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Estudiantes de distintas instituciones se reunieron en el Primer Encuentro Interuniversitario por la Diversidad Funcional

Primer Encuentro Interuniversitario por la Diversidad Funciona
Diego Cifuentes, Subdirector de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Medicina.
Diego Cifuentes, Subdirector de Asuntos Estudiantiles de la Facultad de Medicina.
Bastián Madrid, estudiante de arquitectura e integrante de Cedifuch.
Bastián Madrid, estudiante de arquitectura e integrante de Cedifuch.
Estudiantes en grupo en dinámica de conversación.
Estudiantes en grupo en dinámica de conversación.
Conversatorio “Experiencia e importancia de la organización estudiantil por la diversidad funcional”.
Conversatorio “Experiencia e importancia de la organización estudiantil por la diversidad funcional”.
Taller "¿Cómo discapacitamos la academia?”.
Taller "¿Cómo discapacitamos la academia?”.
Estudiantes en la feria informativa.
Estudiantes en la feria informativa.
Intervención artística Colectivo Invisible.
Intervención artística Colectivo Invisible.
Foto con les participantes del día sábado.
Foto con les participantes del día sábado.
Afiche realizado de manera colaborativa por el estudiante Víctor Clavería y la diseñadora de DAC, Jade González.

¨Queremos tener una voz”, “nos organizamos desde la necesidad de revolucionar”, “queremos hablar en primera persona de nuestros derechos”, “no se han cumplido las adecuaciones curriculares en mi universidad”, “tratamos de luchar por educar a las otras personas y ocupar el espacio que merecemos dentro de la universidad”, “debemos darnos ese espacio para simplemente poder existir, “estamos acá por muchas voces que aún están escondidas”. 

Estos y otros relatos de estudiantes con diversidad funcional de distintas universidades de Santiago se oyeron en el Primer Encuentro Interuniversitario por la Diversidad Funcional, espacio construido colaborativamente por la Coordinadora de Estudiantes con Diversidad Funcional (Cedifuch) y la Unidad de Apoyo a la Diversidad Funcional de la Oficina de Equidad e Inclusión de la U. de Chile, en conjunto con el Centro de Estudiantes en Situación de Discapacidad (Cedisc USCH) y el Departamento de Inclusión y Derecho a la Diferencia de la Universidad de Santiago.

La instancia, que contó con dos jornadas, inició en la tarde del pasado viernes en la Escuela de Terapia Ocupacional de la Facultad de Medicina, siendo el Subdirector de Asuntos Estudiantiles de la Facultad, Diego Cifuentes, quien dio la bienvenida a les estudiantes, quienes a pesar de la lluvia, llenaron el lugar: “Es un orgullo estar acá e ir viendo como este Encuentro va instalando el hablar de discapacidad y el reunirse en torno a estos temas en la universidad y también de un modo interuniversitario, particularmente en la Facultad de Medicina, la que siendo transparente no se caracteriza por ser inclusiva, pero que está dando pasos para transformarse en una comunidad más inclusiva, por lo tanto el simple hecho de poder recibirles para nosotros es otro paso en ese camino, el que cuenta con el apoyo de la máximas autoridades de este espacio”.

Desde el mundo estudiantil, las palabras de Bastián Madrid, estudiante de arquitectura e integrante de Cedifuch, iniciaron la reflexión y el diálogo: “Creo que todos los presentes alguna vez han vivido alguna situación de discriminación, en donde se le han trasgredido nuestros derechos. En el caso universitario lo que más se transgrede son las adecuaciones curriculares, las que son un derecho, no son un favor o una ´ayudita´, porque las barreras están presentes, y estas cosas van a seguir pasando si nadie pone en énfasis el problema. Entonces surge la pregunta de cómo hacer el cambio. De manera sola o individualmente uno no puede llegar lejos, uno necesita un mayor respaldo y siento que tenemos hoy día una generación más consciente de la discapacidad y por eso creo que estas instancias son tan importantes para generar estos cambios y romper las barreras existentes”.

La actividad comenzó con una dinámica por grupos, “Para romper el hielo”, para luego dar paso al conversatorio “Experiencia e importancia de la organización estudiantil por la diversidad funcional”, en el que estudiantes de diferentes universidades dialogaron y contaron sus experiencias sobre por qué se comenzaron a organizar, cuáles han sido los aprendizajes que han obtenido en este proceso de participación y sobre la importancia de las organizaciones estudiantiles en el contexto actual de la educación superior y del país. 

“Lo hemos pasado mal y por eso doy las gracias a mis compañeros y compañeras porque nos contenemos harto (...) Pero yo siempre digo: lo siento si no soy tu voz pero quizás soy la voz de otras personas más y si tu quieres ser voz también, yo te ayudo y ayudémonos mutuamente porque yo también estoy en el camino del aprendizaje y esto no es fácil… Al final todos remamos para el mismo lado”, contó Catalina Aravena, presidenta del Centro de Estudiantes con Diversidad Funcional de la Universidad Alberto Hurtado, agregando, que su organización nace ya que se vieron en “la necesidad de organizarse porque venimos siendo discriminados por muchos años en la universidad”, reconociendo que empezaron “desde el miedo”, pero con muchas ganas ya que tras la “simple idea” de hacer un formulario de google se reconocieron entre su pares porque al poco tiempo habían 176 estudiantes inscritos, lo que quería decir que eran mucho más de lo que pensaban. 

