Cristóbal Holzapfel, Presidente del Consejo de Evaluación 2013:

"Es motivo de preocupación que la Universidad sea mirada con el mismo rasero que una empresa"

"Preocupa que la Chile sea mirada con el mismo rasero que una empresa"
Profesor Cristóbal Holzapfel, presidente del Consejo de Evaluación.
Profesor Cristóbal Holzapfel, presidente del Consejo de Evaluación.
El académico plantea que es fundamental "resguardar, rescatar y defender la esencia de la Universidad".
El académico plantea que es fundamental "resguardar, rescatar y defender la esencia de la Universidad".
Según el profesor Holzapfel, el movimiento estudiantil con su demanda de poner fin al lucro ha señalado que la educación, como la filosofia y el saber, "debe tener un carácter desinteresado".
Según el profesor Holzapfel, el movimiento estudiantil con su demanda de poner fin al lucro ha señalado que la educación, como la filosofia y el saber, "debe tener un carácter desinteresado".
Uno de los principales desafíos de la autoevaluación, sostiene el Prof. Holzapfel, es la autocomplacencia. Es por ello que es positivo la incorporación de evaluadores externos a las comisiones.
Uno de los principales desafíos de la autoevaluación, sostiene el Prof. Holzapfel, es la autocomplacencia. Es por ello que es positivo la incorporación de evaluadores externos a las comisiones.
"La propuesta del Reglamento de autoevaluación la entiende como un proceso permanente en todos los niveles y contempla la existencia de una Comisión Superior de Autoevaluación".
"La propuesta del Reglamento de autoevaluación la entiende como un proceso permanente en todos los niveles y contempla la existencia de una Comisión Superior de Autoevaluación".

¿Qué plantea Aristóteles que vincula intrínsecamente a la filosofía, las ciencias, al arte, la cultura y la educación? ¿Qué idea emitida hace 2.300 años puede ser tan pertinente hoy? Para el filósofo Cristóbal Holzapfel Ossa, con más de 30 años de experiencia en el mundo académico, Aristóteles está más vigente que nunca, ya que invita a reflexionar sobre ideas atingentes al momento político y social que atraviesa el país, donde cobra importancia pensar el sistema educativo y la esencia de la universidad pública. "Aristóteles es el primero dentro de la historia de la filosofía en definir el saber como un saber desinteresado, lo que permite instalar la filosofía y las ciencias en general como diversas formas del saber desinteresado", explica. "Creo que nos hemos alejado enormemente de eso y de lo que un griego tan lúcido como Aristóteles planteó".

Pero más allá del espacio temporal, ¿qué provoca esa lejanía con aquellos conceptos basales?

Para el Prof. Holzapfel "es un motivo de preocupación que la Universidad sea mirada cada vez más con el mismo rasero que una empresa o que un ministerio o una repartición estatal cualquiera o una industria, bajo criterios exclusivos de productividad. Y la verdad es que en nuestra Universidad esto se ha instalado muy fuertemente". Por ello, junto con subrayar la necesidad de comprender esta libertad propia del conocimiento, para el académico es fundamental "resguardar, rescatar y defender la esencia de la Universidad", lo que tiene un correlato práctico y concreto.

"Algo así atañe también al arte y a la cultura en general, porque se trata de ámbitos que requieren ser evaluados con otra vara, que no es justamente la de la productividad como se entiende generalmente", sostiene.

¿Qué otros referentes de la filosofía pueden relacionarse con esta forma de comprender el saber?

"Por ejemplo, Martin Heidegger. Lo que plantea en su libro 'Introducción a la metafísica' podemos relacionarlo con Aristóteles. Heidegger plantea así, muy simplemente en los primeros capítulos, que 'la filosofía no es una bicicleta'. Claro, una bicicleta la tienes que medir de acuerdo a la productividad, a criterios utilitarios, pero no así la filosofía. El argumento se puede generalizar y aplicar a la Universidad, como se aplica también al juego".

Sin fines, ni de lucro ni de nada

El Prof. Holzapfel, quien es autor de "Crítica de la razón Lúdica", explica que en la línea de los planteamientos de Heiddeger y Eugen Fink, "el juego es sin finalidad" y "esta finalidad del juego es lo que permite rescatarlo en su esencia", a diferencia de lo que hoy sucede con el fútbol, "que se toma como un negocio".

"La discusión que ha generado el movimiento estudiantil en torno a la educación con fines de lucro o sin fines de lucro atañe a lo mismo, la educación también debe tener un carácter desinteresado", subraya.

¿Qué referentes internacionales deberíamos tener como Universidad?

"A mí me parece mucho que estamos mirando la internacionalización de la Universidad únicamente bajo el prisma de la productividad de tipo científico y no nos damos cuenta que también se puede mirar bajo un prisma alternativo. Porque incluso dentro de la Unión Europea hay universidades donde, me consta, todos estos criterios que aplicamos aquí a rajatabla, como la exigencia de artículos ISI, allí no se tienen en cuenta. Entonces la mirada es otra. ¿De qué internacionalización estamos hablando? ¿La internacionalización que tiene que ver con Shangai, con los rankings internacionales o con esta otra posibilidad que está legitimada? Yo creo que es una discusión que nosotros tenemos que dar muy fuertemente al interior de nuestra universidad".

