Décima Segunda Sesión Ordinaria, martes 05 de noviembre del año 2002

El día martes 5 de noviembre del año 2002, siendo las 9:00 horas, se reunió el Consejo Universitario presidido por el Sr. Rector (S), Dr. Jorge Litvak, y con la asistencia de la Sra. Prorrectora (S), Dra. Cecilia Sepúlveda, y de los señores Decanos de las Facultades que a continuación se indican:

  • Arquitectura y Urbanismo Sr. Manuel Fernández
  • Artes Sr. Luis Merino
  • Ciencias Sr. Camilo Quezada
  • Cs. Agronómicas Sr. Mario Silva
  • Cs. Económicas y Admin. Sr. Nassir Sapag
  • Cs. Físicas y Matemáticas Sr. Luis Ayala (Vicedecano)
  • Filosofía y Humanidades Sra. María Isabel Flisfisch
  • Cs. Forestales Sr. Guillermo Julio
  • Derecho Sr. Roberto Nahum
  • Medicina Sra. Colomba Norero (Vicedecana)
  • Odontología Sr. José Matas
  • Cs. Químicas y Farmacéuticas Sr. Luis Núñez
  • Cs. Sociales Sr. Fernando Durán
  • Cs. Veterinarias y Pecuarias Sr. Pedro Hablaos (Vicedecano (S))

Asiste el representante del Presidente de la República, Sr. Patricio Rojas; los Consejeros Sr. Fernando Vio, Sr. Fernando Valenzuela y Sr. Tomás Cooper. Excusa su inasistencia el representante del Presidente de la República, Sr. Carlos Martínez.

Concurren por invitación del Sr. Rector, el Vicerrector de Economía y Gestión Institucional, Sr. Carlos Cáceres; el Contralor, Sr. Juan Manuel Pino; el Director del Hospital Clínico Dr. José Joaquín Aguirre, Dr. Italo Braghetto; el Director del Programa de Bachillerato, Sr. Jorge Babul; el Presidente de la FECH, Sr. Rodrigo Bustos; el Vicepresidente de la ACAUCH, Sr. Jorge Leiva; el Vicepresidente de la FENAFUCH, Sr. Jorge Villarroel y el recientemente elegido Presidente de la FECH, Sr. Julio Lira.

Para exponer sobre el punto 5 de la tabla, asisten el Director de Pregrado, Sr. Sergio Gómez y el Director del Departamento de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Sr. Francisco Martínez. Con relación al punto 6, concurre el Director de Postgrado de la Universidad, profesor Jorge Hidalgo y, para el punto 7, se encuentra presente el profesor Gonzalo Díaz, Secretario de la Comisión Superior de Calificación Académica.

Actuó como Secretario del Consejo Universitario, el Sr. Antonio Zapata Cáceres, Secretario General (S).

Tabla

  1. Aprobación del acta correspondiente a la XI Sesión Ordinaria, de 8 de octubre de 2002.
  2. Cuenta.
  3. Proposición del Sr. Rector para designar Decano de la Facultad de Ciencias.
  4. Proposición del Sr. Rector para designar Decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas.
  5. Informe sobre proyecto de modificación del Artículo 52 de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.
  6. Cambio de denominación del Título de Profesional Especialista en Rehabilitación Oral.
  7. Proposición para modificar el Reglamento de Calificación Académica.
  8. Varios.

1.- Aprobación del acta correspondiente a la XI Sesión Ordinaria, de 8 de octubre de 2002.

El acta es aprobada sin observaciones.

2.- Cuenta.

Cuenta del Sr. Rector (S)

  • Programa ALBAN de la Unión Europea con América Latina: se concederán 4000 becas de postgrado en instituciones de la Unión hasta el año 2010. Este programa fue licitado y será administrado por el Grupo Santander y la Red de Universidades Europeas cuyo Presidente es el Rector de la Universidad de Valladolid. Para su implementación se ha creado una Red Académica Alban- América Latina y se seleccionó una institución por país que será el punto focal para ese país. En Chile, esta responsabilidad recayó en la Universidad de Chile, lo cual es un gran honor para esta Corporación. El Rector Sr. Riveros viajará a Brasilia la próxima semana para proceder a la firma de este Convenio.

Cuenta de la Sra. Prorrectora (S)

  • Elección de representantes estudiantiles y no académicos a la Comisión Especial del Consejo Universitario, Senado Universitario. Se realizaron las elecciones los días 29 y 30 de octubre, como se había programado.

Todo se desarrolló normalmente y no hubo ninguna clase de reclamos o impugnaciones por parte de los candidatos ni de sus apoderados. Da cuenta detalladamente de los resultados de los comicios (Anexo 1 de la presente acta).

El Consejo Universitario toma conocimiento de la consulta y se procede a la formulación del correspondiente Acuerdo.

ACUERDO Nº67

El Consejo Universitario toma conocimiento de la consulta realizada en la Universidad de Chile los días 29 y 30 de octubre del año en curso para elegir representantes estudiantiles y no académicos a la Comisión Especial del Consejo Universitario, Senado Universitario, en cumplimiento de los Acuerdos Nºs 57 y 61, de 10 de septiembre y 1º de octubre de 2002, respectivamente.

En dicho acto eleccionario resultaron elegidos los siguientes representantes:

ESTAMENTO ESTUDIANTIL

  • SANDRA K. SAAVEDRA LÖWENBERGER
  • IVAN MLYNARZ PUIG
  • MAURO E. TAMAYO ROZAS
  • LESLIE CALDERON MILLER
  • CRISTIAN A. DUCOING RUIZ
  • JAIME R. GALLEGOS ZUÑIGA
  • MAURICIO ACUÑA MATURANA

ESTAMENTO NO ACADEMICO

  • JORGE VILLARROEL COCA
  • YAZMIR FARIÑA MORALES

Cuenta del Sr. Vicerrector de Economía y Gestión Institucional

  • Presupuesto 2003. Avances de la discusión parlamentaria sobre el ítem "actividades de interés nacional”, que forma parte de la partida de Educación Superior de la Subsecretaría de Educación. Hace tres semanas se reunió la respectiva Subcomisión y, a través de una gestión del Dr. Patricio Rojas, fue invitado a exponer sobre el tema. Destaca la buena disposición que manifestaron los parlamentarios que le permitió exponer por más de 20 minutos y responder preguntas por aproximadamente media hora, hecho nunca antes ocurrido. Estaban presentes casi todos los miembros de la Subcomisión y se aprobó toda la partida de la Subsecretaría de Educación excepto la de la Universidad de Chile porque el Gobierno presentó una reducción de alrededor de 7% en esta partida. Los parlamentarios solicitaron al Ejecutivo que restituya el aporte real, vale decir, que reajuste este ítem en 3.3% que es el monto del AFD para todo el sistema. De no ser así, la Universidad de Chile sería la única que tendría una rebaja del aporte global para el año 2003. Solicita dejar constancia en acta de la intervención de los parlamentarios que solicitaron explícitamente la restitución de este aporte: Senadores Carlos Ominami, Carlos Montes, Hosain Sabag y Camilo Escalona. El tema debe volver a la Comisión, pero tiene información de que el Gobierno insiste en la reducción, de manera que el monto sería de 6.152 millones de pesos. Agrega que el Dr. Patricio Rojas está efectuando algunas gestiones con el Presidente del Senado para que, igual que en años anteriores, la Comisión vuelva a analizar el tema. Finalmente, existiría la oportunidad del análisis en Sala.

El Consejero Dr. Rojas resalta la intervención del Vicerrector Sr. Cáceres ante la Subcomisión, en la que ofreció un panorama global del desempeño de la Universidad. Aclara que la partida en comento se refiere al Aporte Especial, porque el AFD está reajustado según indicadores aplicados a todo el presupuesto nacional. Comenta que conversó con el Presidente del Senado y que se espera reiterar la solicitud parlamentaria ante la Comisión. Espera lograr éxito en la gestión, si bien no puede asegurarlo.

Al finalizar la Cuenta, el Sr. Rector (S) da la bienvenida, a nombre del Rector Riveros, en el suyo propio y en el de todo el Consejo Universitario, al nuevo Decano de la Facultad de Derecho, profesor Roberto Nahum, y al recientemente elegido Presidente de la FECH, don Julio Lira, augurándoles éxito en la gestión que emprenden. Al mismo tiempo, aprovecha la ocasión para despedir a Rodrigo Bustos, actual Presidente de la FECH, a quien agradece su participación y permanente colaboración.

3.- Proposición del Sr. Rector para designar Decano de la Facultad de Ciencias.

El Sr. Rector (S) menciona los antecedentes distribuidos y señala que el 8 de octubre recién pasado se efectuó la consulta para elegir Decano de la Facultad de Ciencias resultando favorecido el profesor Raúl Morales Segura, por lo que propone a este Consejo su designación. Ofrece la palabra.

El Decano Sr. Quezada solicita la ratificación del resultado de la elección destacando la elevada participación de los académicos en la consulta. Dado que es la última sesión del Consejo a la que asiste, expresa su agradecimiento a las autoridades de la Universidad y al Consejo por el apoyo y la comprensión que le han brindado siempre. A su juicio, haber podido participar durante largo tiempo en estas tareas ha sido una gran oportunidad para aprender sobre la Universidad, a la que considera un privilegio servir.

