Andrea Carrasco, directora de Saberes Docentes, sobre los 25 años de las JAP:

“Desde sus inicios, las Jornadas de Actualización Pedagógica plantean la idea de entregar herramientas concretas”

U. de Chile: 25 años apoyando a docentes desde la educación continua
JAP
"Creo que la virtud es que, desde sus inicios, las Jornadas de Actualización Pedagógica plantean la idea de entregar herramientas concretas, cosa que ha permanecido en el tiempo", comenta Andrea Carrasco, directora de Saberes Docentes.
JAP
"Que este año hayamos pasado los 400 participantes es un dato muy relevante que da cuenta del potencial que ven en ellas las profesoras y profesores", destaca la académica.
JAP
"Se ha dejado de tener una mirada tan de contenidos, academicista, y se ha transitado a programas que tengan un sello más de aplicación, en contexto situado y con elementos prácticos", agrega.
JAP
"Hay una impronta que ha construido el Centro, que tiene que ver con una identidad y el reconocimiento desde el magisterio al trabajo que hizo el programa, ahora Centro. Somos reconocidos por todas y todos los miembros del sistema educativo a nivel nacional", señala la directora del Centro de Estudios Saberes Docentes.

Más de diez mil docentes y asistentes de la educación de todas las regiones del país han tenido la oportunidad de perfeccionarse en el marco de las Jornadas de Actualización Pedagógica (JAP), una iniciativa que surgió el año 1999 con el fin de apoyar el desarrollo profesional docente, así como generar un espacio de análisis sobre la práctica pedagógica. Con motivo de este hito, Andrea Carrasco, directora del Centro de Estudios Saberes Docentes, recalca el compromiso que tiene la Universidad de Chile con los diferentes actores que hacen posible la educación en el país.

Desde 2021, la Doctora en Educación dirige al equipo multidisciplinario que integra esta unidad. Pero, tras su llegada en 2007 al antiguo Programa de Educación Continua para el Magisterio (PEC), antesala de lo que hoy es el Centro de Estudios Saberes Docentes, también ha sido relatora y diseñadora de varios cursos de las Jornadas de Actualización Pedagógica (JAP). Su historia, como ella misma señala, está íntimamente relacionada con este espacio. “Siempre digo que yo me he formado y he crecido en el Centro Saberes Docentes”, afirma.

- ¿Cómo comienza Saberes Docentes? ¿Cómo se inician las JAP?

El Programa de Educación Continua para el Magisterio surgió en el marco de la reforma educativa de 1998. Cuando vuelve la democracia, se hace una modificación curricular a nivel país. En esa actualización, se ve la necesidad del perfeccionamiento docente y con ello la necesidad de que la Universidad vuelva a apoyar a profesores de una manera más focalizada, retomando antecedentes históricos de la misma Universidad de Chile.

La profesora Carrasco se refiere a los Cursos de Repetición impulsados por Valentín Letelier y realizados en el Instituto Pedagógico a comienzos del siglo pasado, así como a las Escuelas de Temporada de 1935 que tuvieron como protagonista a Amanda Labarca, y que invitaban a profesionales de todo el globo a desarrollarse en diferentes ciudades de nuestro país.

En este sentido, existe una relación directa entre la creación de las JAP y la creación del programa. En ese contexto político-educacional de cambios, las JAP se instalan y toman fuerza, con la necesidad de las políticas educativas que existían. Por cierto, antes de estar en la Facultad de Filosofía y Humanidades, el PEC pertenecía a la Vicerrectoría de Asuntos Académicos y se ubicaba en el edificio administrativo de la Universidad, conocido como Torre 15. Yo llegué el último semestre de ese proceso y me tocó vivir el cambio en primera persona.

- Si la institución estaba en un lugar no apto para la docencia, ¿dónde se realizaban la JAP?

Las JAP partieron como un programa interfacultad. Se ocupaban diferentes espacios de la Universidad para su ejecución. La Facultad de Filosofía y Humanidades siempre fue un escenario principal, pero también fueron la Facultad de Medicina, por ejemplo, el campus Juan Gómez Millas o el campus Andrés Bello, que rodea al edificio. Me acuerdo mucho de la logística en ese entonces, cómo los coordinadores tenían que moverse entre todos los lugares supervisando que todo ocurriera en orden.

- ¿Por qué crees que las JAP fueron las únicas que continúan hasta el día de hoy? 

