Salud pública

INACH y Favet confirman presencia de influenza aviar en la Antártica

INACH y Favet confirman presencia de influenza aviar en la Antártica

La cepa altamente patógena del virus H5N1 se ha estado diseminando por todo el mundo, causando altos niveles de mortalidad tanto en la vida silvestre como en la producción avícola. Se esperaba que este virus fuese avanzando hacia el continente antártico, pudiendo afectar a diferentes ejemplares de aves y mamíferos marinos de la zona.

Frente a este escenario, un equipo de investigadores a cargo del Dr. Víctor Neira, académico del Laboratorio de Virología de Favet y del Dr. Marcelo González, jefe del Departamento Científico del INACH, viajó hasta la Antártica para poner en marcha un plan de vigilancia y caracterización del virus de influenza aviar de alta patogenicidad, buscando evidencia de mortalidad y colectando muestras de los animales.

Benjamín Bennett, Naomi Ariyama y Gabriela Muñoz, estudiantes del Doctorado en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias; y Bárbara Berazay, quien cursa el Magíster en Ciencias Animales y Veterinarias; componen el grupo de investigadores del Laboratorio de Virología de la Universidad de Chile que viajó hasta el continente blanco y que detectó la presencia del virus de influenza aviar de alta patogenicidad en cinco págalos antárticos. Previamente, al principio de la expedición, participó también el Dr. Lucas Kruger, científico del INACH, experto en avifauna.

“Utilizando técnicas de PCR en tiempo real y bajo los protocolos establecidos por Servicio Agrícola y Ganadero, se analizaron seis muestras de cinco págalos antárticos, un ave marina típica de la zona conocida como skua.  Se detecta la presencia de Influenza A en todas las muestras analizadas. Al realizar la subtipificación y patotipo, se confirma la presencia de influenza aviar altamente patógena subtipo H5N1. Al tratarse de una enfermedad de denuncia obligatoria, notificamos al SAG de inmediato”, explica el Dr. Víctor Neira, quien está a cargo de la investigación.

El hallazgo se produjo en la Isla Ross, donde se ubica la base de la República Checa. El equipo de investigación de Favet se desplazó hacia el lugar en un barco de la Armada chilena, desde la Base Escudero en la Isla Rey Jorge donde se encontraban, después de una alerta de científicos checos, para tomar muestras de págalos antárticos que encontraron muertos cerca del mar.

El Dr. Neira destaca que “este es un hito que complementa otras detecciones hechas por otros grupos de estudio, y posiciona a nuestro país y nuestra universidad como líder en el tema investigativo antártico y reafirma el liderazgo que hemos tenido como institución en el estudio de influenza aviar”.

El INACH cuenta con un laboratorio de diagnóstico viral en la Base Escudero, que se estableció para este propósito a principio de temporada, donde el equipo de Favet pudo analizar las muestras y detectar el virus en el 100% de ellas. El SAG recibió el informe y ya solicitó las contramuestras.

“Este hallazgo pone en valor la capacidad de INACH en colaboración con Favet para realizar caracterización de virus y diagnósticos certeros que contribuyen a esta gran problemática mundial que es la influenza aviar altamente patógena. Contamos con equipos y técnicas de diagnóstico molecular que son basadas en PCR en tiempo real para la detección del patógeno y fue lo que nos permitió confirmar la presencia del virus en la Antártica; y, además, hemos dado soporte a otras naciones que se encuentran monitoreando el lugar”, consigna el Dr. Marcelo González, quien lidera el equipo de investigación del INACH.

Benjamín Bennett, a nombre del equipo de investigación, valora también el trabajo colaborativo internacional. “La labor que hemos llevado a cabo ha sido posible gracias a una estrecha cooperación entre INACH, la Armada de Chile, nuestra facultad y el veloz reporte de científicos de la base de República Checa. Esto demuestra lo importante que es la cooperación para realizar estudios de esta magnitud”, señala.

De acuerdo al Dr. Neira, resulta complejo delinear un plan de contención del virus en la fauna silvestre de la Antártica. Sin embargo, se deben mantener los programas de vigilancia y caracterización, ya que se ha demostrado que el patógeno puede establecerse en la población animal, mutar y ser una potencial fuente de influenza aviar que puede diseminarse hacia otros animales e incluso a los seres humanos.

El equipo de Favet está en la Antártica desde diciembre, primero llegaron Bennett y Berazay y luego se sumaron Ariyama y Muñoz; y se mantendrá realizando monitoreo y vigilancia hasta abril, principalmente en las especies más susceptibles al virus como págalos, pingüinos, elefantes y lobos marinos.