El Decano Sr. Núñez lamenta la partida del Decano Sr. Quezada, a quien ha conocido no sólo en la dirección de la Facultad de Ciencias sino como amigo. Considera su aporte muy valioso y cree que se echarán de menos sus contribuciones. Agrega que su Facultad reconoce en el Decano Sr. Quezada a una persona que ha entregado su vida a la Universidad con gran capacidad y talento. Está seguro de que en cualquier emprendimiento académico que compartan en el futuro siempre hallará su consejo sabio y oportuno. Le desea el mayor de los éxitos en las tareas que pueda desarrollar en beneficio de la Universidad.

El Decano Sr. Merino se suma a lo dicho por el Decano Sr. Núñez con la seguridad de que interpreta también a sus colegas del Campus Juan Gómez Millas. Agrega que conoce al Decano Sr. Quezada desde hace muchos años y ha compartido con él momentos de la vida universitaria extraordinariamente complejos y quiere destacar en él la profunda preocupación que ha tenido siempre por los problemas de la Universidad, de su Facultad y del Campus. Además de un sentido de la eficiencia, de la austeridad y del rigor de la administración, considera que el Decano Sr. Quezada tiene una gran comprensión de la cultura organizacional de la Corporación, lo que permite resolver muchas veces problemas que, de otro modo, resultarían difíciles de manejar. En nombre propio y de sus colegas del Campus Juan Gómez Millas, desea al Sr. Decano el mejor de los éxitos en sus actividades futuras.

La Vicedecana Dra. Norero expresa, a nombre del Decano Sr. Las Heras, sus mejores deseos para el Decano Sr. Quezada manifestando que la Facultad de Medicina se ha sentido muy unida a la Facultad de Ciencias durante su gestión. Le agradece toda su comprensión y también todo el humor que aporta.

El Decano Sr. Silva se suma a las expresiones vertidas por los demás Decanos . Resalta la gran experiencia y capacidad de síntesis del Decano Sr. Quezada. Cree que sus contribuciones han sido muy relevantes en este Consejo y, por eso, agradece en nombre de todos su activa participación y espíritu colaborativo.

La Decana Sra. Flisfisch agradece al Decano Sr. Quezada su generosidad, su amistad y sus consejos. Cree que se le echará de menos no sólo por sus aportes siempre serios y valiosos sino también por su sentido del humor. Solicita un aplauso caluroso de despedida.
(Aplausos)

ACUERDO Nº68

El Consejo Universitario toma conocimiento de la consulta realizada en la Facultad de Ciencias el 8 de octubre del 2002 y aprueba por unanimidad la proposición del Sr. Rector de designar al profesor RAUL MORALES SEGURA, como Decano de la misma, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 24 del DFL 153, Estatuto de la Universidad de Chile, de 1981.

4.- Proposición del Sr. Rector para designar Decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas.

El Sr. Rector (S) informa sobre la consulta realizada en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas el 15 de octubre del año en curso para elegir Decano. Comenta que se presentó un solo candidato, que la elección se realizó con absoluta normalidad y que resultó reelegido en el cargo el actual Decano, profesor Luis Núñez Vergara, a quien se propone por un nuevo período de 4 años. Ofrece la palabra.

El Decano Sr. Durán felicita al Decano Sr. Núñez por el extraordinario éxito obtenido en la elección, lo que refleja muy bien su gran calidad humana; su eficiencia, su permanente sentido universitario, la seriedad con que aborda los problemas, su generosidad constante para apoyar a las personas que tienen menos experiencia en el trabajo universitario y cualquier iniciativa en beneficio de la Corporación. Siente que se ha beneficiado en lo personal de la amistad del Decano Sr. Núñez, de su grandeza moral y, por eso, quiere expresar con sinceridad que está muy contento de que continúe en el Decanato de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas y en este Consejo. Cree que es un aporte que no debe perderse y está seguro de que éste es un juicio compartido por los demás Consejeros.

El Sr. Rector (S) felicita también al Decano Sr. Núñez y solicita un aplauso entusiasta para congratularlo.
(Aplausos)

ACUERDO Nº69

El Consejo Universitario toma conocimiento de la consulta realizada en la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas el 15 de octubre del 2002 y aprueba por unanimidad la proposición del Sr. Rector de designar al profesor LUIS JOAQUIN NÚÑEZ VERGARA, como Decano de la misma, de conformidad con lo dispuesto en el inciso 1º del artículo 24 del DFL 153, Estatuto de la Universidad de Chile, de 1981.

5.- Informe sobre proyecto de modificación del Artículo 52 de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza.

El Sr. Rector (S) ofrece la palabra a la Sra. Prorrectora (S).

La Sra. Prorrectora (S) explica que esta es una discusión relacionada con una moción emanada de la Comisión de Educación. Cultura, Deportes y Recreación de la H. Cámara de Diputados, en orden a modificar la Ley N° 18.962 (L.O.C.E.) con el objeto de incluir, en su Artículo 52, los títulos de Constructor Civil y de Ingeniero Constructor, Precisa que la propuesta de la Comisión de la Cámara considera "altamente recomendable que los títulos profesionales otorgados por ambas carreras tengan rango exclusivamente universitario y, por ende, que se exija el grado académico previo de Licenciado." Es decir, lo que pretendería esta modificación es "salvaguardar la excelencia académica de esas profesiones" incluyendo exigencias de manejo de aspectos multidisciplinarios básicos y mínimos que se cubrirían con la aprobación de una Licenciatura previa a la obtención del título profesional.

Agrega que, por su naturaleza legal, los institutos profesionales están inhabilitados para otorgar el grado académico de licenciado. Por lo tanto, de acuerdo a la modificación propuesta , sólo las universidades estarían facultadas para ofrecer los títulos de Constructor Civil y de Ingeniero en Construcción.

Recuerda que la Universidad de Chile no imparte la carrera de Construcción Civil ni la de Ingeniero en Construcción a las que se hace referencia en la moción modificatoria. La carrera de Ingeniería Civil, del Departamento de ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, ofrece a los Licenciados en Ingeniería Civil una especialidad denominada Estructuras y Construcción. Los estudiantes de este programa obtienen, al cabo de seis años de estudio, el titulo de Ingeniero Civil.

Destaca que, entre las Universidades que componen el Consejo de Rectores, se imparten indistintamente las carreras de Ingeniería en Construcción (con Licenciatura previa), y la de Ingeniería Civil con menciones relacionadas con la disciplina. En este contexto se dan situaciones como las siguientes: en una de ellas se ofrece la carrera de Construcción Civil y también una Ingeniería Civil con diploma en Diseño y Construcción de Obras, Estructural y Gestión de Construcción; en otra, se imparte la Ingeniería Civil en Obras Civiles y la Ingeniería en Construcción; otra institución ofrece la carrera de Construcción Civil conducente al título de Ingeniero Constructor. Este cuadro de situación hace concluir que el problema de fondo radicaría en la caracterización del campo de acción y la responsabilidad que les cabe en él a los respectivos profesionales.

A su juicio, existe en esta materia un problema de "nomenclatura" que además de confundir la fe pública, como señala el Sr. Director del Departamento de Ingeniería Civil, podría, eventualmente, dificultar la tarea del legislador.

Cree que resulta evidente que el nivel de los estudios de una Ingeniería Civil no son comparables a los cuatro años que exigen los institutos profesionales para la formación de constructores civiles. Esta situación, es decir, la duración y exigencia actual de los estudios formativos de Constructores Civiles o de Ingenieros en Construcción que no exigen Licenciatura previa, adolecen según la Comisión de "una falencia en el conocimiento de las ciencias básicas, la cual se verá en el momento de que el profesional comience a ejercer". Entiende que ésta es la razón principal que motivaría la propuesta de ampliación de los estudios.

Alude al informe del Sr. Director del Departamento de Ingeniería Civil distribuido entre los antecedentes sobre el punto, señalando que en las aprensiones del Sr. Director hay, en verdad, una objeción de fondo a la moción en comento que apunta a la calificación de la calidad y campo de pertinencia de la formación académica y profesional entregada por las instituciones en esta disciplina, materia sobre la cual no se aportan mayores antecedentes y en la que es necesario profundizar.

Añade que, en este contexto, la actual Ley de Urbanismo y Construcciones, aludida en la moción, no contribuye a delimitar el ámbito de responsabilidad de los profesionales del área. En ella se señala que en lo relativo a la planificación urbana, urbanización y construcciones, toda obra debe ser ejecutada por profesionales autorizados. Entre estos últimos menciona sin diferenciación de ninguna especie a los arquitectos e ingenieros civiles (incluidos en la lista de 17 títulos del Art. 52) y a los constructores civiles e ingenieros constructores. En este sentido, tal vez sería más pertinente y procedente modificar Ley de Urbanismo y Construcciones para delimitar los respectivos ejercicios profesionales, y conseguir así el efecto que se pretende en los argumentos del acuerdo de la Comisión.

Cree necesario señalar que cuando la Comisión argumenta que se pretende "recuperar la calidad de profesión universitaria que tuvieron estas profesiones hasta la promulgación de la ley que las excluye" sienta un precedente para otras muchas e importantes profesiones que están fuera de las 17 nominadas en el Art. 52 de la L.O.C.E.. En consecuencia, no le parecen por sí solos argumentos válidos para proceder a la modificación, ni la antigüedad del ofrecimiento de determinados títulos, ni las "crecientes necesidades sociales", por cuanto ese argumento es aplicable a muchas otras carreras y profesiones.

