Con la llegada del verano y las temperaturas superando los 30°C en parte importante del país, la temporada de incendios forestales se vuelve una preocupación creciente. Especialistas de la Universidad de Chile advierten sobre los riesgos específicos asociados a los rituales de fin de año, como la detonación de fuegos artificiales y el lanzamiento de globos de los deseos, también conocidos como farolillos o globos chinos.
El profesor Pablo Sarricolea, académico del Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) e investigador adjunto del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile, sostiene que la pirotecnia y los globos de los deseos -dispositivos aéreos ligeros hechos de papel fino o material similar y equipados con una vela encendida en su interior- pueden desencadenar incendios en pastos secos, propagándose a matorrales y bosques.
“En esta época del año, las praderas naturales están bastante secas, uno las puede ver en los cerros islas de la ciudad o incluso en sitios eriazos. También, al salir de la ciudad, las praderas están secas. Recordemos que el último invierno no fue seco, y ello propició que los pastos este año hayan crecido bastante. Ahora que están secos son material combustible que, frente a cualquier estímulo de fuego, sea pirotecnia, cigarros mal apagados, globos con velas, pueden gatillar incendios que se propagan por los pastos y alcanzar matorral e incluso bosque”, dice el profesor Sarricolea.
Frente a este escenario, el académico de la Casa de Bello recomienda algunas medidas para mitigar los riesgos, como evitar provocar fuegos y reducir el material combustible existente cerca de viviendas y bosques. “Medidas específicas existen. Por un lado, que la gente no provoque fuegos, pero también que se reduzca el material combustible en zonas cercanas a casas y bosques”, indica el especialista.
Por su parte, Miguel Castillo, académico del Departamento de Gestión Forestal y Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, aclara que, aunque los artificios pirotécnicos autorizados tienen baja incidencia en los incendios forestales, es crucial cumplir con normas técnicas para su detonación.
“Como perito forestal, trabajo mucho en el tema de las causas de incendios. En este sentido, los fuegos pirotécnicos -en los espectáculos oficiales- aún no concitan una causa importante de incendios forestales, por lo menos en Chile. Básicamente porque las prescripciones técnicas de detonación se ajustan a normas técnicas, como la altura de explosión, que en la mayoría de los casos se hace en el agua justamente por este tema. Por ejemplo, el espectáculo pirotécnico que todos los años se hace en Valparaíso y Viña”, explica el profesor Castillo.
De todas formas, el profesor Castillo plantea que entre las medidas recomendadas figuran, por ejemplo, “que los espectáculos estén alejados de pastizales o de sectores densamente poblados y que la altura de detonación no constituya un riesgo para la población”.
Por otra parte, respecto a los globos de los deseos comenta que, aunque representan un bajo riesgo en áreas costeras, podrían plantear desafíos en zonas de difícil acceso como los cerros. En este contexto, enfatiza la importancia de celebrar de manera segura y consciente del entorno. “Si los globos caen en sectores poblados podrían, en el peor de los casos, caer en la techumbre de una casa y configurarse un incendio estructural de poca monta. Ahora, si se elevan en los cerros, por ejemplo, donde tenemos muy escasa accesibilidad, una quebrada, por ejemplo, ahí evidentemente podría ser más complicado”, advierte.
Si bien las exhibiciones autorizadas de estos explosivos en base a pólvora serían seguras, pues cumplen con las normas, el uso particular sí puede ser un riesgo. Recordemos que, por sus múltiples peligros, desde el 2000 los fuegos artificiales, artículos pirotécnicos y otros artefactos de similar naturaleza están prohibidos e incluidos en la ley de Control de Armas (Ley 19680), normativa que señala que quien “sin la competente autorización, accione, active o dispare fuegos artificiales será sancionado con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio (61 días a tres años) y multa de 10 a 20 unidades tributarias mensuales”.