En una íntima ceremonia:

Comunidad de Las Encinas rindió homenaje a Ana Luisa Riquelme

Comunidad de Las Encinas rindió homenaje a Ana Luisa Riquelme

Creo que era una voluntad implícita de la comunidad, que ella volviera a estar entre nosotros. No había claridad en la manera en que eso iba a suceder, pero sí que existía ese deseo, esa voluntad de que volviera a estar en el lugar que fue muy seguramente su hogar. Para todos nosotros ella era un personaje cotidiano, una persona con la cual compartimos todos los días porque ella pasaba gran cantidad de tiempo acá”, señaló Luis Montes Rojas, vicedecano de la Facultad de Artes, al término de la ceremonia que organizó el Departamento de Artes Visuales para homenajear y despedir a Ana Luisa Riquelme, Luchita, quien durante muchos años fue modelo en los talleres de dicha unidad académica y que falleció a mediados de 2020.

La ceremonia fue encabezada por el director del Departamento de Artes Visuales, Francisco Sanfuentes, y contó con la presencia del decano de la Facultad de Artes, Fernando Carrasco, del Vicedecano Luis Montes Rojas, de representantes de la Asociación de Funcionarios de la Universidad de Chile filial Artes, de profesores y profesoras, y de funcionarios y funcionarias, quienes llegaron hasta el parque de la sede Las Encinas para despedir a Luchita a más de dos años de su partida.

Esto es por la Luchita y por todas aquellas personas para quienes su vida ha sido la Universidad, que han ido desapareciendo, yéndose y a veces se va perdiendo su memoria”, dijo Francisco Sanfuentes durante la ceremonia, oportunidad en la que agradeció al Vicedecano por impulsar este gesto y a la académica del Depto. de Artes Visuales, María de los Ángeles Cornejos, por organizar y hacer posible que este homenaje finalmente se concretara. El Vicedecano, por su parte, que también es académico del Depto. de Artes Visuales, aprovechó la instancia para agradecer públicamente a Macarena Pérez, asistente social de la Facultad “que hizo posible esto con el cuidado de las cenizas (de Luchita) desde su fallecimiento hasta el día de hoy”, así como a todas las personas que se hicieron parte de este homenaje a la memoria de Luchita.

La ceremonia, que tuvo un carácter íntimo, finalizó con el entierro de las cenizas de Luchita en el parque de la sede Las Encinas, sobre las cuales se plantó un Olivo que representa su permanencia por siempre en los pastos de la Facultad de Artes, donde Ana Luisa Riquelme pasó gran parte de su vida.

La modelo, la persona

Cuando Patricia Vargas, académica del Depto. de Artes Visuales, entró a estudiar a la entonces Escuela de Bellas Artes de la U. de Chile se encontró con Luchita. “La Luchita entró antes y fue modelo de mi papá en el Taller de Escultura”, recordó la académica, quien posteriormente, en su rol de docente, también trabajó con Luchita como modelo en el Taller de Dibujo que imparte a estudiantes de Artes Visuales. “Ella era absoluta, posaba con mucha gracia. Y además con tantas ganas que cuando venían los estudiantes sin ganas de dibujar y veían a la Luchita, no podían no hacerlo. Ella era una energía positiva permanente”, señaló la prof. Vargas una vez finalizada la ceremonia. 

El también académico del Depto. de Artes Visuales, Arturo Cariceo, recordó que cuando él era estudiante, ella era modelo del curso del prof. Jaime León y que “también fue mi modelo por un poquito más de una década, cuando yo era profesor de dibujo”. Ella “conocía a la perfección el comportamiento del cuerpo en términos clásicos, o sea, cómo se modelaba y cómo descendía el cuerpo. Esa cosa no la he visto en ninguna otra modelo más”, dijo, destacando que “la Luchita tenía una mente muy abierta y como mis clases tenían un carácter experimental, se prestaba también para entender y comprender otras operaciones donde el modelado no se ponía en crisis pero sí ampliaba su registro. Era fantástica, generosa, siempre amorosa y muy reservada”.

“Ella llegó a trabajar muy joven a la Facultad, siempre fue parte de la Facultad, no tenía más familia, ésta era su familia. Entonces, siento que ella vuelve a estar donde siempre estuvo y donde siempre quiso estar”, señaló Macarena Pérez, asistente social de la Facultad de Artes que, en el marco de ese rol, realizó todos los trámites cuando Luchita falleció en plena pandemia. Y “además, hacerme cargo hasta el día de hoy de las cenizas y del cuidado que eso requiere. Como era una persona sola, tuve que asumir ese rol por un tema laboral, pero también por el cariño hacia ella, por haberla conocido y haber compartido con ella. Fue un momento difícil porque fue en pandemia, pero había que hacer el trabajo y, por amor a la Luchita, también había que darle un final digno a ella”, recordó. 

“Cuando nos contactó el Vicedecano, inquieto por el destino final de los restos de la Luchita, inmediatamente asumimos la importancia que esto tenía y que es parte de lo que es la Universidad de Chile. No solamente es un lugar de enseñanza, de trabajo académico, sino que también hay una humanidad que hay que tratar de relevar siempre, y que es tan importante como todo lo otro”, dijo Francisco Sanfuentes. Y concluyó: “Cuando depositamos las cenizas, probablemente todas las personas que estuvieron ahí, estaban recordando, imaginando, visualizando a la Luchita. Y eso es súper importante, porque la memoria, donde más se sostiene, es en el espíritu de la gente”.