¿Usted piensa que no ha habido una discusión que resuelva esta disyuntiva o que sea capaz de llegar a un consenso sobre la definición de calidad?

"Claro, es que existe justamente una disputa dentro de la Universidad que involucra a las áreas humanística y artística, donde más se va a resaltar lo que estoy diciendo, y que por lo general se ve más afectada por el uso de criterios que vienen de las ciencias duras. Eso genera mucho impasse. Como comunidad, falta examinar la cuestión más a fondo".

El valor del saber desinteresado en la carrera académica

¿Qué avances concretos podría destacar en esta línea de materializar la idea de que la Universidad vuelva a ser un espacio para el desarrollo libre del saber?

"Desde que pertenecí a la Comisión Superior de Evaluación Académica, 5 años antes de ser nombrado para el CEv, tratando casos individuales especialmente de humanidades, me correspondió hacer una tremenda defensa del libro hasta lograr revertir lo que había, que era prácticamente una no consideración. En ese proceso fue por cierto muy importante el aporte que se hizo desde el mismo Consejo de Evaluación. Hoy en día con otros actores de la Universidad hemos ido insistiendo en el mismo punto y hemos tenido incluso algunos logros, como que en el portafolio académico se incluyó la variable libro. Sucede que a los académicos del área humanística de la Universidad de Chile, algunos de ellos muy destacados, principalmente necesitamos escribir libros para difundir nuestro pensamiento, no nos interesa escribir artículos que sean de este índice o de este otro, y a pesar de que se trate en el área de las humanidades de algunos índices como Scielo, Scopus o Latindex, ni siquiera nos interesa eso. Nos interesan los libros”, lo que coincide con los avances en la valoración de la creación artística, que se han materializado en el formulario creado por el Consejo para incorporar el quehacer de estas disciplinas en el portafolio académico.

"Pero hay otros aspectos. Entre otros, a propósito de los avances que está logrando el CEv con diversos proyectos como el nuevo sistema de calificación, donde la propuesta es liberar la ponderación horaria, que se presta para una cuestión maquinal y muy engañosa, como es ajustar al número de horas anuales - 2.024 horas- a como dé lugar, y quedarse con las cosas que los académicos hicieron, independiente de la dedicación a cada una de ellas. La idea además es que en casos en que un profesor se gana un proyecto importante, que se dedique a eso y no necesariamente exigirle tal cuota de docencia, tal cuota de investigación y tal de extensión cada año, sino que ser más flexibles. La propuesta del sistema de calificación va por ese lado".

"Relacionado con eso también, el CEv ha propuesto 'suavizar', por decirlo así, la ponderación 2 en la calificación académica, porque todo el mundo tenía 3, y poco más de un 1% tenía 1. El objetivo es que simplemente en el caso del 1 se trate del despido. En otras palabras, que la Universidad de Chile también admita al profesor regular por un tiempo para que mejore y pueda optar en términos de evaluación a una nueva jerarquía académica. Si excede las permanencias, entonces sí se aplica el artículo correspondiente y es causal de desvinculación".

"Además hemos estado revisando la carrera docente, frente a la cual hay una gran preocupación generalizada. Incluso me ha tocado oírlo del propio Rector, que desde que se creó la carrera docente en distintas facultades se le ha dado un uso distinto. Por ejemplo, Ingeniería no la tiene, y en Derecho no existe la categoría adjunta, por lo que cabe preguntarse por qué algunas facultades sí y otras no. El problema es que los índices de aprobación en la jerarquía académica de quienes postulan a la carrera docente han llegado al 93% -nivel similar al de académicos calificados en nivel bueno, lo que llevó a la revisión del proceso- mientras que en la carrera ordinaria la tasa de aprobación en evaluación se mantienen en torno al 80%, lo que también es motivo de preocupación de este Consejo. Si comienza a haber estos índices de aprobación espectaculares, esto comienza a infligirle un mal bastante grande a las Universidad. Aquí como CEv no solamente estamos mirando el problema, sino diciendo que si no paramos esto, la verdad es que la Universidad va cavando su propia tumba. Estamos examinando la carrera académica, en todo lo cual estamos caminando muy de la mano con el Senado Universitario".

¿Qué ha podido percibir del trabajo en conjunto con este órgano?

"Justamente hay bastante coincidencia con el Senado porque, como el CEv, es una criatura relativamente joven, que ha logrado tener un peso específico dentro de la Universidad, un reconocimiento, últimamente se está dando con el Senado Universitario una relación que genera una sinergia muy atractiva. Ahora estamos revisando la definición misma del CEv en el Estatuto de la Universidad, porque el Senado Universitario nos pidió nuestra visión para la propuesta de reforma que están realizando. En este caso, tengo que agradecerle muy especialmente a Rodrigo Baño, el ex vicepresidente del Senado, que en alguna reunión dijo algo que yo vi como una acogida: que el Consejo de Evaluación es de toda la Universidad, que está llamado a evaluar a la Universidad en su conjunto. Con ello se instala muy fuertemente la función evaluadora de la Universidad, que es más amplio que la evaluación o la calificación académica, o la autoevaluación institucional, que atañen a ámbitos específicos".

