Generación 2016 se reencuentra en la Facultad para celebrar su ceremonia de egreso

Generación 2016 se reencuentra para celebrar su ceremonia de egreso

"Nuestro egreso representa una compleja combinación de mérito, de azar, de esfuerzo y también de suerte", dijo Diego Gil, uno de los egresados que tuvo la misión de dar unas palabras durante la ceremonia con la que la Generación 2016 le pone punto final a su etapa de estudios de pregrado.

Fueron 162 egresados y egresadas que se despiden de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en la que significó la tercera ceremonia de egreso que se celebraba en el patio de su histórico edificio. "Es muy potente la experiencia de vida que han tenido en este lugar y hoy día los veo sonrientes, con sus personas más queridas, y eso la verdad, aunque suene un poco cursi, es hermoso", comentó el Decano Pablo Ruiz-Tagle en su discurso frente a la comunidad. Junto a él estuvieron el Vicedecano Francisco Soto; el Director de Escuela de Pregrado, Miguel González; la Subdirectora de Escuela, Constanza Núñez; el Director de Asuntos Estudiantiles, Rubén Burgos; y la Directora de Investigación, Rocío Lorca.  A cargo de la entrega de los diplomas a los galardonados y galardonadas estuvieron los profesores Fabiola Lathrop, Juan Eduardo Palma Cruzat, Renée Rivero, Javier Maturana, Nicole Nehme, Eduardo Sepúlveda y Ricardo Quezada, mientras que los maestros de ceremonia fueron los docentes Daniela Ejsmentewicz y Eduardo Morales.

Tal como reza el himno de nuestra Universidad con la frase "Nada muere cruzando tu umbral", el Decano les recordó a los nuevos egresados que, si bien cierran su etapa como estudiantes, de las aulas de Pío Nono no se va nadie: "Ustedes van a dar una vuelta y vuelven, es algo recurrente".

La autoridad añadió que es emocionante ver a la Generación 2016 en esta ceremonia, sobre todo porque "les tocó un tiempo muy difícil" que incluyó diversas huelgas que interrumpieron los estudios, además de situaciones como el estallido social, la pandemia e incluso el momento constitucional. "Con que le hubiera tocado una de estas cuestiones ya habría sido suficiente para contarlo", dijo el Decano.

Ante estos hechos que siguen teniendo un impacto dentro de la sociedad, el Decano resaltó el rol que cumple el derecho a la hora de solucionar de forma pacífica los conflictos. Hemos tenido dificultades, pero "hemos encontrado valores, principios, formas de convivencia que la verdad no existen en otros lugares del país" porque "el encuentro de personas distintas no se da del modo que lo encontramos en esta Facultad", apuntó.

"El diálogo entre distintas personas es lo que nos distingue y estas aulas deben estar abiertas para todos quienes quieran pensar libremente, para desarrollar el conocimiento, la cultura y la práctica de la democracia", puntualizó el Decano.

Egresados frente a los cambios de la sociedad

En esta misma línea, la egresada Sol Garcés y el egresado Diego Gil brindaron discursos que plasmaron el impacto que los procesos sociales y las controversias pueden tener en el proceso de enseñanza, sobre todo cuando se trata de la carrera de Derecho de la Universidad de Chile.

Así, Sol Garcés dijo que, en este periodo como estudiantes, "el vaivén de la historia nos enfrentó a cuestionamientos profundos, a entendimientos nuevos. Vimos dolores e injusticias, criticamos nuestras estructuras fundamentales y nos indignamos por la dignidad secuestrada, el miedo y el encierro nos recordaron lo frágil que es la vida, a quienes no están y a quienes casi perdimos".

Continuó en su discurso señalando que "nuestra historia en la escuela nos recuerda que el cambio es la única constante, que es necesario conocer al otro, reconocerlo, como dijo Humberto Maturana, como un legítimo otro en la convivencia, como condición necesaria para la construcción de una sociedad más justa y plural", sobre todo por lo que se viene por delante, ya que "en la vida profesional vamos a enfrentar conflictos y controversias, pretensiones resistidas e intereses contrapuestos, obstáculos y desencuentros, esos son los desafíos para los que nos ha preparado nuestro paso por la Facultad".

El egresado Diego Gil reflexionó sobre las amenazas que se plantean frente a la labor educativa y que poco a poco pueden ir socavando la paz dentro y fuera de la Facultad. Así, reconoció "la progresiva pérdida de autonomía universitaria", los "compromisos ideológicos que en ocasiones asfixian el disenso, el estudio y la reflexión crítica" o que "la universidad que en su servicio a la sociedad renuncia a ser faro convirtiéndose en simple espejo de ella". "Nuestra Facultad enfrentará tales advertencias y peligros, pero sí hay algo de lo que no tenemos dudas es del sentido de nuestra tarea", añadió.

"Seamos abogados o jueces, fiscales o defensores, parlamentarias, ministras, diplomáticos o funcionarios de gobierno, profesoras o profesores universitarios, líderes de opinión o asesores legislativos, deberemos estar a la altura tanto del privilegio que tuvimos como del compromiso que decidimos contraer al ingresar precisamente a este y no a otro lugar, compromiso con el debate y la persuasión con argumento y la deliberación, compromiso con el derecho, que ya sabemos que es bastante más que la mera voluntad del mayor número. Compromiso que no terminará luego de sacarnos un vestido o un traje porque la palabra es nuestro traje, con la que mediaremos entre la justicia y los desafíos que enfrenta el mundo", finalizó.

Fue el profesor Ricardo Quezada el elegido para brindar un discurso de despedida para la Generación 2016, el que se centró en lo que implica el ejercicio de la profesión de abogado, resaltando que no se puede ejercer de cualquier manera. "Si bien todas las artes, oficios o profesiones son ciertamente relevantes, no es posible desconocer que existen algunas que son derechamente indispensables dado su carácter consustancial a la idea misma de sociedad, entre éstas el derecho y la abogacía detentan un lugar principal. Esta calificación surge de observar que es inconcebible la vida en común que permita satisfacer adecuadamente las necesidades humanas sin la existencia de reglas", describió el académico.

Con miras a un futuro profesional desafiante, el profesor Quezada dijo que "la buena fe exige de nosotros conducirnos de manera honesta y correcta, ciñéndonos estrictamente a la ética y probidad profesional. Ello supone también que en nuestras respectivas actividades debemos perseguir no solo la satisfacción de nuestro solo interés, sino que también, y fundamentalmente, el interés de la justicia".

Por último, hizo un llamado a que los ahora ex estudiantes "busquen de manera consciente el camino profesional que quieran desarrollar, no se dejen simplemente llevar por la primera oportunidad que se les presente para terminar después en un trabajo que no les gusta, pero que les paga bien para comprar cosas que no necesitan. Están en el momento preciso para buscar y luchar activamente por desarrollar su carrera en el ámbito que mejor se adecue a su realización personal".