18 de abril, Día Internacional de Monumentos y Sitios:

¿Quién decide qué, dónde y cuándo erigir un monumento en Chile?

¿Quién decide qué, dónde y cuándo erigir un monumento en Chile?
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"La actual gestión patrimonial institucional es centralista, nacional y burocratizante, pero hay acuerdo en la sociedad sobre la necesidad de cambiar la Ley de Monumentos Nacionales por una Ley de Patrimonio Cultural que se haga cargo de los desafíos del siglo XXI", plantea Pablo Seguel, sociólogo e historiador de la U. de Chile.
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"Los contenidos del espacio público deben responder a la cultura real y no ser solamente editados por autoridades, cúpulas y élites. Mientras más participativo, democrático y expedito sea el mecanismo, menos conflictos despertarán los monumentos", sostiene Pía Montealegre, académica del Instituto de Historia y Patrimonio de la U. de Chile.
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"Las comunidades y el ámbito académico son plenamente complementarios y necesarios el uno para el otro. Sin embargo, sin el apoyo de las autoridades no se puede llegar a puerto. En toda estructura, los tres son actores fundamentales", afirma Felipe Gallardo, representante de la U. de Chile en el Consejo de Monumentos Nacionales.
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El Estudio de Monumentos Públicos a Mujeres identificó que en las capitales regionales de Chile 356 corresponden a homenajes a hombres, lo que equivale a un 57,3% del total; mientras que los monumentos a mujeres son 29, que representa un 4,7%.
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El documento concluye, además, que la presencia del cuerpo femenino en los Monumentos Públicos (MP) ha sido utilizada principalmente como elemento simbólico, representativo de conceptos abstractos, toda vez que las personifica como mujeres anónimas y despersonalizadas.
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"Más allá de que la cultura y el patrimonio son campos simbólicos en disputa, transformación y ampliación, lo cierto es que los monumentos conmemorativos que están en el espacio público son en su mayoría a hombres, políticos, militares, religiosos y artistas", señala Pablo Seguel.

El Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) es un organismo del Estado dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Fue creado en 1925, está compuesto por 22 consejeros y es la instancia que oficialmente determina qué monumento se erige en el país. Según la ley 17.288, la propuesta de levantar un monumento está abierta a cualquier persona u institución pública o privada y debe ser postulada al CMN, quien finalmente decide si se acepta o no la iniciativa.

En el año 2019, se presentó un nuevo proyecto de ley de Patrimonio que, entre otros elementos, propuso descentralizar y empoderar a las regiones y sus comunidades sobre la gestión de su patrimonio. El proyecto busca actualizar la ley N°17.288 de Monumentos Nacionales, que data de 1970, y reemplazó la Ley de Monumentos Nacionales de 1925.

Sin embargo, Pablo Seguel, sociólogo e historiador de la U. de Chile, quien fue coordinador de la Unidad de Memoria y Derechos Humanos de la Secretaría Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales, sostiene que “tenemos una Ley de Patrimonio que está concebida con un enfoque del siglo XIX para resolver problemas del siglo XXI”. De esta forma, plantea que “la actual gestión patrimonial institucional es centralista, nacional y burocratizante, pero hay acuerdo en la sociedad sobre la necesidad de cambiar la Ley de Monumentos Nacionales por una Ley de Patrimonio Cultural que se haga cargo de los desafíos del siglo XXI”.

Desde esta perspectiva, agrega que “es fundamental que pueda existir un diálogo entre espacios locales y nacionales de registro y construcción de patrimonio. Pero, sobre todo, que se construya un sistema de promoción y reconocimiento cultural que se edifique sobre principios democráticos y estándares de derechos humanos. El patrimonio es un campo donde podemos mejorar nuestra convivencia democrática, fomentando la participación local y posibilitando que 'las memorias oficiales' sean espacios de promoción de la democracia, la erradicación de todas las formas de discriminación y de reparación de graves y sistemáticas violaciones de derechos humanos”.

Para Pía Montealegre, arquitecta y académica del Instituto de Historia y Patrimonio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la U. de Chile, “todos los ciudadanos deben tener agencia en el espacio público. Si un determinado grupo de interés cree necesario erigir un monumento, deben existir los mecanismos para hacerlo. Si otro grupo lo determina ofensivo o inaceptable, también tiene que encontrar una forma de canalizar su inquietud. Los contenidos del espacio público deben responder a la cultura real y no ser solamente editados por autoridades, cúpulas y élites. Mientras más participativo, democrático y expedito sea el mecanismo, menos conflictos despertarán los monumentos”.

La democratización de las decisiones forma parte del proyecto de Ley de Patrimonio, el mismo que el año 2022 fue aprobado por la Cámara de Diputadas y Diputados y pasó a segunda tramitación legislativa, donde se encuentra en discusión desde 2023. Paralelamente, se están sistematizando los resultados de las participaciones ciudadanas realizadas durante ese año por el Ministerio para conocer la visión de la ciudadanía. Junto con ello, el Ejecutivo impulsó un nuevo Plan de Modernización del CMN.

