universidad de Chile, el Dr. Ricardo Araya, médico cirujano especialista en psiquiatría que ha hecho aportes importantísimos en programas sobre depresión y en salud primaria a nivel global. Es la primera vez que este importante reconocimiento lo recibe un investigador de la salud mental, una poderosa señal que da cuenta de la relevancia y la urgencia de hacerse cargo de esta área tan relevante para la vida y el bienestar de las personas. 

El investigador del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, Imhay, conversó con Prensa UChile desde Londres, donde está radicado dirigiendo el Centro de Salud Mental Global del King 's College London. El profesor ha dedicado su carrera a ayudar a las personas, principalmente mujeres, no solo a sanar trastornos mentales, sino que a disfrutar la vida. “Yo he sufrido de depresión y he podido lograr grandes cosas, como este premio”, dice el Dr. Araya, como una forma de entregar esperanza.

De las más de 300 publicaciones científicas y 60 proyectos de investigación, el profesor destaca un estudio realizado por su equipo y publicado en Lancet (2003) para mejorar el tratamiento de mujeres con depresión en la atención primaria en el país. Este trabajo fue la base del primer Programa Nacional de Tratamiento de la Depresión en Atención Primaria en Chile. Además, se ha exportado y replicado en diversas naciones alrededor del mundo, como en África, Latinoamérica y Asia. “Fue una de las cosas más bonitas que me ha tocado vivir en mi carrera. En Santiago hay un grupo de mujeres que sigue reuniéndose y juntándose porque una parte de ese tratamiento que les entregamos era una intervención grupal”, dice.

- ¿Cómo han sido los últimos días tras recibir el Premio Nacional? ¿Qué significa para usted este premio? 

He estado muy contento, como cualquiera se podrá imaginar. La realidad es que no me lo esperaba, para ser bien sincero, y -a la vez- es una satisfacción, más que por el reconocimiento de mi trabajo, por el reconocimiento de la labor de nuestro equipo, que ya lleva más de 30 años trabajando en Chile. Hemos hecho muchas cosas, algunas de ellas no se conocen mucho en el país. Siempre tuve el interés, el deseo y el desafío de transmitir este conocimiento a otros lugares del mundo, donde hay personas con problemas de salud mental que son completamente ignorados. Eso me llevó a trabajar en muchas partes del planeta, con gente muy maravillosa. Y lo más contento que me tiene es que por primera vez en la historia de este premio, se entrega a una persona que trabaja en un campo que es la salud mental, que tiene cercanía con muchas cosas, dentro de ellas con las ciencias sociales. Se le entrega el premio a la salud mental en un momento que es vital, no solo para las chilenas y chilenos, sino que para el mundo entero. Desde donde lo mires, muy contento, tratando de disfrutarlo.

- Se dice que ahora vivimos una "pandemia de salud mental" ¿Cómo estamos en Chile en esta área?

Es un escenario complejo para el mundo, en todos lados la cosa está difícil. Esto tiene una repercusión potente en la salud mental a nivel poblacional. La salud mental es muy sensible a los condicionamientos sociales, a lo que está sucediendo en el contexto. Nos llueve sobre mojado con la pandemia, que ha tenido muchas consecuencias económicas y sociales que golpearon al mundo entero, y a Chile en particular. Hay cosas importantes sucediendo: la guerra entre Rusia y Ucrania ha generado un clima a nivel económico muy complejo, con una inflación desatada que repercute en la gente que tiene menos ingresos y hay que seguir viviendo y no dan las lucas… Todo eso tiene una implicancia en la salud mental de las personas. Hay mucha incertidumbre, eso genera angustia, y otros pasan de la incertidumbre al convencimiento de que las cosas no van a mejorar, y ahí se empiezan a deprimir. Impacta también en las arcas fiscales, y eso repercute en los servicios que se pueden entregar. Es un momento muy complejo de la historia, creo que es el más complejo que me ha tocado vivir en mis 65 años de vida.

- Es una época de transformaciones profundas en Chile y el mundo ¿Cómo mantener la cordura y la esperanza?

Vengo de un área que siempre ha estado en crisis. Siempre he pensado que las crisis hay que enfrentarlas como oportunidades también, y hay muchas cosas que replantearse, a nivel personal, muchas personas se han replanteado y hecho cambios en su vida, y a nivel social también hay grandes replanteamientos. Hay que enfrentar las crisis y ver cómo salimos lo mejor parados.

