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Ciencia Abierta: un camino para democratizar el conocimiento que producen las universidades

Ciencia y acceso abierto: un camino para democratizar el conocimiento
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El Acceso Abierto u Open Access es el acceso gratuito a la información y al uso sin restricciones de los recursos digitales por parte de todas las personas. Cualquier tipo de contenido digital puede estar publicado en acceso abierto.
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En 2018, se dimensionaban la Internet en 33 zettabytes de data hasta ese momento, una cifra que sigue en constante crecimiento y que se estima llegará a los 175 zettabytes en 2025.
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Pilar Rico-Castro, jefa de la Unidad de Acceso Abierto Repositorios y Revistas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), institución que también es impulsora de la Ciencia Abierta.

Es difícil cuantificar el tamaño real del Internet, pero gran parte de las estimaciones lo miden en zettabytes, equivalente a un billón noventa y nueve mil quinientos once millones seiscientos veintisiete mil setecientos setenta y seis (1.099.511.627.776) gigabytes. Así encontramos cálculos como el publicado en 2018 por la International Data Corporation (IDC), que en ese año dimensionaba la Internet en 33 zettabytes de data hasta ese momento, una cifra que sigue en constante crecimiento y que se estima llegará a los 175 zettabytes en 2025.

Pese a su gran envergadura, gran parte de este contenido no necesariamente está disponible como acceso general, sobre todo cuando se trata de conocimiento. Hablamos de materiales digitales como libros, estudios, papers, entre otros, que si bien cualquiera puede acceder a ellos, algunos exigen un pago o suscripción para poder leerlos. Para académicos como Pilar Rico-Castro, jefa de la Unidad de Acceso Abierto, Repositorios y Revistas de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), esta práctica es obsoleta.

La también expositora del 10º Congreso de Bibliotecas Universitarias y Especializadas, organizado por la Dirección de Servicios de Información y Bibliotecas (SISIB) de la U. de Chile, explica que esta dinámica de cobro por acceso a material académico responde a códigos definidos por las editoriales comerciales para los formatos de papel. “Con la llegada del mundo digital se libera técnicamente la capacidad de las personas, de los ciudadanos, de acceder a ese conocimiento científico. Sin embargo, el modelo de negocio sigue siendo un modelo basado en el papel con barreras de pago”, cuestiona Rico-Castro.

Es por este motivo que en el último tiempo se han gestado movimientos que buscan liberar el acceso a estos contenidos a nivel global. Uno de ellos es “Ciencia Abierta”, definida por la UNESCO en su 40ª Conferencia General de 2019 como el objetivo de que “los conocimientos científicos estén abiertamente disponibles y sean accesibles para todos, así como reutilizables por todos”.

Esta aproximación al conocimiento ha sido adoptada por la Universidad de Chile a través del SISIB, como señala su director, Rodrigo Donoso. El especialista en gestión de la información describe el acceso al conocimiento que la Casa de Bello promueve y desarrolla a través de sus sitios, por ejemplo, Repositorio Académico o Biblioteca Digital, como una serie de tecnologías que facilitan que los documentos se encuentren por cualquier persona en el mundo.

“El proyecto contempla la posibilidad de mejorar las infraestructuras actuales en torno a Ciencia Abierta, como repositorios y sistemas de almacenamiento, pero también que todo lo que hacemos en las distintas Vicerrectorías pueda interoperar, de manera de maximizar el uso de recursos y también, por supuesto, de los productos de investigación”, señala Donoso.

Acceso libre pero subvencionado 

Generalmente, al hablar de un conocimiento de libre acceso o abierto, este suele ser asociado a un sistema gratuito y sin ningún cobro. Dentro de esta concepción se encuentra la enciclopedia digital Wikipedia, que a través de su fundación sin fines de lucro Wikimedia ofrece una variedad de documentos digitales de forma abierta y con licencias de libre uso. Al respecto, la directora ejecutiva de la Corporación Wikimedia Chile y periodista egresada U. de Chile, Patricia Díaz, define esta apertura como una forma de equilibrar el derecho a la propiedad intelectual de un autor hacia su obra y el derecho de las personas de beneficiarse de esa creación.

“Es poner sobre la mesa nuevamente la discusión de cómo asegurar que las personas, los ciudadanos, no salgamos perjudicados en esta ecuación quizás muy proteccionista con respecto al conocimiento. Es como finalmente aseguramos que las personas podamos realmente acceder a los bienes intelectuales, culturales, científicos que finalmente nos benefician a todos”, indica Díaz.

Sin embargo, asegurar este conocimiento requiere de una enorme inversión y financiamiento, tanto en su producción como en la infraestructura que lo almacene. Por ello, Patricia Díaz es clara al destacar que este es un conocimiento libre para quien lo consume, pero que requiere de un financiamiento externo que lo asegure. “Requieren de ciertas dinámicas o ciertas iniciativas de las instituciones, de los Estados y de los gobiernos para financiarse y ser responsables colectivamente de esta infraestructura, pensando en que este conocimiento es un derecho, es un bien de las personas”, explica la directora de Wikimedia.

Coincide con esta visión Pilar Rico-Castro, que desde el movimiento Ciencia Abierta aborda la relevancia de que los Estados aseguren el acceso libre al conocimiento científico. “No estamos hablando de gratuidad. Estamos hablando de garantizar que el conocimiento, la calidad y las infraestructuras de comunicación y preservación a largo plazo son bienes públicos que tienen que estar sostenidos por las instituciones públicas”, enfatiza la expositora.

El director de SISIB, Rodrigo Donoso, plantea la necesidad de insertar a las universidades en este contexto digital, haciendo un paralelo con los 30 años que cumple esta dirección en la Universidad de Chile. “Tenía que ver con marcar presencia en Internet, tanto a través de los sitios web institucionales que desarrollamos como a través de los servicios asociados de biblioteca y servicios de documentación o servicios de información, que son los repositorios y otros sistemas de base de datos”, explica.

Si quieres saber más sobre el movimiento de Ciencia Abierta y Conocimiento Libre, te invitamos a revisar el capítulo 136 de Universidad de Chile Podcast, ya disponible en Spotify, Youtube, Tantaku, Apple y Google Podcast.