Vincent Ramírez, co-coordinador general de Neurodiversidad Universidad Diego Portales, también reconoció que no ha sido un camino fácil, naciendo durante el primer semestre de este año como un “grupo de whatsapp con muchas ideas”, para consolidarse este segundo semestre, pero sin embargo aún sienten “que no tienen la fortaleza suficiente para tener conversaciones con la universidad y poder hablar de las demandas que tienen como estudiantes”, señalando que, como pasa en muchos espacios universitarios, el programa que se encarga de apoyar a las personas con diversidad funcional no hace consultas a las personas que son parte del programa, “lo que es un un tanto asistencialista: porque tenemos voz, sabemos qué necesitamos, sabemos que requerimos más apoyos, por lo que es una gran dificultad no poder hacer las propuestas que nosotres tenemos”. 

Por su parte, Ivana Jiménez, integrante del colectivo Anticapacitistas Juan Gómez Millas, organización de “personas con discapacidad y personas neurodivergentes en contra del capacitismo”, contó que se comenzó a organizar porque hoy, a sus 33 años, está “intentando estudiar por tercera vez”, ya que las veces anteriores intentó crear un espacio para personas neurodivergentes, logrando crear una comunidad, sin embargo en dicha institución no se daban los espacios para poder sostenerla. Denunciando, a su vez, que cuando entró a estudiar a la Universidad de Chile, tuvo muchos problemas “sobre todo durante el primer semestre”, ya que no se respetaban las adecuaciones curriculares, agregando que desde ahí se quedó “con esa rabia de querer hacer algo, porque no puede ser que esto que me está pasando a mí le esté pasando quizás a compañeros que recién entraron a la universidad, que tienen 18 años y yo a los 18 años no hubiese podido enfrentar una situación como esa, porque no puede ser que estén pasando estas situaciones en la universidad y como que nadie se entera (...) Además es muy importante tener esta red de apoyo y generar comunidad”. 

Tensionar los territorios

La segunda jornada se llevó a cabo la mañana del sábado en la Universidad de Santiago, la que abrió sus puertas para recibir a les estudiantes con una feria informativa con stands de organizaciones estudiantiles, unidades de apoyo de ambas instituciones y  Cartas por la Inclusión y Tricipite, proyectos que trabajan en pos de la accesibilidad universal; los talleres “Sexualidad, Derecho y Diferencia”  y “¿Cómo discapacitamos la academia?”, para cerrar con la intervención artística del Colectivo Invisible. 

Loreto Eyzaguirre, encargada de Acompañamiento Socioeducativo del Departamento de Inclusión y Derecho a la Diferencia de la Universidad de Santiago, destacó la importancia de trabajar de manera colaborativa y coordinada como equipos de universidades estatales, ya que desde su mirada esto permite seguir “visibilizando la presencia de estudiantes disca en la educación superior y por otro lado tensiona al territorio porque este territorio piensa que hay una norma de estudiantes, lo que no es así, y eso significa que hay estudiantes, funcionarios y académiques que se reconocen en la discapacidad”.

La profesional contó que actualmente el Departamento de Inclusión y Derecho a la Diferencia USACh se vincula con aproximadamente unos 300 estudiantes, pero que no tiene un número preciso de cuántos alumnos y alumnas con diversidad funcional estudian en la institución, por lo que es clave continuar trabajando de manera coordinada y colaborativa tanto con estudiantes como con profesionales de otras universidades, porque por medio de esa unión podemos proyectar, además, exigencias al Estado y a las autoridades educativas. 

En la Universidad de Chile, en tanto, en 2023, 1486 estudiantes declaró algún tipo de discapacidad en FOCES o en Matrícula, por lo que se hace primordial seguir levantando estos espacios de encuentro, como recordó Rocío Quezada, terapeuta ocupacional de la Unidad de Apoyo a la Diversidad Funcional de la Oficina de Equidad e Inclusión. “Es fundamental acercar el trabajo de las agrupaciones u organizaciones estudiantiles sobre diversidad funcional o neurodivergencias, tanto a las y les estudiantes como a las distintas unidades académicas. El valor de las organizaciones con diversidad funcional es una contribución enorme para la institución, pues desde sus opiniones y experiencias se tienen que orientar todas las prácticas y acciones. Además, para la comunidad estudiantil, las agrupaciones se transforman en un espacio de confianza y apoyo, ya que en base a lo que han comentado elles mismes, se genera una conexión y acogida por vivir experiencias similares y se da paso a que las motivaciones y fuerzas para proponer y realizar cambios en la educación superior, o a nivel de sociedad, se piensen y hagan desde lo colectivo”.

Para Yasna Serendero, estudiante de ingeniería civil en obras públicas y secretaria de comunicaciones y extensión del Centro de Estudiantes en Situación de Discapacidad de la Universidad de Santiago de Chile, “este evento y otros actos es lo que nos permite seguir avanzando y luchando en este camino, queriendo y reafirmando que lo importante y lo que buscaremos siempre es seguir construyendo y avanzando en temas de inclusión y accesibilidad, esperando que estas instancias sigan ocurriendo y creciendo, junto con diferentes iniciativas que abren espacios de conciencia y mejora”. 

La actividad culminó con la presentación artística del Colectivo Invisible, quienes intervinieron el espacio recordando que “en Chile, sólo el 15,7% de la población DISCA termina sus estudios de Educación Superior”.