Opina que, teniendo en consideración la complejidad del asunto, las insospechadas consecuencias que provocaría la modificación del Artículo 52, y los precedentes que eventualmente sentaría, tanto la moción propuesta por la Comisión, así como también las objeciones del señor Decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, debieran ser analizadas en el Consejo Universitario, previo informe de la Comisión de Docencia.

Estima también de suma importancia un pronunciamiento sobre el particular de parte del Consejo Superior de Educación, organismo que tiene la atribución de asesorar al Ministerio de Educación en las materias atingentes a la L.O.C.E.

El Vicedecano Sr. Ayala señala que este tema ha generado preocupación en su Facultad. No hay claridad sobre el tema en el legislador porque hace treinta años que esta Corporación no ofrece la carrera de Construcción Civil y no hay alumnos en ella salvo los que quedaron rezagados en los procesos de las décadas pasadas porque no recibieron el título. Debido a que la Facultad generó un proceso de admisión muy riguroso, quienes acceden a ella son alumnos de 700 puntos mínimos para los que resultan otras opciones más atractivas que la carrera de Constructor Civil. Su Facultad ofrece un título de Ingeniería Civil con opciones de especialización en ingeniería estructural, ingeniería en construcción, ingeniería hidráulica, ingeniería en recursos hídricos, ingeniería de transporte , ingeniería sanitaria y ambiental. Precisa que el único título habilitante es el de Ingeniero Civil de manera que, si bien el mercado reconoce la existencia de esa especialidad y le otorga validez al profesional que sale de la Facultad con el sello de esa especialización, no hace distingos específicos. Hay confusión y falta de solidez en la presentación que se hace en la Comisión para modificar el articulado de la LOCE. Se confunde una carrera técnica sin licenciatura con una carrera universitaria con licenciatura y también se confunden los conceptos de ciencias básicas, de ciencias de la ingeniería. Se habla de las ciencias de la construcción las que, a su juicio, no son tales, porque las ciencias de la ingeniería abarcan aspectos constructivos pero no son específicas del área de construcción. Cree que, de incorporarse esta modificación, no sólo se producirá una gran confusión sino que se lesionará la fe pública al generar la idea de que profesionales de distintas formaciones están habilitados para desempeñar actividades profesionales en un ámbito tan delicado como es el de la construcción, del urbanismo y de la planificación urbana. Añade que, por tratarse de un tema tan específico y siguiendo la propuesta de la Dra. Sepúlveda, es conveniente analizar el tema con mayor profundidad en la Comisión de Docencia del Consejo para dar la oportunidad de aportar antecedentes más detallados y generar una propuesta mucho más completa para el Consejo Universitario, porque lo que hoy se ha distribuido es apenas un esbozo del tema.
El Director del Departamento de Pregrado, profesor Sergio Gómez, comenta que se trata de una situación muy confusa derivada del DFL 1 del Ministerio de Educación, de 1981, en el que se establecieron inicialmente 12 carreras que exigían Licenciatura, lo que fue ratificado en 1990, por la LOCE. Desde entonces se fueron incorporando a esta modalidad otras carreras y, en la actualidad, existen 17 que exigen Licenciatura. A la luz de la LOCE, ésta implica 4 años mínimo, más un año de especialización. Estas licenciaturas sólo pueden ser impartidas por universidades excluyéndose, por ende, a los institutos profesionales. Siempre se ha creído que estas carreras iniciales son las únicas que requieren Licenciatura, pero ello no es efectivo porque, en virtud de la autonomía universitaria, se han creado otras con posterioridad al año 90. Agregar a la LOCE estas dos carreras es confuso. La Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas exige la Licenciatura en Ingeniería Civil y, luego de dos años, otorga menciones. La Ley de Urbanismo y Construcción agregó confusión al tema al establecer que los profesionales del área que tenían intervención en construcción eran los arquitectos, los ingenieros civiles, los constructores civiles y los ingenieros constructores. Aparte de que la Corporación no la imparte, el informe del proyecto señala que no está en contra de las carreras impartidas por los institutos profesionales en esta especialidad pero, al exigir la Licenciatura quedan fuera los institutos profesionales. No es necesario incluir en la LOCE explícitamente estas dos carreras, porque en la actualidad existen alrededor de 20 que tienen una duración de 5 o 6 años, desembocan en una Licenciatura y no están en ella. El problema que preocupa es el de la fe pública, porque estas carreras se han estado impartiendo desde los años 90 de la manera más disímil. En algunos casos, con licenciatura y en otros no; en universidades y en institutos profesionales. Hay una cantidad importante de constructores civiles, a quienes la ley faculta para ejercer, que tienen formaciones muy dispares. Agregar a la LOCE estas dos carreras implica imponer una regulación que dejaría en una situación muy poco clara a las generaciones de constructores civiles actualmente en ejercicio. Parece más lógico modificar la Ley de Urbanismo y Construcción estableciendo el carácter de carrera universitaria de Arquitectura e Ingeniería Civil y señalar que, mientras haya profesionales formados en entidades tan diversas, ellos debieran tener un rol de menor relevancia que la Arquitectura y la Ingeniería Civil. Esta modificación a la LOCE es carente de sentido, porque habría que agregar todas las carreras que tienen licenciatura y no estas dos que tienen profesionales de las más disímiles preparaciones.

El profesor Martínez agradece la invitación del Consejo Universitario para discutir un tema que afecta directamente al Departamento de Ingeniería Civil, pero que lo trasciende. No tiene dudas de que existe un problema de fe pública debido a la confusión derivada de la formación académica de los profesionales que egresan de una universidad o de un instituto profesional. La firma de planos conlleva responsabilidad civil y ello responsabiliza a las entidades que forman a estos profesionales. Observa una tendencia a devaluar el título que otorgan las universidades, porque la confusión existente en la materia vuelve comparables situaciones que no lo son produciendo también una falta de información para el sistema productivo, por cuanto grandes obras de ingeniería pueden ser ejecutadas por gente que está preparada para ello y también por quienes no han recibido una formación en las ciencias básicas fundamentales. Por esta vía se va a concluir que el título de Ingeniero Civil que da esta Universidad está sobredimensionado. La argumentación del Parlamento es inconsistente, porque si la idea es fortalecer la formación en esta área, deben exigirse estudios de Ingeniería Civil impartidos por instituciones idóneas. Esta proposición apunta, más bien, a resolver un problema que enfrenta la Universidad Católica que tiene Ingeniería Civil en Estructuras y también una Escuela de Construcción, lo que ha producido un conflicto interno. La Universidad de Chile, en cambio, abordó este problema hace mucho tiempo y lo solucionó como se ha indicado anteriormente.

El Decano Sr. Merino está de acuerdo con que la Comisión de Docencia del Consejo analice el tema, pero incorporando un estudio más amplio de la LOCE, porque es una normativa con una estructura muy segmentada. Le llama la atención que la Universidad de Chile no haya sido convocada por el Parlamento a esta discusión. Cree que cuando se plantee el tema de la Estatuto de la Universidad de Chile, se revisará la LOCE y hay que estar muy bien preparados en estas temáticas. No sabe si ha habido presión de los Colegios Profesionales para tratar de elevar el nivel de estos títulos, pero insiste en que el problema de fondo es una ley anacrónica y nefasta.

El Sr. Rector (S) propone que, sin perjuicio de que el tema sea analizado por la Comisión del Consejo Universitario en un contexto más amplio, se solicite al Rector Riveros que envíe una nota a la Cámara de Diputados transmitiendo la preocupación de la Universidad de Chile sobre esta materia.

ACUERDO Nº70

El Consejo Universitario acuerda solicitar al Sr. Rector que envíe una nota a la H. Cámara de Diputados expresando la preocupación de la Universidad de Chile con respecto a la iniciativa legal de modificar el artículo 52 de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza con el objeto de incluir, en su Artículo 52, los títulos de Constructor Civil y de Ingeniero Constructor dentro de aquellas que exigen una Licenciatura previa.

Asimismo, aprueba que la Comisión de Docencia de Pregrado, Educación Continua, Postítulo y Postgrado del Consejo Universitario estudie el tema dentro de un contexto más amplio que permita analizar la LOCE a la luz del proyecto de nuevo Estatuto de la Universidad de Chile.

6.- Cambio de denominación del Título de Profesional Especialista en Rehabilitación Oral.

El Sr. Rector (S) ofrece la palabra a la Sra. Prorrectora (S).

La Dra. Sepúlveda señala que la Facultad de Odontología propone modificar el DU Nº 0014251, de 1996, en el sentido de eliminar la mención Prótesis del Título de Profesional Especialista en Rehabilitación Oral, dándole un carácter más amplio y evitando los equívocos que se producen sobre todo a nivel internacional, e introducir también un artículo transitorio de un año de vigencia para el canje de los títulos de Especialista en Rehabilitación con mención en Prótesis o de Especialista en Odontología Restauradora con mención en Operatoria Dental por el de Especialista en Rehabilitación Oral.

El Decano Sr. Matas señala que a partir de 1999 el Consejo de Postítulo de la Facultad analizó la posibilidad de unir los dos programas de postítulos que se desarrollaban en el ámbito de la Rehabilitación teniendo en cuenta que las características de ambos eran muy similares y las preferencias eran hacia la Rehabilitación Oral en sentido amplio. Se fundieron ambos y desde entonces se da sólo este programa conducente a este título de profesional especialista.

El Sr. Rector (S) ofrece la palabra al Director de Postgrado, quien estima que las explicaciones entregadas por quienes lo precedieron ilustran adecuadamente el punto.

