Alimentos orgánicos: Un mercado en expansión

Alimentos orgánicos: Un mercado en expansión
La oferta mundial de productos orgánicos era, hasta 1997, de US$ 11 billones, cifra que se calcula ha aumentado en la actualidad a US$20 billones.
La oferta mundial de productos orgánicos era, hasta 1997, de US$ 11 billones, cifra que se calcula ha aumentado en la actualidad a US$20 billones.

Beneficiosos para la salud de los consumidores, los alimentos orgánicos lo son también para los agroecosistemas donde se producen. Y, además, como negocio representan una excelente oportunidad de mercado para productores, tanto pequeños como grandes, ya que la demanda externa es superior a la oferta y Chile puede satisfacer en parte esa demanda, explica Jaime Rodríguez, académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile.

En total, la superficie de cultivos orgánicos en Chile alcanza (según cifras de 2008) a 30.443 hectáreas. Los principales cultivos son de uva vinífera, olivos, manzanas y arándanos. Y también kiwis, paltas, frambuesas, hortalizas, uva de mesa y hierbas medicinales (rosa mosqueta, entre otras).

La oferta mundial de productos orgánicos era, hasta 1997, de US$ 11 billones, cifra que se calcula ha aumentado en la actualidad a US$20 billones.

A pesar de que la industria chilena es incipiente, las empresas nacionales dedicadas al rubro representan una amplia variedad de productos, tipos de producción y distribución dentro de Chile. Nuestro país tiene especiales condiciones para los cultivos orgánicos por su extensión, sus diferentes ecosistemas y el clima mediterráneo.

La mayoría de la producción está dada por pequeños y medianos empresarios agrícolas que han desarrollado sus propias técnicas de producción. Sin embargo, hace algunos años han ingresado empresas más grandes como viñas, exportadoras de frutas o productos más elaborados como el aceite de oliva. Alrededor de 500 productores -pequeños y grandes agricultores- cultivan un número cercano a sesenta productos.

Estudio sobre calidad nutricional

A pesar de la creciente demanda de consumo de alimentos producidos en forma orgánica, falta información sobre su calidad nutricional. Por ello, un grupo de profesionales, entre ellos el Dr. Ricardo Uauy, académico del INTA, realizó una revisión sistemática de las publicaciones científicas realizadas en el mundo (PubMed, Web of Science y CAB Abstracts) desde 1958 al 2008. Además, establecieron contactos con expertos en el tema y realizaron búsqueda de bibliografía.

En un mismo terreno, examinaron el contenido de vitaminas, minerales y nutrientes y observaron más nitrógeno en unos, menos ácido ascórbico en otros, siempre cambios menores.

Sobre la base de una revisión sistemática de estudios de calidad satisfactoria, la investigación concluyó que no hay evidencia de diferencias de calidad de los nutrientes entre los alimentos producidos de forma orgánica y/o convencional. El estudio no midió pesticidas (esa es otra pregunta y habría que medirlo, opinan los expertos) y observó que las pequeñas diferencias detectadas en el contenido de nutrientes son biológicamente plausibles y en su mayoría se refieren a diferencias en los métodos de producción. Pero no hay un cambio drástico en los nutrientes que definen el estado de salud de las personas.

Ante esto, el Dr. Uauy enfatiza la necesidad de definir qué es orgánico: "No es simplemente una etiqueta, tiene que haber una práctica documentada de cómo se cuida el suelo, de qué se le pone y qué no. Se hacen controles periódicos, se toman muestras de laboratorio y se sigue cada una de las etapas de producción. Si no es así, la sola etiqueta, no estando el producto certificado con el sello orgánico, no justifica que se cobre un precio 30 ó 40 por ciento más alto".

¿Qué define a un alimento orgánico?

Organic en inglés, o biologique en francés. En español se los denomina biológicos, ecológicos u orgánicos y son sinónimos que se utilizan para designar los alimentos que cuidan tanto la salud de los consumidores como el equilibrio del medio ambiente en que se producen.

Se consideran orgánicos aquellos alimentos, en general vegetales y frutas, en cuya producción no intervienen fertilizantes, herbicidas, pesticidas químicos, así como tampoco en los suelos donde son cultivados.

Para algunos, la palabra orgánico significa nutritivo. Para otros, alimentos más limpios y seguros; incluso, están quienes entienden por "orgánico" aquellos alimentos producidos sin causar polución o dañando lo menos posible el aire, la tierra y el agua.

En realidad, las características positivas que se le atribuyen a los productos orgánicos son difíciles de establecer mientras no exista una regulación general. Por ejemplo, para que la leche sea considerada orgánica, en teoría, la vaca debería ser alimentada cien por ciento con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. Así como tampoco el animal debe recibir antibióticos u hormonas.

La producción de alimentos totalmente libres de pesticidas es más escasa, debido a que éstos permanecen en los suelos largos períodos en cantidades insignificantes o pueden contaminarse de los suelos próximos a ellos.

Desde el punto de vista legal, un producto orgánico es aquel que está certificado por una autoridad competente y gobiernos de otros países están preocupados de una legislación que regule este mercado, a fin de dar garantías al consumidor que paga un precio más alto.

También en Chile es importante que los productores creen una certificación a fin de fortalecer este creciente mercado. La certificación de Productos Orgánicos Agrícolas se enmarca en la Ley Nº 20.089 que regula la producción, elaboración, etiquetado y comercialización de los productos orgánicos, ecológicos o biológicos, todos aquellos de origen silvoagropecuario que cumplan con los requisitos y protocolos establecidos por la normativa.

Pueden inscribirse asociaciones de pequeños agricultores ecológicos organizados, cuyas ventas anuales no superen el equivalente a 25.000 Unidades de Fomento (UF). El sistema de certificación es de auto gestión y control de procedimientos, siendo el Servicio Agrícola Ganadero, SAG, el responsable de fiscalizar el cumplimiento de la normativa.