Hasta agosto 2023:

Collages digitales de Arturo Cariceo se exhiben por un año en el GAM

Collages digitales de Arturo Cariceo se exhiben por un año en el GAM

Más de cincuenta collages digitales realizados con softwares tradicionales y aplicaciones de inteligencia artificial componen la exposición virtual “Testigo involuntario” de Arturo Cariceo, que desde el 26 de agosto 2022 y hasta el 26 de agosto 2023 se podrá visitar en el sitio web del GAM.

Con un texto curatorial realizado por la artista española Rosa Hernández Fraile, la exposición hace uso de varios formatos, incluyendo una banda sonora con canciones de los años de la construcción del edificio Unctad III, que corresponden a los años 1971 y 1972. Sin embargo, lo clave es que las propias imágenes tienen el poder de construir el discurso de la obra. 

“Como he pasado por todas las etapas del arte en línea, me produce una sensación de alivio ver cómo las cosas en la web, actualmente, se resuelven con aplicaciones, evitando las parafernalias informáticas. Testigo Involuntario fue pensada para ser vista en línea, en tiempos donde todo se ve en las pantallas de un celular y en pocos segundos, con la menor cantidad de clicks posibles”, explicó Cariceo

Y agregó, “Es heavy pero es el tiempo objetivo que pasan las personas frente a una obra de arte en un museo o una galería, fenómeno que trabajo a conciencia en cada una de mis obras. Y que toma una dimensión más profunda al situar lo que hago en un histórico lugar donde hace 50 años fue construido un complejo arquitectónico, dedicado a la cultura, ¡en menos de trescientos días! Con mi exposición, también me pregunto sobre lo importante que es entrar, salir, o pasar de largo, por el GAM siendo también testigos involuntarios de esta historia”.

De este modo, Testigo Involuntario enfatiza con humor la situación paradójica del artista que es “darte cuenta que estuviste en un lugar importante, porque uno más tarde viene a apreciar el haber estado en ese espacio y tener un registro de la propia vida. El título también agarra mi percepción de la consideración social de artista, la de ser sujetos que no son protagonistas de nada y testigos de todo; superpuesta a la trayectoria del edificio que nos invita a entrar en la historia, desde su épica construcción, pasando por todo lo que paso después del golpe de Estado, su recuperación en democracia y, evidentemente, su condición de lienzo del estallido social”, aseveró el expositor.

Una idea que surge cuando el artista encuentra dos fotografías familiares, tomadas en el UNCTAD III. Una de ellas, registra la escultura “Puerta al espacio” de Samuel Román; y la otra, el “Conjunto escultórico” de Federico Assler. 

“Estas dos fotografías de la época me sirvieron de excusa para entrar en esa apuesta artística que duró muy poco por el cambio de giro que tomó el lugar tras 1973. Son fotografías de un grupo familiar, pero en ellas no estoy yo. Dicen que estoy. Tampoco recuerdo haber estado ahí, en el edificio Unctad III, que aparece como telón de fondo. En retrospectiva, da lo mismo quien esté en la foto, lo importante es dónde fue tomada. De ahí el título de la muestra, que puede resultar irónico pero no olvidemos que lo acuñé en plena era de los selfies, followers y, viviendo en la flora y fauna de las redes sociales”, contó.

Así toma vida esta exposición que según su creador “no es melancólica sinó lúdica”, con la que Arturo Cariceo busca resaltar el carácter de edificio icónico de nuestra historia que ha ido a la par del desarrollo de su vida cronológica, política y cultural. 

“Para mí, como artista y ciudadano, exponer en los 50 años del UNCTAD III es tan importante como cuando participé en la exposición del bicentenario de nuestro país. Para esta conmemoración me propuse crear una obra que no se sostuviera en lo documental, para eso está el descomunal archivo en línea dispuesto por el GAM, que es una experiencia imperdible. Lo mío va por otro camino, quise dialogar con el lado artístico de lo que fue el UNCTAD III: un complejo arquitectónico con un montón de obras donde no existía la separación entre el arte docto y el arte popular de la época. Bueno, hice lo mismo pero con la estética millenial, mezclada con las culturas de la generación X y la de los boomers”, explicó. 

Además, a través de Testigo Involuntario, Arturo Cariceo vincula el edificio con la ciudadanía y el país dando cuenta de manera artística de cómo el complejo arquitectónico es un símbolo en permanente resignificación histórica. “Por eso, muestro en mis imágenes los vestigios de cada una de esas épocas, siendo muy significativo lo que hoy ocurrió en sus muros tras el estallido social, siendo el pizarrón de la ciudadanía, en suma, el telón de fondo de nuestras transformaciones políticas”, indicó el académico del DAV.

Esa vinculación la plantea desde dos miradas: primero, la navegación vertical de su página web;  y, la segunda, del modo horizontal, a través de cada imagen, siendo ambas el resultado de observar los dos edificios que componen el complejo.

“Los miré tanto que llegué a la conclusión que el edificio vertical aún nos habla de nuestro intenso pasado, mientras que el horizontal está en el presente, habitado desde su re-inaguración en el 2010 por jóvenes bailando K-Pop, heels, dancehall, jugando con espadas láser, respirando cultura urbana. Te sientes transportado porque el complejo arquitectónico sigue siendo espejo cultural de nuestras ansias ciudadanas”, concluyó Cariceo.

Para acceder a la exposición Testigo Involuntario de Arturo Cariceo ingresa a  https://gam.cl/exposiciones/testigo-involuntario/