El Dr. Braghetto consulta si este programa tiene alguna vinculación con el de Kinesiología de la Facultad de Medicina, a lo que el Decano Sr. Matas responde negativamente.

ACUERDO Nº71

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 9, letra g) del Estatuto de la Universidad de Chile, el Consejo Universitario aprueba modificar el Título de Profesional Especialista en Rehabilitación Oral, en el sentido de eliminar la mención “Prótesis”.

Asimismo, se acuerda modificar el DU Nº0014251, de 1996, incorporando una disposición transitoria que establezca que los cirujanos dentistas que obtuvieron el aludido título o el de Especialista en Odontología Restauradora con mención en Operatoria Dental, tendrán el plazo de un año para proceder al respectivo canje en atención a la nueva denominación.

7.- Proposición para modificar el Reglamento de Calificación Académica.

El Sr. Rector (S), en su calidad de Presidente de la Comisión Superior de Calificación Académica desde hace dos meses, informa que esta Comisión ha estado discutiendo una cantidad de problemas que se han detectado desde hace muchos años y ha preparado el informe que se ha distribuido para la sesión. Comenta que dicho documento fue presentado al Sr. Rector y a la Sra. Vicerrectora de Asuntos Académicos y se acordó someterlo a consideración del Consejo Universitario con el propósito de adoptar decisiones. Se ha invitado al Secretario Académico de la Comisión, profesor Gonzalo Díaz, para que realice la presentación.

Con el fin de facilitar a los Sres. Consejeros el seguimiento de la discusión que se inicia en esta sesión sobre las proposiciones para modificar el Reglamento de Calificación Académica, la Secretaría del Consejo Universitario incorpora a continuación el Informe de la Comisión Superior de Calificación Académica “Observaciones Generales al Proceso Calificatorio”, cuya síntesis fue expuesta en la sesión por el profesor Gonzalo Díaz.

“OBSERVACIONES GENERALES AL PROCESO CALIFICATORIO

La Comisión Superior de Calificación Académica ha trabajado en identificar los problemas que se han detectado en la administración del proceso de calificación con el objeto de presentarlos y discutirlos con el señor Rector y la señora Vicerrectora de Asuntos Académicos. La Comisión estima que estos problemas son urgentes y deben ser analizados a la mayor brevedad para asegurar la marcha futura del proceso. Varios de estos problemas son recurrentes, esto es, se han ido detectando desde el inicio del proceso, en 1992, y han sido presentados en sus Informes al Consejo Universitario. [Al respecto puede consultarse "Informe Final Proceso de Calificación Académica, período 1995-1996", 1.Problemas detectados e "Informe Final Proceso de Calificación Académica, período 1997-1998", 2. Problemas detectados y acciones tendientes a perfeccionar la marcha del proceso].

Problemas a resolver y soluciones.

1. EFECTOS DEL PROCESO:

Existe entre autoridades y académicos una opinión negativa respecto al costo que la dedicación a este proceso significa en relación con el efecto que ha tenido en el mejoramiento de los estándares académicos. Creemos que esta opinión no considera la cantidad de académicos que, como consecuencia de la calificación, han debido hacer abandono de la universidad. Aunque no hay cifras exactas disponibles, se estima que después de cinco procesos calificatorios han sido removidos a lo menos unos 500 académicos, sea directamente por mala calificación o por renuncias acordadas.

Por otra parte, es necesario destacar un significativo aumento en la productividad de los académicos y una notable preocupación por cumplir con mayor rigurosidad sus obligaciones. El proceso calificatorio ha conseguido que los deberes inherentes a cada jerarquía académica se hayan ido internalizando progresivamente en la comunidad universitaria.

Asimismo, es importante considerar la incidencia que el proceso calificatorio ha tenido en la homogeneización de la jerarquía académica, tanto al interior de las unidades académicas como entre Facultades e Institutos, logrando con ello una mayor nitidez de la carrera académica.

Con todo, el período reglamentario de dos años para la aplicación del proceso es efectivamente corto, tanto para las comisiones que lo administran como para los académicos que deben someterse a él.

Proponemos postergar el proceso calificatorio que correspondería realizar el próximo año académico 2003, con el fin de estudiar en profundidad las modificaciones que dicho proceso requiera y de dar tiempo para solucionar los problemas que han dificultado su administración. Luego de ello y sobre la base de los antecedentes que dicho estudio proporcione, se podrá proponer el período o frecuencia con que se realizará el proceso de calificación académica en el futuro.

(Esto requiere de una modificación reglamentaria [del Art. 7° Y otros], que debe ser aprobada por el Consejo Universitario) .

2. DEFINIR CON CLARIDAD LO QUE LA UNIVERSIDAD ESPERA DE SUS ACADEMICOS PARA ASI PERFECCIONAR EL SISTEMA DE INFORMACION DE APOYO AL PROCESO DE CALIFICACION:

A partir del último proceso ya se puso en práctica un sistema informático para facilitar y mejorar la marcha del proceso calificatorio.
Proponemos perfeccionar el sistema de información computacional una vez que la Universidad haya definido con claridad las tareas de docencia, investigación o creación artística, extensión o administración que se espera realice un académico adscrito a las diferentes jerarquías de la carrera académica. Deberá cuidarse que las tareas más complejas y de mayor responsabilidad las asuman los profesores de las más altas jerarquías, privilegiando el perfeccionamiento y la creación de aquellos de menor jerarquía. En la definición de las tareas académicas deberán combinarse los ideales de una Universidad que pretende priorizar la excelencia académica con las realidades que presentan las diferentes Facultades. Dichas tareas deben estar codificadas de tal manera que el académico deberá elegir opciones concretas y no autodefinir la naturaleza de ellas. Esta información, convenientemente codificada, será además de gran valor para el Banco de Datos que la Universidad maneje y consulte para el diseño de políticas de desarrollo, asignación de recursos y modificaciones que mejoren su estructura académica. En esta dirección ya se han acordado algunas tareas compartidas a realizar con la Vicerrectoría de Asuntos Económicos y Gestión Institucional.

3. DEL PAPEL DEL DIRECTOR DE DEPARTAMENTO EN El PROCESO CALIFICATORIO:

Aunque la información principal que las comisiones deben considerar para la calificación es aquélla que el mismo calificando entrega en el Formulario para la Calificación, se considera el Informe del Director de importancia fundamental para facilitar el trabajo de las Comisiones calificadoras locales y para que éstas puedan llegar con mayor certeza a un determinado juicio calificatorio. Desde el inicio del proceso este Informe ha sido, en general, insuficiente, sea por la falta de fundamentación de sus dichos o por lo vago de sus expresiones. Como forma de mejorar esta situación, la Comisión Superior diseñó -con ocasión de las modificaciones reglamentarias [1993-1994]- el Programa Anual de Actividades [Art. 32°] y el Informe Anual del Académico [Art. 33°], debiendo constituirse estos documentos en el fundamento objetivo en el que debe basarse el Director para evacuar sus informes, según queda establecido expresamente en el último inciso del Art. 33°. A pesar de lo anterior y de instrucciones expresas impartidas al respecto por la Comisión Superior, el Informe del Director sigue siendo insuficiente y se sabe que el Programa Anual y el respectivo Informe Anual no son aplicados, en general, en las Facultades o Institutos. Asimismo, las Comisiones locales no aplican ninguna sanción calificatoria -en el rubro "Administración Académica"- a los Directores que redactan insuficiente o contradictoriamente estos informes.

Pensamos que la solución a esta falla no requiere dictar otras normas o diseñar otros instrumentos adicionales o distintos a los actualmente vigentes. En teoría bastaría con que el Director diera cuenta objetiva de la relación entre lo que firmó con el académico al inicio del año en el Programa Anual y lo que el académico efectivamente hizo, y que queda registrado documentalmente en el Informe Anual. Se han dictado múltiples instructivos al respecto pero el problema subsiste y pensamos que en buena medida se debe a la estructura de generación de estos cargos, donde en muchas oportunidades se corre el riesgo de que el Director deba responder a la presión de no calificar inadecuadamente a sus electores, lo que hace recomendable reestudiar los reglamentos respectivos planteando las funciones y las vías de generación de estos cargos.

Proponemos reactualizar la importancia del Informe del Director mediante un instructivo dirigido a todos los Directores de Departamento y a las Comisiones locales en el cual se explique en detalle la función que cumple y la importancia que tiene este instrumento en el proceso. Junto con lo anterior proponemos realizar reuniones con grupos de no más de treinta directores para enfatizar el contenido de dicho instructivo y recoger la opinión de ellos.

4. DEL DISEÑO DE LAS PAUTAS ESPECIFICAS DE CALIFICACION:

El reglamento establece que las Pautas de las respectivas unidades deben ser propuestas a la aprobación de la Comisión Superior por la comisión calificadora correspondiente y debe ser la expresión de las políticas de desarrollo de la unidad a que dicha comisión pertenece. Esto es importante, pues de cumplirse con lo establecido en el reglamento quedaría asegurada la coherencia del proceso. Asimismo, la elaboración de la Pauta General debe responder a las propuestas definidas para el desarrollo estratégico de la Universidad, considerando especialmente el perfil que la Institución ha definido para sus académicos según las carreras establecidas en el Nuevo Reglamento General de Carrera Académica.