La política educativa cambió con el paso del tiempo, pero también los paradigmas educativos. Se dejó de pensar que el conocimiento se generaba fuera de las escuelas. Se ha dejado de tener una mirada tan de contenidos, academicistas, y se ha transitado a programas que tengan un sello más de aplicación, en contexto situado y con elementos prácticos. Creo que la virtud es que, desde sus inicios, las Jornadas de Actualización Pedagógica plantean la idea de entregar herramientas concretas, cosa que ha permanecido en el tiempo. Desde el Centro, hemos logrado también ir modificando metodológicamente la implementación de las JAP más allá de la durabilidad o de la modalidad. Hay una reflexión de fondo sobre el modelo de formación.

- ¿Qué elementos crees tú que permitieron que el Centro y las JAP cumplan 25 años este 2024?

Hay una diversidad de temas que se han ido actualizando. No nos quedamos con la propuesta de los primeros años, las JAP han sabido reinventarse en torno a contenidos y metodologías. Además de la apropiación de contenidos en la que giró la reforma educativa en un comienzo, siempre los cursos que se ponen a disposición se construyen desde un marco en el que se piensa: ¿Qué es lo que necesitan los profesores y directivos? Se ha ido transitando en función de las necesidades que el mismo profesorado ha ido levantando.

Por otro lado, creo que hay una impronta que ha construido el Centro, que tiene que ver con una identidad y el reconocimiento desde el magisterio al trabajo que hizo el programa, ahora Centro. Somos reconocidos por todas y todos los miembros del sistema educativo a nivel nacional. Y es paradójico, porque estos cursos ya no tributan formalmente a la carrera profesional docente como en algún momento lo hicieron. No impactan en los escalafones o remuneraciones, pero sí les aporta en su práctica y en su desarrollo profesional como docentes y directivos. Que este año hayamos pasado los 400 participantes es un dato muy relevante que da cuenta del potencial que ven en ellas las profesoras y profesores.

La pandemia no impidió que el Centro realizara las Jornadas de Actualización los años 2020 y 2021, las que se llevaron a cabo en formato online. Si bien el contexto de emergencia ha sido superado, las jornadas ahora se desarrollan híbridamente, mezclando la tradición de la presencialidad y los nuevos aires de lo virtual.

- Además de la pandemia, un programa así de extenso debe haber sorteado varios desafíos a lo largo de su historia ¿Te acuerdas de algunos?

Yo diría que los desafíos han sido año a año. Antes éramos pocas instituciones generando programas de formación continua, ahora hay cada vez más disponibilidad de cursos. Creo que la clave permanente de las JAP ha sido la propuesta metodológica que podemos desarrollar y ofrecer. A los/as profesores/as ya no le interesan las clases teóricas, escuchar dos horas a un docente exponer. Les interesa participar, crear, que les sirva, que sea útil. Eso significa repensar sistemáticamente la metodología.

La pandemia nos tensionó mucho más en ese punto en particular. Es muy distinto desarrollar una metodología en un aula, presencial, haciendo actividades diversas, que pasar a modalidad virtual, donde es más rígido y hay menos interacciones. Sin embargo, lo virtual se quedó y ha sido exitosa su implementación. Cabe destacar que, si bien nos tensiona, el Centro siempre tuvo el componente e-learning en otras acciones formativas, solo que la proporción era distinta. Si antes el 80% era presencial y 20% virtual, hoy por hoy la proporción es 60% digital y 40% presencial.

- ¿Cuáles son las proyecciones para el futuro?

Hay reflexiones internas que dan cuenta de un repensar de estas jornadas. Si me preguntas a mí, que también soy profesora, creo que los y las docentes tienen internalizado el periodo de las dos primeras semanas de enero para actualizar temáticas y aprender nuevas metodologías que puedan implementar en el año, por tanto, va a seguir existiendo la posibilidad de trabajar algún tema de actualización y de innovación. Por tanto, nos desafía a estar permanentemente reflexionando para aportar en el aprendizaje docente.

En algún momento tuvimos la oportunidad de realizar las Jornadas de Actualización en invierno, y creo que es una posibilidad que se baraja. Conectar con otro momento del año escolar es una posibilidad, pero en la medida de lo posible, que no afecte el descanso de los y las profesores.

Otro desafío, como Centro, es avanzar y consolidar la generación de investigaciones y nuevo conocimiento que surja de la evaluación de estas experiencias de formación (y otras también), que permitan nutrir los programas que implementamos y generar innovaciones pedagógicas. Eso es algo que queremos proyectar.