De acuerdo a Felipe Gallardo, académico de la FAU y representante de la Universidad de Chile en el CMN, hay tres actores esenciales en la generación y cuidado del patrimonio: la comunidad, los expertos y las autoridades. “Los primeros generan el patrimonio y, conjuntamente con los segundos, los ponen en valor por distintas vías. Los últimos consagran el patrimonio y apoyan y posibilitan la gestión de bienes que pasan a ser de interés de toda la comunidad nacional. Pienso que el ideal es que exista una fuerte presencia de los primeros dos y un importante aporte del último”, indica. 

“Tomemos el caso de las Estancias Magallánicas, Chiloé, o incluso de las iglesias del altiplano o las casas patronales del valle central. Es desde nuestra Facultad, fruto del estudio de nuestros académicos y de algunos integrantes de las comunidades locales, que incluso las mismas comunidades despiertan de su ensimismamiento y descubren el valor de sus creaciones. A veces pasa al revés, sin duda. Pero las comunidades y el ámbito académico son plenamente complementarios y necesarios el uno para el otro. Sin embargo, sin el apoyo de las autoridades no se puede llegar a puerto. En toda estructura, los tres son actores fundamentales”, afirma Felipe Gallardo.

Anatomía de nuestros monumentos 

Si bien actualmente el CMN no posee un catastro detallado de todos los Monumentos Públicos instalados en el territorio, se han realizado algunos estudios parciales. En particular, destacan el Estudio de Monumentos Públicos a Mujeres y el informe Chile a través de su Monumentos Públicos“El grueso de los Monumentos Públicos están ubicados en zonas urbanas, específicamente en capitales provinciales. Más allá de que la cultura y el patrimonio son campos simbólicos en disputa, transformación y ampliación, lo cierto es que los monumentos conmemorativos que están en el espacio público son en su mayoría a hombres, políticos, militares, religiosos y artistas”, señala Pablo Seguel.

Esta realidad es visibilizada por el Estudio de Monumentos Públicos a Mujeres, el cual identificó que en las capitales regionales de Chile 356 corresponden a homenajes a hombres, lo que equivale a un 57,3% del total; mientras que los monumentos a mujeres son 29, que representa un 4,7%. El resto, es decir, el 38%, son otro tipo de monumentos no orientados a un género. 

Además de las cifras, el documento concluye que la presencia del cuerpo femenino en los Monumentos Públicos (MP) ha sido utilizada principalmente como elemento simbólico, representativo de conceptos abstractos (ej. la República, la caridad), toda vez que las personifica como mujeres anónimas y despersonalizadas. Asimismo, muchos de los monumentos se abocan específicamente a mujeres que han desempeñado roles tradicionalmente asociados al rol femenino (ej. maestras o cuidadoras). Además de lo anterior, y en casos excepcionales, son obras de pequeñas dimensiones y suelen estar ubicadas en lugares menos visibles para la ciudadanía.

Al centrarse en los bustos y esculturas se observa que predominan los héroes de la Independencia y de la Guerra del Pacífico. Los personajes que tienen más monumentos en su honor son Arturo Prat y Bernardo O'Higgins, que cuentan con monumentos en prácticamente todas las ciudades del país. También destacan el Capitán Ignacio Carrera Pinto; el general José de San Martín, Carlos Condell, Diego Portales y Juan de Dios Aldea. Además, hay otros héroes socialmente reconocidos, pero que no se ven reflejados en el número de monumentos, como José Miguel Carrera y Manuel Rodríguez. Por otra parte, y pese a la tradición poética de Chile, en general, no abundan los monumentos a escritores. La única excepción es Gabriela Mistral, quien cuenta con bustos y esculturas en distintas ciudades del país. En tanto, Pablo Neruda y Vicente Huidobro no tienen tanta representación en los monumentos.

“Lo que te están mostrando los Monumentos Públicos es que más allá de los discursos de las políticas culturales que resaltan la igualdad, promueven la diferencia y el reconocimiento cultural, lo que prevalece a nivel de legado cultural -es decir, de patrimonio- es una identidad cultural homogénea, autopercibida como racialmente blanca y étnicamente europea, en que los grandes avances del país se han dado sobre todo por hombres que se dedican a la política, la religión y al oficio militar”, afirma Pablo Seguel.

La profesora Pía Montealegre, por su parte, visualiza más compleja -a nivel global- la edificación de monumentos ante una sociedad que progresivamente busca eliminarlos. “Los monumentos están cayendo. La conmemoración estatuaria responde a una lógica de otra época, cuando creíamos en héroes y heroínas que merecían inmortalizarse en mármol o bronce. No obstante, mientras no caigan los antiguos monumentos, el reconocimiento a mujeres en el espacio sigue siendo importante, aunque la brecha sea insalvable. En la lógica de los personajes modélicos, las mujeres requieren también referentes con los que identificarse. La mayoría de los monumentos que honran a mujeres honran a Mistral y a Parra, y hay muchas otras mujeres destacadas en diversos ámbitos. Nombrar lugares en su honor me parece un homenaje más significativo que inmovilizarlas en un busto”, concluye.