Proponemos, en el contexto de la revisión o readecuación de las pautas de calificación, proceso que debiera realizarse prontamente, solicitar a las Unidades Académicas nos envíen sus objetivos y metas de desarrollo académico que se proponen cumplir en el mediano plazo. Posteriormente, y conociendo esos objetivos y políticas de desarrollo, pensamos que es conveniente invitar a las distintas comisiones con el fin de acordar los requisitos mínimos exigibles para la calificación académica.

5. DE LA PERTINENCIA DE ALGUNOS NOMBRAMIENTOS ACADEMICOS:

Los casos de personas que teniendo nombramiento académico no realizan labores académicas de acuerdo al perfil definido por el Reglamento General de Carrera Académica, ha sido uno de los problemas más complejos del proceso calificatorio desde su fundación, en 1992. La Comisión ha representado en más de una oportunidad ante el Consejo Universitario la necesidad de remediar esta situación.
La solución radicaría en la creación, por parte de organismos superiores de la Universidad, de una planta profesional-técnica a la cual se readscriban estas personas, que según todos los informes, realizan una labor que aunque no es académica, es fundamental en sus respectivas Unidades o Servicios.

Actualmente existe, en el escalafón de Funcionarios, entre otras, una Planta Profesional y una Planta Técnica, pero al no haber una Carrera Funcionaria en estas plantas, de tal modo que puedan fijarse los ascensos o la ubicación en ellas al ingreso, resulta poco atractivo, para quienes están contratados como académicos, el traspaso a la planta técnica o profesional. Existen casos concretos en que la función requerida debería tener remuneraciones similares a la de un Profesor Titular. En el caso de la Planta Directiva, son muchos los casos de profesionales con sueldos superiores a los máximos de los académicos.

Como solución transitoria propuesta por la Comisión dentro de sus atribuciones, en caso de que la estructuración de la planta mencionada tome tiempo, se propone hacer uso de lo establecido en la letra h) del Art. 40, que consagra la "Prestación de Servicios y Asistencia Profesional" como una de las actividades académicas, con la salvedad de que dichas actividades, para ser válidas en el proceso, deben ser asignadas o reconocidas por escrito por el Decano o Director de Instituto Interdisciplinario o por el Rector.

Con fundamento en esta norma la Comisión solicitará a las Unidades Académicas, antes de iniciarse un proceso, la lista de personas que teniendo nombramiento académico hacen labores asistenciales ó técnicas, o de apoyo a las labores académicas, con el fin de que sean calificadas mediante una pauta especial.

Dicha lista debiera ser hecha en forma clasificada de acuerdo a las labores que realizan las personas, fundamentada, acordada por el Consejo de la Unidad y firmada por la autoridad de la misma.

6. DE LOS DECANOS Y DIRECTORES DE INSTITUTOS INTERDISCIPLINARIOS COMO PRESIDENTES DE LAS COMISIONES DE APELACION:

Existe inquietud en la Comisión Superior por la función que cumplen los Decanos y Directores de Instituto -en cuanto Presidentes de las Comisiones de Apelación locales- en el proceso calificatorio. La Comisión estima que se debe replantear la conveniencia de no involucrar a la autoridad administrativa, elegida por sus pares, en un proceso que según el reglamento decide "sobre la permanencia de los académicos en la Universidad".

Pensamos que esta exclusión, además de otorgarle mayor autonomía al proceso, reafirma el papel que los Decanos o Directores de Instituto tienen en el mismo, tanto a través de la integración que ellos hacen del Consejo Universitario que aprueba el Reglamento de Calificación Académica, de la presidencia que ejercen de sus respectivos consejos que estructuran los objetivos y políticas de desarrollo de la Unidad y en las que se basan las pautas, como de la Facultad que tienen de proponer los nombres que integran las Comisiones de calificación y apelación locales.

Proponemos la discusión de este tema ante las autoridades superiores u organismos pertinentes de la Universidad.

7. DE LA RELACION DE LA UNIVERSIDAD CON LA CONTRALORIA GENERAL DE LA REPUBLICA:

Se hace necesario que las autoridades máximas de la Universidad traten de manera orgánica, con las autoridades superiores de la Contraloría General de la República, el hecho de que este organismo, transformado en una nueva instancia de apelación de muchos académicos, quienes acuden a ella incluso con finalidades dilatorias de los eventuales efectos de sus procesos calificatorios, evite pronunciarse sobre cuestiones netamente académicas en los procesos calificatorios sometidos a su revisión, vulnerando la autonomía de la actividad universitaria. Una política global de la Universidad con la Contraloría General requeriría acordar con ésta los siguientes puntos:

  1. La competencia de la Contraloría sólo alcanza a aspectos de carácter procedimental de los procesos calificatorios.
  2. Necesidad de agilizar al máximo la tramitación de estos procesos ante dicho organismo contralor, que en ocasiones toman varios meses antes de un fallo, con el consiguiente perjuicio económico y académico para la Universidad.

Solicitamos al señor Rector que, junto con el señor Prorrector, Presidente de esta Comisión, y algún miembro de la misma, traten estos temas específicos con el señor Contralor General de la República y con el encargado, en esa repartición, de los asuntos de la Universidad de Chile.

8. CREACION DE UNA SECRETARÍA y ARCHIVO:

Para mejorar la eficacia de la Comisión Superior en su trabajo de dirección, supervisión y organización general del proceso, proponemos la creación y organización profesional de una secretaría y archivo, con la mantención de un sistema actualizado de información, de acuerdo a lo definido en el punto dos, bajo la tuición de uno de sus miembros con dedicación de al menos un cuarto de jornada. Con ello, además, se mejoraría adecuadamente la atención a los problemas de funcionamiento del proceso y a las 17 Unidades Académicas y 34 Comisiones que lo administran.

Por último, para el estudio más detallado de estos problemas y sus posibles soluciones, se hace imperativo modificar el Reglamento de acuerdo a lo señalado en el punto 1.

RESUMEN DE PROPUESTAS EN TORNO AL PROCESO CALIFICATORIO:

  1. Posponer el próximo proceso de calificación hasta que no se hayan consolidado las modificaciones sugeridas.
  2. Perfeccionar el sistema computacional ya iniciado con la consiguiente codificación de las actividades académicas.
  3. Reactualizar el papel del Informe del Director mediante un instructivo dirigido a todos los Directores de Departamento y Comisiones Locales.
  4. Rediseñar las Pautas Específicas de cada Facultad e Instituto Interdisciplinario de acuerdo con las políticas de desarrollo de éstas, en un trabajo conjunto entre las Unidades y la Comisión Superior de Calificación Académica.
  5. Elaboración de las carreras Funcionarias para las Plantas Profesional y Técnica con el fin de que se adscriban las personas que teniendo nombramiento académico no realizan propiamente actividades académicas, debiendo ser calificadas de acuerdo a las normas del Estatuto Administrativo, sin perjuicio de poner en práctica, transitoriamente, lo dispuesto en la letra h) del artículo 4° .
  6. Reponer la discusión ante las autoridades superiores u organismos pertinentes de la Universidad, acerca de la conveniencia de que los Decanos y Directores de Instituto Interdisciplinario participen en el proceso calificatorio como Presidentes de las Comisiones de Apelación.
  7. Cautelar la autonomía de la Universidad de Chile en el proceso calificatorio ante la Contraloría General de la República.
  8. Creación de una secretaría para la Comisión, encargada del archivo y la mantención de un sistema de informatización actualizado, para maximizar la eficacia en el trabajo de dirección, supervisión y organización general del proceso.”

El Sr. Rector (S) precisa que la idea central que se propone es la postergación del próximo proceso de calificación para estudiar estas reformas que la Comisión estima necesario implementar. La propuesta es realizar un proceso calificatorio cada cuatro años para todas las jerarquías, no sólo para Titulares y Adjuntos. De esta manera, el proceso que debería realizarse el año 2003, y que estaba destinado a Profesores Asociados, Asistentes, Instructores y Ayudantes, se pospondría para el año 2005, que es la fecha para inicio del próximo proceso para Titulares y Adjuntos. Este año 2005 se incluirían los antecedentes de los años 2001 hasta el 2004 para todas las jerarquías.

El Dr. Braghetto no está convencido de la conveniencia de postergar tanto el proceso de calificación, porque a pesar de sus defectos ya se ha generado una “cultura” en la comunidad académica al respecto. Estima muy necesarias las modificaciones, especialmente para la Facultad de Medicina, en las Unidades Clínicas, en que hay serias dificultades para abordar la calificación de algunos de sus miembros. Estas propuestas tienden a solucionar estos problemas. Respecto del rol del Jefe de Departamento, cree que este instrumento prestaría mayor utilidad si se pudiera encauzar bien con una pauta objetiva, clara y precisa para evitar opiniones generales y evasivas.

La Decana Sra. Flisfisch atribuye gran relevancia a esta revisión profunda del proceso de calificación. Sin embargo, cree que persisten cuestiones de fondo sin tratar. A su juicio, los temas más sustanciales son la pauta propiamente tal y el informe del Director. Este es un reglamento que en sus principios alaba el mérito académico pero, en la práctica, es básicamente punitivo. Estima que se encuentran debidamente definidas las actividades académicas, pero que es necesario generar una pauta flexible, capaz de abarcar la variada gama de actividades que realizan los académicos. No cree que este instrumento deba estar sujeto a los proyectos de desarrollo de las unidades académicas, sino vinculada a cuestiones más concretas. Los objetivos a largo plazo están en la misión, en la visión general de la Universidad, y las pautas no pueden ir cambiando cada vez que una Facultad decida modificar sus orientaciones estratégicas no fundamentales. No se sabe especificar con claridad los conceptos ni tampoco qué significa cada una de las actividades. Se requiere buscar una definición de conceptos para la institución y no para cada unidad. Determinar, por ejemplo, qué significa investigar para esta Universidad. Le parece que es un tema prioritario para el Senado Universitario. Respecto a los informes del Director, se remonta al inicio del proceso. Su experiencia como Vicedecana es que estos informes no sirven para nada. Señala que su Facultad propuso una modificación del mismo, pero los sucesivos integrantes de la Comisión Superior de Calificación han considerado, aparentemente, que el instrumento en sí, tal cual como está formulado, responde a las necesidades del proceso de calificación. Cree que este instrumento ha revelado ser inconveniente y no sirve, porque no se cumple a cabalidad, independientemente de las razones por lo que ello ocurre. Los informes de Decanos tampoco se cumplen apropiadamente y este tema debiera ser revisado. No sabe si la participación de los Decanos en las Comisiones de Apelación en este proceso es embarazosa. Habría que discutir a fondo si la calificación debiera ser, como la evaluación, autónoma respecto de las autoridades elegidas. Son dos situaciones distintas aunque estén relacionadas. Le llama la atención de que esta Comisión no cuente con una secretaría profesional cuando este proceso lleva más de diez años. Ello implica que no hay registros, archivos ni información sistematizada del trabajo realizado hasta ahora y que no se puede, por tanto, realizar estudios para elaborar indicadores sobre actividad académica. Es fundamental implementar esta secretaría, lo que implica presupuesto para la aplicación tecnológica y personal calificado para ello. Estima necesario discutir este tema con la Vicerrectoría de Economía y Gestión Institucional. Opina que el proceso automatizado que se instaló el año pasado, podría mejorarse y elaborar indicadores académicos. Sobre la propuesta concreta, no le quedan claras las modificaciones propuestas, ya que tanto la del artículo 7 como la del artículo 16, no tienen carácter transitorio sino permanente. En el informe de la Comisión se señala que se propone postergar el proceso calificatorio del año 2003 para estudiar en profundidad las modificaciones y, luego de ello, proponer el período o frecuencia con que se realizará en el futuro. O sea, el tema de la frecuencia está sometido a la discusión y se solicita postergar el proceso. Le desconcierta la propuesta jurídica porque no es concordante con la de la Comisión. Solicita aclaración al Sr. Secretario General (S) y Director Jurídico de la Corporación.

El Sr. Secretario General (S) explica que se propone someter a revisión en su integridad el actual Reglamento General de Calificación Académica. Ello implica que el estudio culminará con la proposición de un nuevo reglamento que sustituirá al actual. Desde ese punto de vista, la modificación que se propone no es transitoria, pero el reglamento mismo actual –desde el momento que está sometido a revisión- pasa a tomar el carácter de “transitorio”, puesto que la idea es sustituirlo íntegramente por uno nuevo. No hay diferencia, por tanto, en establecer una disposición transitoria o permanente que, de todos modos, cambiará al ser sustituido por otro.

El Sr. Contralor agrega que se requiere recurrir a las normas transitorias para “postergar” el proceso, si así lo decide este Consejo. Si lo que se desea es que siempre la calificación de las distintas jerarquías académicas sea cada cuatro año, debe modificarse la norma permanente.

El Decano Sr. Quezada se alegra de la decisión de revisar este proceso. Le parece que hay que considerar otros aspectos también, como la demora de los procesos en las comisiones locales y en la Comisión Superior que muchas veces hace extemporáneas las medidas que se toman. Hay demoras en la convocatoria al proceso y también en la revisión del mismo. El proceso de calificación ha sido difícil de imponer en la Universidad, pero ya forma parte de su “cultura” y sólo se espera que se haga cada vez mejor. Por eso, hay que obrar con cautela y evitar medidas de suspensión o cambios en las reglas que puedan generar paralizaciones. Cree que, a lo más, se podría suspender un período tomando en cuenta el atraso que existe ya. También deben considerarse las razones que se tuvieron presentes para realizar los procesos de titulares y asociados aparte de los demás, porque cree que eran contundentes. Sugiere ser muy cuidadosos en el tratamiento de estos temas y aprovechar lo que se ha aprendido de la experiencia. Debe analizarse bien los aspectos favorables y desfavorables de la participación de los Decanos antes de adoptar una decisión. Tampoco debe disociarse la calificación académica de la carrera académica, porque las definiciones de esta última determinan lo que se espera de uno u otro rango de académicos. La calificación incide en la permanencia de las personas en sus cargos y, en virtud de ello, debe ser tratado legalmente de manera muy cuidadosa para no generar problemas con la Contraloría General de la República.

El Sr. Secretario General (S) explica que es una obligación institucional realizar el proceso calificatorio de acuerdo a la Ley General de Bases de la Administración del Estado y el Estatuto Administrativo y, por tanto, no puede suspenderse ni postergarse por la mera voluntad del obligado. Se necesita una norma distinta que cumpla ese objetivo y se propone homologar los dos años a cuatro años para el cumplimiento del objetivo. Lo que no puede hacerse es incumplir la obligación institucional. El reglamento en vigencia estará sometido a una revisión que dará como resultado un nuevo reglamento que puede proponer un tratamiento distinto del actual y, en ese sentido, no hay contradicción entre lo que ha propuesto la Comisión y el proyecto normativo presentado.

El Decano Sr. Merino considera muy importante el informe, pero le parece que no es sobre el proceso de calificación propiamente tal, porque ese debería ser un informe de resultados. Alude al punto 3 del documento en referencia señalando que, en el caso de su Facultad, plantea una revisión a fondo de la administración de los Departamentos en cuanto a la pertinencia y calidad de la labor de los académicos. Subraya que un tema pendiente en la Universidad es la acreditación de los Departamentos, porque no hay un criterio institucional. Comenta que la Comisión de su Facultad hizo una excelente labor en el tema de la calidad, aunque haya habido errores. A su juicio, la falta de criterios de calidad previamente definidos por la administración de los Departamentos hizo que se polarizara la discusión entre la Comisión de Calificación y los académicos dejando a los Directores en una situación absurda. Debe reconocerse que la Comisión de Calificación ve el resultado de un proceso académico y no es la encargada de administrar dicho proceso. Insiste en la necesidad de discutir profundamente la pertinencia y calidad de la labor de los académicos. Cree que los Decanos y los Vicedecanos no deben participar en el proceso de calificación y está de acuerdo con lo que señala la Decana Sra. Flisfisch en cuanto a que el Decano ejecuta la decisión de la Comisión, pero se crea una contradicción respecto a la elegibilidad del cargo y la presidencia de la Comisión de Calificación. Deberían ser comisiones independientes de la autoridad, al igual que las comisiones de evaluación académica. Le parece que tres años estaría bien para todas las jerarquías y no cuatro y que posponer el proceso hasta el 2005 es excesivo. Recuerda que en ese año se cumplen, además, los doce años en la jerarquía de profesor asistente. Hacerlo el 2004 permitiría manejar esa situación adecuadamente. Le parece conveniente la informatización del sistema y la creación de una secretaría técnica. También cree esencial que haya una carrera para quienes cumplen un servicio académico que no es docencia. Resulta absurdo pedir a un experto en fundición que haga exposiciones de escultura, por ejemplo. No hay una inserción adecuada en las plantas profesionales.

El Contralor señala que el proceso de calificación del personal no académico está sujeto al Estatuto Administrativo y a un reglamento externo por lo que la Universidad no puede efectuar cambios en los procedimientos ni en las fechas. En virtud de su autonomía, de acuerdo a la Ley General de Bases de la Administración del Estado y el Estatuto, la Universidad puede establecer la normativa que regula la calificación y la evaluación del personal académico y puede realizar los cambios que estime pertinentes.

La Vicedecana Sra. Norero manifiesta satisfacción frente a la revisión de este proceso, porque la Facultad de Medicina ha sido una de las más castigadas debido al problema de las carreras funcionarias para las plantas profesionales y técnicas, como consta en la relación con el Hospital José Joaquín Aguirre. Considera poco prudente posponer el proceso hasta el 2005 porque es un período muy prolongado. Pregunta si el reglamento tendría efecto retroactivo, porque si ello no ocurriera habría que esperar hasta el 2009 para aplicar las reformas que se impongan ahora, lapso excesivamente largo. Hay una incongruencia de tiempo en el planteamiento, porque las pautas relacionadas con planes estratégicos son proyectiva mientras el Informe del Director del Departamento es retrospectivo y muchas veces se trata de situaciones sobre las que no hay recuerdos claros y ello debe ser considerado especialmente por la Comisión.

