A fines de febrero de 2005, un bus salía del centro de Santiago con rumbo a Viña del Mar, a bordo, una mujer sentada junto a su hija. La mujer lloraba, sus lágrimas recorrían su rostro y sus manos se posaban en la ventana de la máquina, aferrándose a ese momento. Era una descendiente de inmigrantes yugoslavos que, proveniente de Punta Arenas, dejaba a su hijo para que estudiara teatro en la Universidad de Chile.
Afuera de aquel bus, Antonio Altamirano, quien, desde temprana edad y mientras cursaba los primeros años de la educación básica, participaba en festivales de poesía a nivel regional, para luego ingresar en séptimo, a la academia de teatro del Colegio Punta Arenas, siendo el menor entre sus compañeros, los que en su mayoría cursaban la enseñanza media.
Un chilote en la obra "El Doctor Luca Milich", la que trataba de un estudiante que no se quería quedar en Punta Arenas, sino que en Santiago, fue el primer personaje que interpretó este hombre de personalidad más bien introvertida, trabajador, de pocas palabras y que según fuentes al interior de la Escuela de Teatro, es considerado un muy buen actor.
Pero no fue sólo su indecisión entre estudiar Kinesiología o Actuación Teatral lo que confundía a Antonio Altamirano a la hora de decidir qué quería hacer con su futuro, ya que su madre, a diferencia de su padre, un oficial jubilado de Policía de Investigaciones, no estaba muy de acuerdo con que su hijo siguiera el rumbo de las artes, argumentando que ser actor no es un oficio muy rentable.
Fue en tercero medio, y siguiendo los consejos de sus profesores, quienes le recomendaban que debía estudiar lo que realmente quisiera, los que motivó a Altamirano a ingresar a Actuación Teatral.
El talento de Altamirano hizo que el realizador Omar Zúñiga lo invitara a participar, a inicios de este año, en el cortometraje "Los hombres y el Río", que también contó con las actuaciones de los actores Marco Espinoza, Francisco Medina, Exequiel Tapia, Óscar Vásquez y Simón Zúñiga. Este cortometraje cuenta la historia de 6 hombres anónimos que están en distintos espacios y tiempos alrededor del Río Mapocho, sus historias logran revelar sutilmente el mundo de las emociones masculinas.
Una experiencia muy significativa para el estudiante de Actuación Teatral, fue haber actuado, durante el verano de 2006 en el Valle del Limarí, en la obra de creación colectiva "El Vuelo de las Moscas" en las Caravanas Culturales, iniciativa organizada por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, FECH.
"Esa experiencia me marcó mucho, ya que con la Caravana Cultural fuimos a lugares donde no llega el teatro, donde sus habitantes no están acostumbrados a ver obras, ni a escuchar música, ni a ver danza. Con esa experiencia me sentí muy retribuido, ya que es muy rico poder llegar a un lugar donde agradecen tu trabajo, por lo que es una experiencia muy enriquecedora para el trabajo de cualquier actor", explica Altamirano, quien asegura que la primera obra que vio al llegar a Santiago fue "Súper Héroes", de la Compañía de Teatro La María.
Junto con montar la obra "El Vuelo de las Moscas" en las Caravanas Culturales durante el verano de 2006, Antonio Altamirano se trasladó ese mismo año con la Compañía de Teatro Caminando, a la que pertenece, hasta Punta Arenas, donde pudo mostrar su trabajo en la plaza de dicha ciudad.
"En segundo tenía la idea de hacer un festival y de llevar obras a Punta Arenas, ya que los montajes que llegan allá carecen de un contenido interesante, ya que por lo general a regiones llega cualquier cosa, por lo que fue muy emocionante poder regresar a mi ciudad con una obra donde yo participaba", explica Altamirano, quien asegura que para ese entonces, sólo debieron gestionar los pasajes con la Municipalidad de Punta Arenas, puesto que el alojamiento corrió por cuenta de su casa para los diez integrantes de la Compañía de Teatro Caminando.
Tras cumplir tres años viviendo alejado de su familia y con tan sólo veinte y un años, Antonio Altamirano, el segundo de tres hijos, recibirá del Gobierno de Chile y gracias a un Fondart 2007, más de veinte millones de pesos, para que realice, junto a su compañero de tercer año de Actuación Teatral, Juan Pablo Corvalán y los estudiantes de la Universidad Mayor, Sally Campusano y Luis Guenel, el Festival de Teatro Cielos del Infinito.
"Cuando supe que me había ganado el Fondart, tuve la misma sensación que cuando vi en Internet que había quedado seleccionado para entrar a estudiar Actuación Teatral en la Universidad de Chile", explica Antonio Altamirano.
"Es muy importante para nosotros la confianza que tuvo Fondart en las cuatro personas que estamos en el proyecto, ya que somos jóvenes y con muy poca experiencia en la producción", señala el gestor de este festival, el que se llevará a cabo entre el 16 y el 23 de enero en el Teatro Municipal José Bohr de Punta Arenas, y que incluirá dentro de su programación a los montajes "Santo Progreso", "Maleza", "Marchitos", "Hambre" y "Dolores".
El Festival incluirá también la realización de conferencias, las que estarán a cargo de importantes personajes, como Fernando González, quien hasta el cierre de esta nota era el único confirmado con una ponencia sobre el Teatro Itinerante. A su vez, en el encuentro estará presente el grupo Merkén, el que se creó bajo el alero de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.