Autoevaluación permanente, una necesidad de primera línea

¿Comparte la apreciación de que la Universidad no tiene un buen sistema de autoevaluación que permita encarar con más tranquilidad el proceso de acreditación?

"Sí, absolutamente. La autoevaluación funciona en relación con lo que es la acreditación, pero debería ser un proceso interno y permanente. Ahora, ¿cuál es el mayor problema que tiene la autoevaluación en diversas instituciones? Bueno, la autocomplacencia. Por eso el CEv ha planteado que deben incluirse evaluadores externos, tanto a nivel general como a nivel local. Y por cierto pensamos que eso debe extenderse a otros procesos y así lo hemos propuesto".

¿El CEv ha podido avanzar coordinadamente con las instancias involucradas en sistematizar el proceso de autoevaluación?

"En reuniones sostenidas entre el Vicerrector de Asuntos Académicos y el Presidente del CEv hemos llegado a feliz término. Elaboramos una nueva propuesta de reglamento firmada por ambos organismos, que remitimos al Rector y que debiera entrar pronto a tramitación en el Consejo Universitario y en el Senado Universitario. Concierne a la autoevaluación como algo permanente, tanto en las unidades como a nivel general y contempla la existencia de una Comisión Superior de Autoevaluación".

¿Qué persigue este acuerdo?

"Busca una exigencia respecto del desempeño institucional, en cuanto a lo que es investigación, extensión, docencia, todos los rubros. A nivel de las unidades académicas falta una debida valoración de lo que se está haciendo, qué está pasando con la calidad de la docencia, con la retención, con la acreditación de las carreras y programas, con la tasa de egreso y la empleabilidad. Y también en lo que se refiere a investigación y publicaciones, cómo lo estamos haciendo en cada área respecto a otras universidades, o a la creación artística, pensando además en su institucionalización, todo ello desde una perspectiva de facultad, de instituto. Todo eso tiene que ser autoevaluado por cada unidad académica de forma constante".

Indicador de satisfacción de la comunidad universitaria

El Profesor Holzapfel también destaca uno de los últimos proyectos del CEv en desarrollo, que busca crear un indicador de satisfacción a aplicarse en los tres estamentos y a egresados. El académico explica que sólo resta la validación de la encuesta y que al igual que otros proyectos surgió de la interacción recurrente con las diferentes instancias universitarias.

"En este caso la idea original de la satisfacción la tomamos del Profesor Francisco Martínez, Vicerrector Económico, y ahora la estamos traduciendo en un proyecto. Como a su vez también se desarrolló el proyecto que propuso la Profesora Cecilia Hidalgo sobre las remuneraciones".

¿Qué puede adelantarnos del estudio de remuneraciones que está próximo a arrojar conclusiones?

"Hemos podido observar que en la Universidad hay discriminación a nivel de remuneraciones, que afecta a las mujeres. Eso creo que va a provocar gran revuelo, por mucho que suceda algo similar a nivel del estado y a nivel internacional.  Hay cuestiones que corregir, porque es alarmante que en distintas facultades haya académicos que tienen la misma trayectoria académica y sin embargo las remuneraciones son distintas, a veces con diferencias de 20 o 30%, lo cual es bastante considerable".

Para encarar todos estos temas que usted menciona hay una serie de barreras logísticas que sortear, partiendo por reunir la información. ¿Cómo evalúa usted la apertura para tratar estos temas dentro de la Universidad? ¿Se hace lo suficiente en términos de socialización de estas discusiones a nivel universitario?


"La Universidad ha hecho sus adelantos que son bastantes significativos en términos de transparencia. Ha sucedido con las remuneraciones que está todo ahora debidamente transparentado y agréguese todo el revuelo que eso ha ocasionado también. Eso por supuesto que es un paso adelante".

"Yo diría que el mayor problema que nosotros tenemos como CEv, y eso se ha venido planteando desde la presidencia de Gonzalo Díaz y Ricardo Uauy, es en cuanto a la puesta en acción. Me refiero a que desarrollamos proyectos como el de los indicadores, que es el barómetro de la Universidad, que supone una investigación de uno, dos o tres años. Tienes un fresco de la Universidad con todas sus variables, lo que pasa con los académicos, con los estudiantes y el personal de colaboración, en pregrado, posgrado, investigación, creación artística, gestión, o sea, todo tipo de indicadores y, sin embargo, se trata de que eso se implemente realmente, lo que cuesta que suceda. Esa es la etapa que viene ahora, y que le daría una mayor justificación a la existencia del CEV, se trata de que mancomunadamente en una relación del CEV con otras instancias del gobierno universitario los indicadores presentados encuentren un cauce a la acción. Que la Universidad tome las medidas correspondientes y comience a provocar los cambios que son necesarios".