El Decano Sr. Núñez también cree necesaria la revisión. Nadie duda del efecto que tiene el proceso de calificación y se precisa cuidarlo. Una postergación prolongada resulta desaconsejable; tres años sería el máximo. Los cambios de la pauta deberían apuntar a un control de calidad y no ser meramente cuantitativos. Actualmente la Vicerrectoría de Asuntos Académicos está trabajando en instrumentos que permitan evaluar la calidad de las actividades académicas. Es evidente que es más fácil apreciar la calidad en las labores de investigación por cuanto se relaciona con la obtención de fondos concursables o publicaciones Isis, que tienen prestigio nacional o internacional, pero en la docencia de pre y postgrado, porque no hay instrumentos de medición apropiados. Las Comisiones sólo cuentan con la evaluación por los alumnos y, como dice el Decano Sr. Merino, se requiere realizar un gran esfuerzo para desarrollar pautas que reflejen la labor que efectivamente llevan a cabo los académicos. Le preocupa la permanencia en la carrera académica ordinaria una vez transcurrido los 12 años como profesores asistentes y cree que este es un tema de análisis importante. Le parece que el reglamento contiene definiciones genéricas y se requiere aclarar, especificar criterios en las pautas de calificación. El concepto de calidad de las acciones es fundamental y debe jerarquizarse para determinar la pertinencia de lo que cada académico realiza en investigación, docencia y extensión. Para evitar esa pérdida de memoria a que aludía la Dra. Norero, el Director de Departamento debiera realizar cada año una precalificación sobre la base del informe anual del académico y remitirla al Decano, porque ello permitiría un registro más apropiado del quehacer de los académicos teniendo en cuenta que, en Facultades como la suya, los Directores de Departamento se renuevan cada dos años y, por tanto, no hay coincidencia con los periodos de calificación. Cree que el compromiso anual es una farsa, porque el académico indica lo que desea hacer anualmente, pero el Director debiera confrontar si hay concordancia con lo que, efectivamente, hizo. Debe ser un informe más específico para poder avanzar en este proceso que tiene indudables méritos a pesar de sus errores.

El Decano Sr. Matas considera oportuna esta revisión. Cree que el reglamento de calificación académica es una mixtura entre las exigencias de la carrera académica y el cumplimiento del académico con la institución. La evaluación analiza el comportamiento individual de cada académico y lo ubica en los rangos académicos preestablecidos. Entiende que la calificación académica tiene que ver con el cumplimiento del individuo con la institución por el horario contratado y así está establecido en los formularios que deben llenarse. Lo que debe hacer dependerá de su compromiso horario y de su rango académico. Le preocupa esta mixtura porque el responsable del funcionamiento de la Unidad no participa de lo que decide hacer el personal que está bajo su jerarquía. Debiera haber una relación estricta entre lo que el académico proyecta hacer y lo que la Unidad ha programado, porque si los responsables de la Unidad no participan en la estructuración de los planes anuales de actividades académicas, se produce un caos. Hay tareas que deben efectuar las unidades académicas que no tienen quién las haga, porque no le reporta beneficios para la carrera académica o le provoca problemas con la calificación, porque el desarrollo de ciertas actividades administrativas impide que se puedan efectuar otras de otro tipo. Está de acuerdo en el planteamiento de la Comisión respecto a la necesidad de incorporar una planta profesional, pero le preocupa que deban crearse cargos y establecer compromisos que, a veces, responden a necesidades transitorias. Estima preferible permitir que no se hagan ciertas actividades, pero que las que se hagan se hagan bien.

El Decano Sr. Fernández tiene dudas sobre la postergación. Cree que debe estudiarse la modificación del reglamento pero que éste debe seguir vigente hasta que el nuevo se apruebe. Una brecha de tres o cuatro años es inútil. Admite que hay problemas variados, pero debe seguirse con la programación establecida, porque su suspensión restaría credibilidad al sistema. Es partidario de no postergar, realizar exigencias a las comisiones locales y continuar con el estudio de las revisiones reglamentarias. La calificación de los pares es un tema que hay que abordar y perfeccionar los informes de los estudiantes. La modificación debe hacerse con la participación de todas las comisiones de calificación de las distintas Facultades y tomando el tiempo que sea necesario, pero con el proceso funcionando paralelamente.

El Vicedecano Sr. Ayala señala que le ha tocado encabezar dos proceso de calificación en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y el proceso es altamente beneficioso tanto institucionalmente, porque ha aumentado la productividad y el nivel de la actividad académica en la Facultad, como desde el punto de vista individual de los académicos que reciben periódicamente una señal de respaldo a su actividad y al involucramiento en la realización de actividades del más alto nivel. En el último proceso de su Facultad, el 95% de los académicos jornada completa (220) obtuvo una calificación 3. Cambiar las reglas del juego hoy significa privilegiar al 5% que no lo hace bien. Es dar la señal confusa, negativa , de que la Universidad está cambiando una “cultura” que se ha ido imponiendo a través de varios procesos de calificación que se han ido perfeccionando. Su opinión es que la mayor parte de los puntos señalados en el documento no son de fondo y son absolutamente subsanables. Cree que lo que está realmente en juego es la carrera académica; la calificación no puede confundirse con la evaluación, porque esta última mide el trabajo integral, acumulado durante un período pero en términos absolutamente voluntarios, porque quien desea se somete a evaluación y porque los límites de edad se han corrido sucesivamente y hay profesores en edad de jubilar que aún están en formación, lo cual resulta lamentable. Afortunadamente, no es el caso de su Facultad en que hay solo un caso de este tipo. Tomar como referente básico la carrera académica quita todas las dificultades del proceso de calificación, porque se sabe que en cada jerarquía hay determinadas actividades que deben realizarse y lo que hay que medir es la calidad con que esa actividad se realiza. Esta medición en investigación se hace por certificación de pares a nivel mundial, una publicación Isis acreditada internacionalmente. Evaluar la docencia es más complejo, pero en su Facultad también se ha hecho un esfuerzo por recoger la opinión de los alumnos para saber cuándo hay señales que indican que hay que efectuar correcciones. Habitualmente, un profesor mal evaluado en la docencia lo es en otros ámbitos también. Desea plantear que para su Facultad es muy importante mantener el proceso de calificación el 2003 sin que sea menos importante realizar una revisión del reglamento de calificación y de sus instrumentos para mejorarlo. No debe olvidarse que este es un tema de fondo para el Senado Universitario pronto a funcionar y recordar también que quienes fueron calificados el 2000 están esperando ser calificados el 2003. Le parece que lo que el Sr. Rector (S) ha informado en el punto Cuenta respecto a la elección de la Universidad de Chile como encargada del programa ALBAN para el país es de suma importancia y ello es posible gracias a la calidad académica. La Universidad Católica, que es la competencia más directa de esta Corporación, también tiene un proceso de calificación estricto que presenta muchos problemas y dificultades, pero prevalece el deseo de mejorar la calidad y el nivel de la actividad académica y, por eso, debe mantenerse el proceso el 2003 y efectuar las correcciones gradualmente hasta llegar a tener un proceso más depurado y con menos dificultades.

El Consejero Dr. Vio concuerda con el planteamiento del Vicedecano Sr. Ayala. Cree que este es un tema muy relevante para la Universidad porque la calidad académica depende en gran medida del proceso de calificación, el que ya está incorporado a la cultura universitaria y ha permitido avances importantes, porque es el único medio disponible para readecuar la planta académica. El documento da cuenta de que más de 500 académicos han dejado la Universidad luego del proceso de calificación. Por otra parte, ha mejorado la productividad en aquellos lugares donde este proceso se ha hecho bien. Indudablemente, es un proceso que tiene dificultades pero son todas subsanables. La inversión en tiempo de los académicos de las Comisiones, de los Decanos y Directores de Institutos es muy alta y ello se debe a la falta de depuración del proceso, pero es factible corregirlo dentro de plazos razonables sin que sea necesario interrumpir esta práctica. Le preocupan los problemas entre las comisiones locales y la Comisión Central, ya que han habido distintas interpretaciones derivadas, probablemente, del hecho que no se han tomado en cuenta las especificidades de cada unidad académica, porque cada una califica de acuerdo a sus objetivos. Si una unidad se dedica fundamentalmente a la investigación, exigirá una alta productividad y calidad en este ámbito y así en los distintos terrenos. Las exigencias son distintas y se requiere adecuar los procesos de calificación a ellas. Esto no ha sido bien entendido en la Comisión Superior y muchas veces han corregido lo que se ha enviado desde las comisiones locales en forma muy categórica. Debe tenerse en cuenta también que existe la carrera académica ordinaria, la carrera docente y a categoría adjunta y que la calificación debe hacerse también de conformidad a estas categorías académicas. Respecto del personal profesional y técnico, indica que este personal es considerado no académico al no existir una carrera profesional en la Universidad y eso ha sido un problema para aquellas unidades que tienen gran parte de su personal técnico. Recuerda que hace seis años el INTA presentó un proyecto de carrera profesional que no fue considerado prioridad y es un problema que está permanentemente presente. Respecto a la postergación, cree que hay mucha gente que está esperando la calificación del año 2001-2002, especialmente los que quedaron en Lista 2 y están imposibilitados de presentar antecedentes para el proceso de evaluación académica. Si se posterga el proceso de calificación hasta el 2005, esta imposibilidad se mantendrá por tres años más. Le parece conveniente hacer todo lo posible para que el proceso se siga cumpliendo cada dos años porque ya se ha incorporado a la cultura universitaria debido a los avances que ha tenido en estos años y los beneficios que ha aportado a la Corporación.