- ¿Cómo podemos mejorar la salud mental de la población en Chile? ¿Hemos avanzado?

Trato de tomar una visión positiva sin ser complaciente, de ver dónde hemos avanzado, dónde hay que poner los énfasis, etc. Hay cosas que a nivel social hemos avanzado. El hecho de que me hayan dado a mí este premio ya es un reconocimiento de que la salud mental es algo importante en la sociedad. Otro ejemplo, el Presidente Boric reconoció que había tenido un trastorno mental durante la campaña electoral. En otros tiempos esto hubiera significado la eliminación instantánea, porque la persona no estaría en condiciones de asumir un cargo de tal importancia, y hoy no es así, salió elegido.

Hemos ido botando estigmas y prejuicios. Hoy se habla de salud mental, hemos avanzado. Esto va normalizando lo que es la salud mental y los trastornos mentales, que son enfermedades, la mayoría de las cuales tienen tratamiento y hay que asumirlas, y no necesariamente te limitan por el resto de tu vida. Un ejemplo personal. Yo he sufrido de depresión, y me he tratado y he tenido la suerte de responder al tratamiento, y a pesar de todo ello he logrado muchas cosas en mi vida, como por ejemplo, que me hayan dado este premio.

- ¿Y en cuanto al acceso a tratamientos para las enfermedades mentales?

La salud mental es más que los trastornos, está relacionada con el bienestar y con la capacidad de las personas de poder llevar una vida plena, de disfrutarla, de participar de la sociedad de una manera activa. En el tratamiento de los trastornos mentales, es verdad que hay una deuda bastante grande. Es un tema complejo de cómo cubrir esa brecha, pero se ha avanzado. Como el programa GES, que incluyó trastornos mentales desde el comienzo, en el 2005, y se han ido agregando más al listado. De acuerdo a los estudios que hemos hecho, basados en las encuestas del Ministerio de Salud, el GES efectivamente disminuyó la desigualdad en el acceso a tratamientos. Es un programa único en el mundo, un programa de salud como una garantía social con respaldo del Gobierno. Quizás habría que ponerle más énfasis en la calidad, pero en cuanto acceso y disminución de las desigualdades ha sido potente.

Chile aún invierte muy poco en los servicios de Salud, solo un 2% del total del presupuesto de Salud, siendo que es un 20% de toda la carga de enfermedad de todo el país. Hay un compromiso del Gobierno actual de aumentar ese presupuesto.

- La salud de las mujeres ha sido uno de los focos de su trabajo ¿Cómo llegó a ayudar a tantas? 

Gran parte de mi trabajo es con mujeres, desde colegas hasta pacientes. Siempre me interesó mucho la atención primaria, y la gran mayoría de las personas que asisten a los consultorios son mujeres, dos tercios. Además, las investigaciones dicen que las mujeres presentaban más síntomas de angustia y depresión que los hombres. He estado rodeado de mujeres, fue un acierto y un placer, y es también un gran compromiso.

- A nivel personal, ¿cómo podemos ir sanando y sintiéndonos mejor? 

En ese tema, las responsabilidades están en todos lados. Primero, una responsabilidad individual. Uno tiene que ir viendo qué tan vulnerable es uno, qué cosas nos afectan, cómo controlar esas cosas, darse los tiempos y espacios, y condiciones para protegerse a sí mismo y estar consciente de que uno pertenece a un contexto. La primera capa de la cebolla es quienes nos rodean, familias, compañeros de trabajo, amigos, y ahí va quedando algo en el aire, en las conversaciones, y tratar de darle una oportunidad a esas personas, para compartir, que cuenten lo que sienten y escuchar. Escuchar es bastante poderoso terapéuticamente. Dar algún consejo que valga la pena dar. Sabemos que un estrés excesivo no conduce a una buena salud mental. Hay otras cosas que ayudan a proteger la salud mental, el apoyo social, distenderse, etc.

Soy una persona absolutamente convencida de la importancia de la intersectorialidad en el tema de la salud mental. Para llegar a la población hay que salir del consultorio. Está en la escuela, en todas partes. Nosotros hemos trabajado mucho con Imhay, en la Universidad de Chile, en la educación primaria, secundaria, con universidades. Ahí también hay oportunidades, de identificar, de generar ambientes que sean proclives a una mejor salud mental