Educar para los Sueños

20 de Febrero de 2002

Las postulaciones a la universidad están dominadas por sentimientos, intuiciones, obligaciones o compromisos. Cualquier cosa, menos información para una adecuada toma de decisiones. Es sorprendente, muchas veces, escuchar sobre la manera en que los jóvenes deciden, especialmente aquellos que no se encuentran entre los puntajes de la PAA de mayor privilegio. La oferta, por el contrario, constituye un torbellino de atractivos; muchos, productos de un marketing que aprovecha las condiciones de desinformación que prevalecen, y la inexistente obligación de informar respecto a las condiciones de la educación que están vendiendo. Otros son productos diseñados seriamente, pero que se pierden en el mar de folletos, avisos en los diarios, sports televisivos y ofertas atractivas, como vales para discoteques o cines, poleras, lápices, libretas, etc. Un verdadero supermercado, donde el cliente entra con poca información respecto de lo que definitivamente necesita o le posibilita para una mejor vida. Es evidente que debe existir mayor información, que debe sobre todo basarse en las perspectivas ocupacionales y en las que proveen las mismas entidades oferentes de tan atractivos proyectos.

No se trata de regular todo o de introducir distorsiones en las decisiones legítimas de los jóvenes y sus familias. Pero es evidente que el costo de una universidad es muy alto, y presenta un sacrificio no marginal para cualquier familia, y se trata de un esfuerzo imposible para los más. Por otro lado, al tratarse de una "operación a futuro", nadie sabe efectivamente cuanto representa el retorno sino al momento de salir a la calle con un diploma a buscar oportunidades laborales. Y en ese minuto de descubrimiento no hay a quién "pasarle la cuenta" por una decisión mal tomada, o por la compra de un producto que no valía lo que se presumía años atrás. ¿Valdrá la pena dejar todo como está y que cada cual se haga responsable de su propia elección? ¿No será ese una fuente de futuros conflictos por los excesos de profesionales, o por el simple desprestigio de muchos provenientes de malas instituciones?

Existe el "sueño de la universidad". No se trata, por desgracia, del sueño de estudiar algo para ser exitoso o para realizarse en la vida. Hay diferencia entre ambos, y deberíamos educar mejor a nuestros niños sobre ello, y decididamente desarrollar más información sobre sus posibilidades.

Compartir:
https://uchile.cl/u5727
Copiar