El Decano (S) Sr. Sapag señala que quienes han estado involucrados en los procesos de calificación durante los últimos años han conocido otros documentos similares a este Informe de la Comisión Superior. Por ello, en esta oportunidad habría deseado una propuesta más concreta de soluciones en lugar del planteamiento de problemas y también un cronograma con las tareas a realizar para efectuar las correcciones que se estiman pertinentes y que justificarían una postergación por el tiempo propuesto. Le parece necesario disponer de antecedentes que indiquen cuántos son los casos que han terminado en remociones directas como consecuencia del proceso de calificación; cuántos son los casos sometidos a apelación ante las autoridades superiores y cuáles han sido aceptadas o rechazadas. Le habría gustado contar con un análisis más cualitativo y comparativo de estadísticas de calificación en las distintas unidades académicas para abordar más objetivamente el problema. También comparte los fundamentos que se han esgrimido para no postergar el proceso de calificación. Con respecto a la intervención del Decano, cree que éste sabe lo que se hace bien o mal dentro de la Facultad y se perdería un poder importante de gestión si se entrega a terceros la calificación. Tal vez haya que reconocer que no se ha tenido la capacidad, como autoridades, para tomar las medidas correctas en el momento adecuado. No cree en las calificaciones; le parece que basta que el Decano tenga la capacidad de decidir y hacer las correcciones adecuadas para que la institución pueda marchar apropiadamente. No comparte el juicio de que sea una instancia ajena al Decano la que califique. Si el Decano lo esta haciendo mal, debiera haber una instancia superior que lo califique también a él. Si la falta de rigor en la calificación se debe al hecho de que los Directores de Departamentos son elegidos, cree que aunque sea menos democrático es más conveniente cambiar el sistema de designación de los Directores de Departamento que el proceso de calificación. Esta debería ser una atribución del Decano porque le permitiría trabajar con el equipo que considere más competente para llevar adelante los objetivos que se ha trazado. Tampoco comparte el criterio de elaborar una pauta de calificación única. Cree que hay pautas generales, referenciales, pero que cada unidad debe tener la que corresponda a su especificidad. Debe realizarse una mayor jerarquización en la calificación. No entiende la existencia de Departamentos con todos los académicos en Lista 3, porque no es verdadero. No basta con revisar el grado de cumplimiento de las tareas sino también la pertinencia de las tareas que se están realizando. La asignación de tareas, si bien es individual, debe inscribirse en el marco institucional. Cuando la institución define que tiene que hacer en el curso del año, debe ser capaz de reasignar funciones cada año a su personal para alcanzar las metas que se buscan. Por eso, cree que el Decano debe tener mayores atribuciones para asignar tareas a los Directores de Departamento y a sus académicos y para tomar las decisiones correctivas en la calificación.

El Decano Sr. Silva concuerda, en general, con lo que han planteado quienes le antecedieron en el uso de la palabra. Comenta que ha participado en tres procesos de calificación y puede testimoniar el cambio que se ha ido produciendo en la percepción que tienen los académicos de este proceso; de un rechazo inicial bastante fuerte ha llegado a formar parte de la “cultura” universitaria, tal como se ha señalado. Por ello, estima altamente inconveniente postergar el proceso del 2003, porque daría una señal de retroceso. Todos saben que el próximo año habrá calificación y hay que mejorar los defectos, pero eso debe ser un proceso paralelo. En general, falta una objetivización de la calificación; hay que especificar y debe haber cierto grado de ponderación en las distintas actividades de modo que el trabajo de las comisiones pueda ser más objetivo. Echa de menos el estímulo para los académicos en el proceso de calificación, porque su énfasis ha terminado siendo punitivo, pero no incentivador para quienes lo hacen muy bien y obtienen la mejor calificación. Es necesario definir cuál es el patrón que se establece para cada caso. Otro aspecto importante es considerar la estrecha relación que hay entre calificación y evaluación. No puede haber baja exigencia en la calificación y mucha en la evaluación, porque también desmotiva a la gente. Deben ser procesos muy bien coordinados.

El Sr. Leiva señala que más de 500 académicos se fueron de la Universidad debido a la calificación. De ellos, la ACAUCH respaldó en sus apelaciones a cerca de 300 y en muchos de estos casos se revirtió la calificación. El sistema no es adecuado y este documento así lo reconoce. Le parece necesario establecer metas y propósitos definidos y, sobre esa base, exigir a los académicos. Si no existen estos propósitos y los Directores de Departamento son meros administradores, es imposible exigir a los académicos. Hay que tener presente que la Universidad de Chile desarrolla múltiples actividades en los más diversos ámbitos y, por eso, tener sólo tres escalones para tanta diversidad de acciones es escaso e inapropiado. Hasta 1995 hubo cinco escalones para calificar a los académicos. No sabe cuál fue la causa por la que se redujo a tres. En diversos Institutos los Directores no son elegidos sino designados y esto trae un problema adicional debido a la “amistocracia” que existe en el país. Por eso, el temor al “clientelismo” de los Directores elegidos no parece bien fundado. La ACAUCH solicita participar tanto en las Comisiones Locales de Calificación como en la Comisión Superior. Agrega que debe considerarse que el 90% de los académicos que se han ido de la Corporación está en la competencia de modo que es conveniente no ser tan autoflagelantes ni tan autocomplacientes sino encontrar un justo término medio.

El Decano Sr. Nahum expresa que luego de 4 años de ausencia del Consejo, desea señalar con modestia y respeto que esta situación le recuerda el antiguo proverbio “nada nuevo bajo el sol”, porque se discuten los mismos problemas en los mismos términos y le preocupa mucho el tema. Cree que debe tenerse claro que la única vía por la que esta Universidad se diferenciará en el futuro de las de la competencia es por su excelencia académica. Esta es la única ventaja comparativa que tiene y, por eso, se requiere ser cuidadosos. Uno de los elementos que lleva a la excelencia es la calificación y la evaluación. En su Facultad, el proceso de calificación ha sido duro y se tomaron medidas que nunca antes se habían tomado y hay que reconocer que el proceso de calificación ha funcionado. Al asumir cargos de dirección universitaria, se requiere asumir también las responsabilidades que ellos conllevan y, por consiguiente, debe aceptarse que el proceso tiene dificultades, pero no se puede postergar ni suspender sino trabajar paralelamente en la solución de sus problemas. Le parece difícil erradicar la creencia de que cambiando las normas se solucionan los problemas. Lo fundamental es tener presente que, como decía Cicerón, las malas normas con personas esmeradas, conscientes, rectas y serias que las apliquen pueden generar excelentes resultados. No se puede pensar que el reglamento resolverá todos los problemas, porque esta es una entidad muy compleja; las normas deben interpretarse racionalmente aplicándolas a la realidad particular de cada Facultad. Le parece relevante analizar los fundamentos que se tuvieron en cuenta para calificar separadamente a los Profesores Titulares y Asociados del resto de los académicos. Ahora se propone calificarlos a todos juntos sin dar razones y este punto merece consideración.

El Consejero Sr. Cooper precisa que el reglamento de carrera académica no es sólo para la evaluación académica sino que define lo que cada rango de académicos debe hacer dentro de la Universidad y, por tanto, los procesos de evaluación y calificación debieran nutrirse de él. Las dinámicas son distintas solamente. Es esencial mantener la continuidad del proceso de calificación académica porque es el único proceso obligatorio cada cierto tiempo, ya que la evaluación es voluntaria. Cree esencial mantener exigencias para mantener un buen nivel académico, tal como ha señalado el profesor Ayala. Ello significa hacer lo que se debe hacer y hacerlo bien. La diferenciación entre dos y cuatro años entre los niveles inferiores y superiores es sano. Los rangos inferiores debieran ser controlados en forma más frecuente que el de profesor titular. La relación entre calificación y evaluación debiera ser mayor que la actual. Propone que no haya dilación en ninguno de los procesos de calificación programados.

El Decano Sr. Durán cree que los reglamentos debieran reflejar un espíritu en cuanto a acciones para mejorar el quehacer académico y no ser sólo un mecanismo punitivo para echar a los que no hacen lo que deben hacer. Es de gran necesidad que este proceso genere incentivos que motiven a los académicos a hacer cada vez mejor su tarea.

El Sr. Rector (S) en su calidad de Presidente de la Superior de Calificación Académica reitera que el objetivo de la Comisión ha sido plantear los problemas con el ánimo de solucionarlos en aras de mejorar este proceso; no hay intención de postergar o suspender sino de revisar. Todos están de acuerdo en que debe revisarse, pero no hay consenso en el modo de hacerlo. Le parece adecuado, entonces, proponer la designación de una Comisión Mixta integrada por miembros de la Comisión de Docencia del Consejo y de la Comisión Superior de Calificación para que presenten una nueva proposición al Consejo.

El Decano Sr. Durán cree que debieran incorporarse también miembros de la Comisión de Estructura, Gobierno y Evaluación Institucional del Consejo.

El Decano Sr. Merino plantea que debe otorgarse máxima urgencia a esta tarea y fijar un plazo para presentar la propuesta al Consejo Universitario, porque el proceso empieza el 2003 y debiera convocarse a principios del próximo año si se sigue el calendario normal.

ACUERDO Nº72

El Consejo Universitario luego de conocer el Informe de la Comisión Superior de Calificación Académica titulado “Observaciones Generales al Proceso Calificatorio” acuerda formar una Comisión Mixta integrada por miembros de las Comisiones de Docencia de Pregrado, Educación Continua, Postítulo y Postgrado y de Estructura, Gobierno y Evaluación Institucional del Consejo Universitario y de la Comisión Superior de Calificación Académica. Dicha Comisión será presidida por el Sr. Prorrector y deberá abocarse al análisis del DU Nº 1136, de 13 de mayo de 1999, Reglamento General de Calificación Académica, con el fin de formular una proposición de modificación del mismo al Consejo Universitario en el plazo de tres semanas contados desde la aprobación del decreto que formalice la constitución de la aludida Comisión

8. Varios.

No hubo.
Se levanta la sesión a las 11:58 hrs.

ANTONIO ZAPATA CACERES
Secretario General (S)
Secretario Consejo Universitario

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