Motivado por los 60 años del arte digital, así como de la posibilidad que para él tienen los artistas de relacionarse con las máquinas y, a través de ellas, reconciliar opuestos y explorar nuevas fronteras, el artista visual Arturo Cariceo, ha presentado recientemente tres exposiciones virtuales y relacionadas con la IA.
La primera de ellas “Dirty Spock” abordó el manejo del escorzo, evitando que a las manos le sobren o falten dedos. En la exposición “Je est un Autre” el logro alcanzado es la hiperrealidad de retratos de personas inexistentes, a diferencia de “Et in Arcadio Ego”, la tercera exhibición, en la que se pueden ver imágenes sin corregir que dejó con las imprecisiones creadas por la IA.
Estas obras fueron pensadas paras ser vistas en pantalla de un teléfono móvil o un computador personal, no para una pantalla puesta en el muro de un museo o galería ni para ser exhibida de modo impreso: “nada de impresiones giclée, decisiones curatoriales que de por sí ya son un importante contrapunto con el arte dominante, independiente si las imágenes fueron creadas con IA” señaló el creador.
Y agregó: “Todas estas experiencias surgieron encadenadas por el uso que hago de la Inteligencia Artificial (IA) con fines artísticos, cada uno llevó a los otros”, explicó Cariceo, quien en noviembre dictó una charla magistral sobre dicha relación, en el Departamento de Ciencias de la Computación, DCC, en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.
“En la charla ocurrida en el DCC, desplegué las relaciones entre arte e IA desde tres correlatos entrelazados: la historia del arte digital, la irrupción de la IA en el arte y mi propia trayectoria cruzada con ambas situaciones, mientras que las tres exposiciones abordan los mismos tópicos a través de imágenes que fueron creadas exclusivamente con prompts, sin deepfakes ni filtros”, detalló el artista.
En esta instancia, el artista visual ahondó en sus tres últimas exposiciones y aclaró: “Estas operaciones las disfruté mucho y las expliqué en la charla, compartiendo con los ingenieros la experiencia de cómo el artista transforma a la herramienta tecnológica en co-autora, sin complejos de ningún tipo y de cómo, esa misma persona lo hace porque fue un niño que soñaba con tener la tecnología para crear obras de arte en casa, con un computador lo más portátil posible -como ocurre con un teléfono inteligente-, conectado a lo que llamamos hoy Internet y asistido por una máquina que imita los procesos cognitivos de los humanos, quiero decir, pensando no sólo en robótica. Del mismo modo, está la interesante contraparte de cómo la ciencia ficción llevó a ingenieros y científicos a ser lo que son”.
De este modo, tanto en la charla como en las tres exposiciones, Arturo Cariceo aborda temáticas como la relación co-autoral con la IA; la democratización de las prácticas artísticas y, por último como él señala, el final o la superación del arte del siglo veinte.
“Sobre esto último, ya era hora, pero tuvo que llegar la IA para poner el último clavo a todo lo que fue el arte del pasado reciente, como ocurrió con el arte del siglo diecinueve en su momento. Como llevo tiempo explorando el ‘grado cero’ de las instalaciones y performances, que terminaron siendo el cajón de sastre del todo el arte conocido, lo abordado no debería inquietar, todo lo contrario, porque el estado actual del arte digital nos plantea retos, incluso para el mismo arte de los nuevos medios, que resignifican lo conocido y ponen en valor la capacidad de nuestra especie para seguir avanzando en complejidades de distinto orden”, declaró.
El académico del DAV reconoció que tanto durante la charla como en otras instancias le han consultado de forma reiterada por la amenaza que la IA representaría a la propiedad intelectual, por los aspectos innovadores de trabajar con el “machine learning”. Y su respuesta no se ha hecho esperar:
“Primero, precisé que mis intereses no son los de las industrias culturales ni las industrias creativas; luego, aclaré que la misma cultura norteamericana que vela con celo por los derechos de autor, también, promueve el arte apropiacionista como recurso crítico para el ejercicio de la cita y la alusión, esto ocurre casi a la par que la irrupción del computador en el siglo pasado; para finalmente, señalar que la IA incomoda a las élites artísticas porque lo que era exclusivo, deja de serlo, otro síntoma de la democracia al cambiar las milenarias reglas de la sociedad, olvidando que el derecho a voto de todas las personas es un invento muy reciente en la humanidad. Resulta provocador, pero la democracia siempre ha sido la piedra en el zapato de las élites”.
Para visitar las exposiciones digitales de Arturo Cariceo debes acceder a:
o visitarla directamente en los siguientes enlaces: