Nueva publicación del Departamento de Ciencias Históricas y la VID:

"El estallido social nos sentó a todas y todos en la misma mesa"

Chile despertó. Lecturas desde la Historia del estallido social
Publicado con el auspicio de la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile.
Publicado con el auspicio de la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile.
Prof. Mauricio Folchi, editor de la publicación.
Prof. Mauricio Folchi, editor de la publicación.

Responder a la ciudadanía movilizada, aportando fundamento al estallido y legitimidad al movimiento social. Con esta premisa un grupo de académicas y académicos del Departamento de Ciencias Históricas publicó Chile despertó. Lecturas desde la Historia del estallido social de octubre, un texto que viene a contribuir al vínculo de la U. de Chile con la ciudadanía, las organizaciones sociales y los debates del país. El libro contó con el apoyo de la Unidad de Redes Transdisciplinarias de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo, y se encuentra disponible para descarga libre y gratuita.

Como un modo de responder al llamado que el estallido social realizó a la clase política y a la academia, la publicación se propone leer el estallido social de octubre desde la Historia. “Es un texto que está dirigido a los movimientos sociales y a la ciudadanía que busca una respuesta, una explicación, un fundamento a su malestar”, explica el profesor Mauricio Folchi.

¿Por qué una lectura desde la Historia? Porque un estallido social de esta magnitud representa una crisis de ciertos procesos históricos y de ciertas estructuras formadas históricamente. Por lo mismo, “el estallido es en sí mismo un hecho histórico, que nace con ese estatuto, lo cual no es frecuente. No es frecuente que un hecho tenga conciencia de que va a quedar en la historia, antes de que las y los historiadores lo decidan así. En este sentido hay un llamado a que como historiadoras e historiadores nos pronunciemos sobre esa ruptura, sobre esta crisis y sobre lo que representa en perspectiva histórica. Tratar de entender todos esos elementos que constituyen la fractura; cuándo se gestaron, cómo y por qué”, señala el profesor Folchi.

Con esta necesidad es que se convocó a las y los académicos del Departamento de Ciencias Históricas de la Universidad de Chile a escribir un ensayo desde su propia óptica, enfocándose algunos en los asuntos políticos, en el pacto económico-social y otros también en temas como el movimiento ambiental o las reivindicaciones de los pueblos originarios que también son parte de este estallido. "Estos y otros temas nosotros los hemos visto expresándose desde hace bastante tiempo y han suscitado una convergencia de fuerzas, las que coincidieron en el estallido. Cada uno de nosotros venía siguiendo y analizando estas problemáticas por separado. El estallido social nos sentó a todas y todos en la misma mesa".

Apelando a la Historia

Respecto de la apelación a la Historia emergida durante las movilizaciones se hacen cargo Sergio Grez y Cristián Guerrero. El primero examina críticamente la tradición constitucional chilena; la radicación de la soberanía y el ejercicio del poder constituyente. El segundo hace un repaso de los orígenes históricos de los cabildos, el cual puede ser inspirador para los actuales. José Luis Martínez analiza la suerte corrida durante el estallido social por las estatuas de distintos personajes históricos; viendo en ello una disputa callejera por el relato de la historia nacional.

Las crisis plateó numerosas interrogantes respecto a su origen y motivaciones que la clase política —sorprendida y perpleja— ha sido incapaz de responder. La chispa que precipitó el estallido social fue una decisión “técnica” tomada por un panel de expertos. Este hecho lleva a Carlos Sanhueza a preguntarse cuál es el rol que debe cumplir este tipo de actores en un sistema democrático. ¿Quiénes eran los que estaban en la calle protestando masivamente? ¿Cómo puede haber más gente protestando que pobres en las estadísticas? Contra todo pronóstico, la que protestaba era la clase media, un verdadero acertijo para el gobierno. El ensayo de Azun Candina nos ayuda a comprender el malestar y la acción política de ese segmento social. Lo mismo hace Mario Matus, analizando el peso que tiene la desigualdad del ingreso en el descontento de la ciudadanía.

La perplejidad del gobierno frente al estallido social fue canalizada mediante la represión. Lo que no se comprende, se ataca. La consigna del “nunca más” que alguna vez creímos que sería sagrada en democracia, se disolvió en cuestión de horas. Carla Peñaloza analiza esta dolorosa constatación y sus causas.

La crisis a la que asistimos es de enorme profundidad. No se trata solo de demandas sociales insatisfechas (salarios, pensiones, salud, transporte, etc.), sino de la incapacidad del sistema político para advertir y procesar esas demandas de manera adecuada y oportuna. Pablo Artaza reflexiona sobre este punto, analizando la articulación entre el sistema político y la sociedad durante post-dictadura. Una reflexión complementaria hace Javier Esteve, comparando los casos de Chile y España, que han vivido estallidos sociales semejantes asociados a la disolución de los pactos de la transición.

La movilización social y la necesidad de un nuevo pacto social abarcan muchos problemas que han sido motivo de conflicto y movilización durante décadas en nuestro país. Aquí recogemos dos de ellos. José Manuel Zavala se pregunta qué elementos se deben tener presentes para incorporar a los pueblos originarios en nuevo orden político. Mauricio Folchi nos recuerda que las luchas ambientales que se han producido en el país durante los últimos años son luchas sociales que ponen en evidencia la injusticia que caracteriza a nuestro orden económico y político.

Muchos líderes y observadores han señalado que el país está viviendo “un momento histórico”. Esa es una expresión que los especialistas evitamos usar para referirnos a los acontecimientos del presente. No obstante, la convulsión y la esperanza que recorren las calles de nuestro país nos tientan a hacer una excepción en esta ocasión. Por lo mismo, ofrecemos una lectura de este momento en nuestra condición de historiadoras e historiadores, con la expectativa que ésta le haga sentido a esa ciudadanía que se muestra decidida a cambiar la historia.